El secreto de ETA en Cuba
El alto funcionario cubano que tutel¨® durante 15 a?os a los activistas etarras en la isla habla por primera vez y revela sus actividades y sus relaciones con el Gobierno de Castro.
El alto funcionario del Partido Comunista Cubano (PCC) que durante 15 a?os tutel¨® a la colonia etarra instalada en la isla caribe?a est¨¢ sentado a la mesa de un restaurante vasco en Madrid y no tiene intenci¨®n de regresar a su pa¨ªs, ca¨ªdo en desgracia como est¨¢ por haber sobrepasado el umbral cr¨ªtico tolerable para el r¨¦gimen castrista. Especialista en pol¨ªtica y relaciones jur¨ªdicas internacionales, Julio Antonio Alfonso Fonseca sabe que si regresa a Cuba le espera la prisi¨®n porque as¨ª lo ha anunciado el general Jes¨²s Becerra, jefe de la Polic¨ªa Nacional Revolucionaria (PNR). ¡°Hace tiempo que llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que nuestro sistema pol¨ªtico era inviable pero no soy de los que utilizan su disidencia como arma arrojadiza contra Cuba. La salida no est¨¢ en volver a la situaci¨®n anterior a la revoluci¨®n, sino en la socialdemocracia. Se trata de mantener los logros sociales y la igualdad en un r¨¦gimen de libertad¡±, aclara Fonseca.
¡°La CIA film¨® a Apala con la guerrilla salvadore?a. Le tuvimos aislado mucho tiempo para evitar que pudiera ser identificado¡±
Este hombre de ojos claros, mediana edad y aire jovial es el enigm¨¢tico personaje que en los correos internos de ETA aparece nombrado como El de siempre, Guillermo o El peque?o, para referirse al interlocutor gubernamental de obligada consulta ante cualquier iniciativa, cualquier movimiento. Fonseca es tambi¨¦n aquel diplom¨¢tico cubano que en noviembre de 2000 compareci¨® ante los medios de comunicaci¨®n en Madrid para exigir a Espa?a que garantizase la integridad f¨ªsica de las dos activistas del comando Madrid que, sabi¨¦ndose vigiladas por la polic¨ªa, buscaron refugio en esa legaci¨®n diplom¨¢tica, de la que fueron expulsadas.
La suya es la primera voz con conocimiento de causa que rasga la espesa cortina de silencio tejida a lo largo de estas pasadas d¨¦cadas en torno a la comunidad etarra m¨¢s herm¨¦tica y protegida de toda Am¨¦rica. ¡°Todo lo relacionado con ETA depende directamente de Fidel. No se hace nada sin su visto bueno¡±, subraya Fonseca. ¡°Los vascos (ETA) tienen asignado un dispositivo espec¨ªfico de protecci¨®n y control. Son un secreto de Estado. Aunque est¨¢n considerados como un movimiento de liberaci¨®n nacional m¨¢s, se les vigila casi igual que a la disidencia porque se les considera asunto de seguridad nacional. Hay que tener en cuenta que EEUU ha utilizado la estancia de ETA para incluir a Cuba en la lista de Estados que patrocinan el terrorismo y, de esta manera, justificar su pol¨ªtica de embargo. La acogida de etarras se ha vuelto contra nosotros como un bumer¨¢n¡±, explica.
¡°Fidel es un eg¨®latra. Se apost¨® como negociador con Espa?a. Le dio a ETA trato de movimiento de liberaci¨®n nacional¡±
¡ª ?Cuantos miembros de ETA hay en Cuba?
¡ª De los 22 acogidos, quedar¨¢n unos 15. En total, si incluimos a los correos de ETA y dem¨¢s habr¨¢n pasado por la isla una treintena.
¡ª ?Miguel ?ngel Apalategi, Apala, se encuentra all¨ª?
¡ª Lleg¨® en 1990, cuando los sandinistas perdieron el poder de Nicaragua.
