Los piratas alemanes buscan puerto
Son la sensaci¨®n pol¨ªtica en Alemania. Las encuestas les sonr¨ªen y ellos viven la ebullici¨®n propia de un partido reci¨¦n nacido
A dos manzanas del mastod¨®ntico edificio que se est¨¢ levantando en Berl¨ªn para los esp¨ªas del Servicio Federal de Informaci¨®n (BND), en un peque?o local comercial, est¨¢ la sede del Partido Pirata. Es f¨¢cil pasar por alto el cartel naranja fijado por dentro con esparadrapos que la distingue. Lo que desde fuera parece una autoescuela o un centro comunitario es una lonja espartana de algo m¨¢s de cien metros cuadrados donde Christian Lang, jefe de prensa pirata, saluda puesto en pie. Antes de abrir la boca ha cumplido ya varios clich¨¦s sobre el partido que est¨¢ sacudiendo el panorama pol¨ªtico alem¨¢n. Es un inform¨¢tico alto y corpulento de 25 a?os vestido con el desenfado de un estudiante. Habla en nombre de un partido de 30.000 militantes que ha entrado ya en tres Parlamentos regionales alemanes. Las encuestas le dan s¨®lidas esperanzas de entrar en el Bundestag en las federales de 2013.
Los piratas est¨¢n en la cresta de la ola medi¨¢tica desde que ingresaron en el Parlamento de Berl¨ªn a finales de 2011. En marzo entraron en el de Sarre. Hace dos semanas, en Schleswig-Holstein. Hoy tienen excelentes cartas para abordar el landtag de D¨¹sseldorf. Renania del Norte-Westfalia es una de las regiones m¨¢s industrializadas, la m¨¢s poblada y probablemente la m¨¢s heterog¨¦nea de Alemania. Un ¨¦xito all¨ª coloca al partido ante el reto may¨²sculo de su profesionalizaci¨®n. Dice Lang que los piratas ¡°solo tienen dos trabajadores o tres¡±. Los piratas han crecido exponencialmente, como una red social. Uno de sus responsables en Berl¨ªn lleg¨® a comparar este ascenso con el del partido nazi en 1933. La torpeza le impidi¨® presentarse a la direcci¨®n en el ¨²ltimo congreso y demostr¨® la gran debilidad del gale¨®n pirata: la falta de experiencia y la confusi¨®n del rumbo.
Los piratas tienen vocaci¨®n transversal y consideran anticuada la distinci¨®n entre derecha e izquierda
Sus programas electorales se centraron al principio en cuestiones relacionadas con Internet y los derechos de autor. En las elecciones berlinesas presentaron propuestas de izquierda y hasta de izquierda ut¨®pica: transportes p¨²blicos gratis, legalizaci¨®n de drogas blandas e ¡°ingresos m¨ªnimos¡± para todos los ciudadanos, trabajen o no. Triunfaron con un 9% de los votos. A poco m¨¢s de un a?o de las generales, el partido est¨¢ virando hacia el centro.
Los piratas miden con cuidado la vela con la que navegan en estos tiempos convulsos. Su vicepresidente, Sebastian Nerz, de 28 a?os, explica a EL PA?S que ¡°cuando no se ha estudiado un tema en profundidad, lo mejor es callarse¡±. Las responsabilidades del partido en los Parlamentos regionales y en los Ayuntamientos donde tiene representaci¨®n no le obligan, por ejemplo, a adoptar posiciones sobre la crisis de la deuda o el conflicto entre Israel y Palestina. Nerz, al que sus enemigos del partido consideran el Helmut Kohl de los piratas, es un diplomado en bioinform¨¢tica de 28 a?os que suele presentarse en traje oscuro. Hace diez a?os militaba en la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana de la canciller Angela Merkel. Su reciente derrota en el Congreso Federal pirata lo ha relegado al segundo puesto, detr¨¢s de Bernd Schl?mer, un funcionario del Ministerio de Defensa, de 41 a?os, que quiere preparar al partido para el reto de 2013.