¡ª ?Y por qu¨¦ el Gobierno de La Habana lo niega sistem¨¢ticamente? En la pel¨ªcula de Oliver Stone, Fidel Castro afirma que en Cuba solo est¨¢n los seis activistas procedentes de Panam¨¢ que acogieron a petici¨®n del Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez¡
¡ª De Panam¨¢ llegaron siete, no seis. Despu¨¦s, vinieron los ocho de Nicaragua comandados por Apala y los cuatro de Cabo Verde, adem¨¢s de Luciano Eizaguirre (recientemente fallecido) que estaba en Togo en una situaci¨®n delicada. ETA, a trav¨¦s de Batasuna, nos pidi¨® que lo admiti¨¦ramos por razones humanitarias. Se encontraba alcoholizado, con serios trastornos psicol¨®gicos y su comportamiento les resultaba problem¨¢tico. Lo de Fidel a Oliver Stone en 2002 fue una mentira y adem¨¢s, un craso error porque los servicios de informaci¨®n espa?oles ya sab¨ªan entonces, por la confidencia de un alto militar sandinista, que Apala hab¨ªa salido de Nicaragua en direcci¨®n a Cuba.
¡ª Y a qu¨¦ responde ese doble juego?
¡°Al Gobierno cubano le disgust¨® el asesinato de Miguel ?ngel Blanco y as¨ª se lo hizo saber a la direcci¨®n de ETA¡±
¡ª Las relaciones entre el colectivo de ETA y las autoridades cubanas sobrepasaron el marco de los acuerdos con Espa?a, como lo muestra el mismo hecho de haber aceptado a elementos como Apala, que nos compromet¨ªa doblemente. Lo mantuvimos aislado durante mucho tiempo para evitar que pudiera ser identificado y ¨¦l siempre obedeci¨® las instrucciones gubernamentales porque es disciplinado, el ¨²nico de ellos que sigue una disciplina militar. Al contrario que otros del colectivo, como Txutxo Abrisketa, Jos¨¦ Miguel Arrugaeta o Jos¨¦ ?ngel Urtiaga que hasta se dejaban fotografiar cada vez que ven¨ªan miembros del Gobierno vasco o empresarios de Euskadi, ¨¦l nunca ha aparecido en actos p¨²blicos. Abrisketa es inteligente, ejerce cierto liderazgo pol¨ªtico y tiene carisma, pero Apala es el m¨¢s, no s¨¦ si respetado o temido del colectivo. Parece no tener miedo a nada y puede resultar amistoso. Se funde bien con el campesino cubano. Es corpulento, algo obeso, y conserva su cabello negro. Hace 10 a?os, inici¨® una relaci¨®n sentimental con una cubana mientras trataba de hacer vida campesina cultivando tabaco y criando animales, pero tuvo una hernia lumbar muy aguda que estuvo a punto de dejarle inv¨¢lido.
¡ª Las autoridades cubanas no pod¨ªan ignorar que se le acusaba de la desaparici¨®n de su compa?ero Eduardo Moreno Bergareche, Pertur. Este desapareci¨® en 1976 en la poblaci¨®n fronteriza de Behobia (Francia) tras haber sido trasladado a ese lugar por Apalategi y Francisco M¨²jica Garmendia, Pakito, elementos destacados de la denominados comandos bereziak (especiales) que acabar¨ªan escindi¨¦ndose de ETA pol¨ªtico-militar e integr¨¢ndose en ETA militar.
¡°Circulaba la versi¨®n de que Pertur hab¨ªa sido castigado por traidor, ya que, seg¨²n ellos, pretend¨ªa liquidar la lucha armada y colaboraba con lo que llamaban la txakurrada (polic¨ªa). Algunos dirigentes del partido sab¨ªamos que la sociedad espa?ola no pod¨ªa entender la existencia de un v¨ªnculo entre nuestro Gobierno y un grupo como ETA pero la decisi¨®n no estaba en nuestra mano", indica Fonseca.
El de Pertur no es asunto sobre el que Fonseca quiera extenderse, aunque dice que Apala no corre riesgo de ser extraditado a Espa?a, ya que no existe convenio bilateral de cooperaci¨®n en materia penal y civil. ¡°La legislaci¨®n cubana permite, eso s¨ª, que un juez espa?ol pueda interrogarle mediante comisi¨®n rogatoria. Ser¨ªa un gesto positivo en el marco de la nueva realidad del conflicto vasco y de las relaciones bilaterales entre los dos pa¨ªses¡±, sugiere.
¡°ETA contact¨® con el Sinn Fein-IRA en Cuba gracias a que en la isla hab¨ªa una representante de los irlandeses en 1980¡±
El exdiplom¨¢tico cubano tampoco prefiere adentrarse en la comprometedora cuesti¨®n de las relaciones entre los servicios de inteligencia cubano y las guerrillas latinoamericanas. Dice que el l¨ªder cubano, Fidel Castro, acept¨® la secreta llegada del grupo de ocho etarras procedentes de Nicaragua y comandados por Apala porque se lo pidieron los sandinistas. ¡°Apalategi fue jefe de los servicios nicarag¨¹enses que adiestraban a los guerrillas latinoamericanas y, de hecho, apareci¨® en una video grabado por agentes de la CIA infiltrados en los grupos salvadore?os. ?l mismo se vio en la televisi¨®n mientras estaba en Nicaragua. Se sent¨ªa a gusto en la tarea de adiestramiento guerrillero, pero cuando los sandinistas fueron desalojados del poder tuvo que huir¡±, indica.
Apalategi y los otros siete etarras de Nicaragua llegaron a Cuba, presumiblemente, de la mano de su jefe en esas tareas: el general cubano Ren¨¢n Montero, alto responsable del Ministerio de Interior, que promovi¨® y dirigi¨® los servicios de informaci¨®n y contraespionaje de grupos guerrilleros de varios pa¨ªses, particularmente, en Nicaragua. El nombre de Ren¨¢n Montero, identificado por los etarras bajo el apodo de Buruzuri (cabello cano), figura en una carta intervenida a Gorka Mart¨ªnez Bilbao (dirigente de Batasuna, ya fallecido) e incluida en el sumario que el juez Baltasar Garz¨®n abri¨® contra la direcci¨®n de Batasuna por haber colaborado con Xaki, la plataforma de apoyo financiero a ETA. ¡°Haz llegar a nuestro amigo Ren¨¢n esta breve carta que te env¨ªo (¡) Hay ciertos detalles que por seguridad no son necesario exponer¡±, se indicaba en esa carta dirigida a Jos¨¦ ?ngel Urtiaga, cuya extradici¨®n por haber actuado de enlace entre la direcci¨®n de ETA y las FARC colombianas ha solicitado in¨²tilmente la Fiscal¨ªa espa?ola. Todo indica que la muerte de Ren¨¢n Montero (Andr¨¦s Barahona L¨®pez era su verdadero nombre) en agosto de 2009 dej¨® a ETA en Cuba sin uno de sus mayores valedores. Tampoco el ascenso de Ra¨²l Castro les ha sido provechoso.