Mientras que los dos grandes partidos, la CDU de Merkel y el socialdem¨®crata SPD, siguen perdiendo socios, los piratas se han visto inundados por decenas de miles de solicitudes en apenas dos a?os. La formaci¨®n punt¨²a entre los j¨®venes por los nuevos m¨¦todos de participaci¨®n que quiere implantar en la pol¨ªtica alemana. Se ven a s¨ª mismos como representantes de la ¡°transparencia¡± y la permeabilidad que proponen para las instituciones p¨²blicas: utilizan un sistema de participaci¨®n a trav¨¦s de Internet que permite que cualquiera haga llegar sus propuestas y participe en las decisiones. Su nacimiento, all¨¢ por 2006, fue el eco en Alemania de los piratas suecos. Ya su nombre revela que el impulso fundacional procede de las pol¨¦micas sobre los derechos de autor y libertades civiles en Internet.
El m¨®vil de Lang emit¨ªa constantemente sonidos de correo el¨¦ctronico entrante mientras ¨¦l, sentado ante su ordenador de aluminio en mesa de reuni¨®n cubierta de pegatinas y panfletos, explica con entusiasmo que ¡°Internet es el principal espacio de socializaci¨®n¡±. Parece un jefe de prensa pol¨ªtico normal y corriente cuando, un poco irritado, asegura que los piratas ¡°tambi¨¦n est¨¢n en contra del todo gratis¡±. Antes, dice, ¡°se pod¨ªan hacer copias de m¨²sica que daban en la radio o que le dejaba un amigo¡±. No es verdad, asegura, ¡°que se vendan menos discos ni que la gente haya dejado de ir al cine¡± por culpa de la pirater¨ªa en la Red. Internet ¡°no es m¨¢s que un lugar de promoci¨®n¡± donde hay que diferenciar entre las empresas que se lucran vendiendo contenidos ajenos y quienes no lo hacen.
Un manifiesto firmado por cientos de autores, algunos de fama mundial como Daniel Kehlmann o Martin Walser, levant¨® el pasado jueves un gran revuelo en Alemania. Dice que ¡°los derechos de autor son un logro hist¨®rico de los derechos civiles¡± y que hoy est¨¢n amenazados. La carta no se dirige a los piratas, pero sin duda se refiere a su programa electoral. Su vicepresidente Nerz atribuye este tipo de cr¨ªtica a la ¡°criminalizaci¨®n de la gente por hacer cosas que eran normales hasta hace poco¡±. Los piratas ven otra amenaza, de signo contrario, que pende sobre los derechos civiles: ¡°Creemos que la protecci¨®n de los derechos intelectuales no debe estar re?ida con los derechos de los ciudadanos¡±. Es decir, que quieren ¡°acortar la protecci¨®n a los derechos de autor¡± y evitar las restricciones en la Red.
Los alemanes gustan de adoptar anglicismos d¨¢ndoles un significado distinto del original. As¨ª, han adoptado la fea palabra shitstorm (tormenta de mierda) para denominar las avalanchas de cr¨ªticas negativas t¨ªpicas de los foros de Internet o de plataformas como Twitter. Sin duda, los piratas han atravesado una de estas tormentas en las ¨²ltimas semanas. Al tel¨¦fono desde Tubinga, Nerz explica que ¡°era de esperar: tras una fase de loas, los medios suelen tirarse a la yugular¡±. No obstante, su propia posici¨®n en el partido ha cambiado en medio de las pol¨¦micas recientes. Hace unos meses hubo un debate p¨²blico sobre los militantes piratas con ideas afines a la ultraderecha del neonazi NPD. Nerz disculp¨® a algunos militantes que pasaron antes por el NPD diciendo que eran ¡°pecados de juventud¡±. Minusvalor¨®, reconoce hoy, ¡°la importancia de los gestos simb¨®licos en la pol¨ªtica¡±. El Partido Pirata ha adoptado entre sus principios el acatamiento de la Ley Fundamental y el reconocimiento del Holocausto como suceso hist¨®rico incontrovertible.
Los piratas tienen vocaci¨®n transversal y dan por anticuada la distinci¨®n entre derecha e izquierda. El programa electoral con el que abordaron el Parlamento berlin¨¦s fue el ¡°m¨¢s izquierdista¡± de la historia del partido, pero Nerz se?ala que los piratas han virado ¡°hacia posturas m¨¢s liberales¡±.
Se declara firme partidario de la UE. Los piratas son un movimiento ¡°internacional y europe¨ªsta, como muchos alemanes j¨®venes¡±. Es hora de que haya partidos ¡°que reflejen esta realidad¡±, dice, y a?ade: ¡°Alemania se ha beneficiado mucho del euro, hemos ganado mucho dinero¡±. Hay que aceptar, dice ¡°los sacrificios que podr¨ªa costar mantener la Uni¨®n Europea¡±.
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