¡°Lo que le puedo decir es que el general Ren¨¢n Montero ten¨ªa prohibido relacionarse en Cuba con la colonia de ETA. Aunque Fidel sigue mandando, la llegada de Ra¨²l al poder ha ido consolidando, sobre todo en el Ej¨¦rcito, una visi¨®n menos favorable a ETA, hasta el punto de que despu¨¦s de Luciano Eizaguirre no se les ha dado ya m¨¢s refugio y solo se permite salir a los que obtienen documentos oficiales de identidad espa?oles. En su momento, Fidel vio en ETA a un grupo de gente que luchaba por la autonom¨ªa vasca y llevado de su egolatr¨ªa y lo retorcido de su pensamiento les dio tratamiento de movimiento de liberaci¨®n nacional apost¨¢ndose como negociador preponderante en un hipot¨¦tico arreglo entre ETA y Espa?a. Creo que los socialistas alimentaron involuntariamente esa idea al proponerle que acogiera a los expulsados de Panam¨¢, pero el primer militante etarra que lleg¨® a la isla lo hizo gracias a las gestiones de Eva Forest y Alfonso Sastre. Durante las negociaciones de Argel de 1899, pareci¨® que Cuba iba a ser el destino final de todos los huidos y detenidos. Como Francia no ten¨ªa entonces la misma cooperaci¨®n con Espa?a, al Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez se le ocurri¨® esta v¨ªa para tenerles neutralizados mientras se buscaba una soluci¨®n. De hecho, un representante del Gobierno de La Habana negoci¨® con Julio Feo, entonces jefe de la Secretar¨ªa T¨¦cnica de la Presidencia espa?ola, mientras Francia preparaba un avi¨®n militar para trasladar a Cuba a 122 refugiados vascos que se supon¨ªa iban a ser detenidos. La operaci¨®n fracas¨® estrepitosamente porque se comprob¨® que la polic¨ªa francesa no controlaba en absoluto a la gente de ETA¡±, indica Fonseca.
¡°Circulaba la versi¨®n de que Pertur fue castigado por traidor, ya que, seg¨²n ellos, colaboraba con la polic¨ªa¡±
Una pregunta es por qu¨¦ Fidel Castro consinti¨® que algunos etarras abandonaran la isla y se reintegraran en las actividades terroristas, por qu¨¦ permiti¨® las idas y venidas de pr¨®fugos de la justicia espa?ola que vulneraban su acuerdo con Espa?a y Francia.
La detenci¨®n en Francia y otros pa¨ªses de etarras procedentes de Cuba y la participaci¨®n probada de miembros de la organizaci¨®n terrorista vasca en servicios y acciones de los grupos guerrilleros de Nicaragua, El Salvador, Colombia, tutelados por la inteligencia cubana, llevaron en su d¨ªa al Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar a denunciar que el r¨¦gimen castrista utilizaba su pol¨ªtica de asilo como palanca de presi¨®n contra Espa?a. Casos como los de Carlos Ibarguren, Nervios, y Ram¨®n Sagarzazu, Txempe, elementos clave del aparato financiero de ETA que huyeron a Cuba y posteriormente fueron detenidos en Francia, ¡ªse supone que tras recuperar dinero oculto cuyo paradero solo ellos conoc¨ªan¡ª, evidencian que, como se?ala en t¨¦rminos tan precavidos el exdiplom¨¢tico cubano, La Habana ¡°sobrepas¨®¡± el marco de los acuerdos.
¡°Ibarguren y Sagarzazu fueron autorizados a salir con documentaci¨®n falsa espa?ola y no voy a negar la influencia que en la decisi¨®n pudo tener la pol¨ªtica de Aznar contra Fidel Castro y sus v¨ªnculos con la gente de Miami. Pero lo que Fidel no ha hecho nunca es recibir personalmente a etarras o darles entrenamiento militar¡±, asegura Fonseca. ¡°En Cuba, molest¨® mucho que mataran al concejal Miguel ?ngel Blanco en 1997. Se convoc¨® a los portavoces Jos¨¦ ?ngel Urtiaga y a Txutxo Abrisketa para que transmitieran a la direcci¨®n de ETA el mensaje de que el Gobierno cubano pensaba que ning¨²n revolucionario puede justificar su lucha partiendo de ese tipo de acciones. Ellos se defendieron diciendo que hab¨ªa que entenderles, que estaban en lucha, pero algunos cambiaron a partir de aquello¡±.
¡ª ?ltimamente ha habido disensiones dentro del colectivo, ?no es as¨ª?
¡ª Un par de ellos han intentado abandonar la isla como fuera y otros se oponen a esas salidas porque no quieren poner en m¨¢s aprietos al Gobierno que les ha acogido. Ha habido l¨ªos, problemas de conducta individuales como consecuencia de amor¨ªos y de las rupturas de pareja. Elena B¨¢rcena se separ¨® de su marido I?aki Rodr¨ªguez y form¨® pareja con Javier P¨¦rez Lekue. Salieron de la isla pero, por lo visto, La Habana avis¨® a Madrid y les detuvieron en Venezuela.
¡ª ?Y qu¨¦ tipo de vida hacen? ?A qu¨¦ se dedican?
¡ª Excepto uno, los dem¨¢s no son gente de estudiar. Varios han formado all¨ª familia y se han asentado, aunque siempre suspiran por su querido Pa¨ªs Vasco. Algunos trabajan en empresas mixtas, otros viven de las remesas familiares. Resultan un arco iris ideol¨®gico extra?o. Encuentras a liberales, socialdem¨®cratas, conservadores¡ y raros comunistas. Adem¨¢s de la vivienda, el Instituto Cubano de la Amistad con los Pueblos les dio entre 300 y 400 pesos cubanos para vivir y la autorizaci¨®n de que pod¨ªan comprar en las tiendas para los t¨¦cnicos de los pa¨ªses del Este. Cuando lleg¨® el Per¨ªodo Especial, (la crisis econ¨®mica en Cuba desencadenada por el colapso de la Uni¨®n Sovi¨¦tica), dijeron que con ese dinero no pod¨ªan vivir decentemente, que es lo que les ocurr¨ªa a la inmensa mayor¨ªa de los cubanos, y el Gobierno les autoriz¨® a hacer alg¨²n negocio para su autosustento. Cuba no les pod¨ªa dar divisas.
¡ª?De ah¨ª nace la creaci¨®n de empresas de importaci¨®n-exportaci¨®n que tanto conflicto han suscitado?
¡ªAbrisketa est¨¢ muy integrado ¡ªse cas¨® con una cubana y tiene una hija¡ª, y enseguida mont¨® UGAO y otras empresas de exportaci¨®n-importaci¨®n. Adem¨¢s de alimentos, importan tecnolog¨ªa de calderer¨ªa que adquieren a la rama francesa de Wackok Wilcox y fabrican calzado. Recibieron ayudas econ¨®micas del Gobierno vasco en tiempos del lehendakari Jos¨¦ Antonio Ardanza y, sobre todo, de Juan Jos¨¦ Ibarretxe, en ocasiones, a trav¨¦s de la SPRI (Agencia de Desarrollo Empresarial). Fabrican tambi¨¦n tubos y sanitarios, pero tuvieron sus l¨ªos con un socio, un tal Echegoyen. M¨¢s tarde, I?aki Etxarte y su mujer, Amaia Egiguren, montaron Euskalherria que importaba equipos de impresi¨®n digitalizados de la marca Riso a trav¨¦s de Panam¨¢. Tuvimos un serio problema porque no se les ocurri¨® nada mejor que vender esos equipos a la Iglesia cat¨®lica. Se les ech¨® una gran bronca. Amaia Egiguren volvi¨® a Cuba reinsertada con papeles de la Embajada espa?ola pese a que el acuerdo de 1984 dec¨ªa que si sal¨ªas de la isla no pod¨ªas volver. Fue expulsada. Ha habido otros que han negociado con la Embajada espa?ola en La Habana. La contrainteligencia cubana siempre ha sospechado que hay un topo en la colonia etarra de la isla.
¡°Varios han formado all¨ª familia. Algunos trabajan en empresas mixtas, otros viven de las remesas familiares¡±
¡ª?Alguna de estas empresas ha servido de tapadera de las finanzas de ETA?
¡ªGadusmar fue presentada en Cuba por Gorka Mart¨ªnez Bilbao como una empresa normal m¨¢s del Pa¨ªs Vasco. Puede que Josu Ternera sepa algo de eso. En la isla solo vendieron dos contenedores de bacalao tra¨ªdos de Noruega por un monto aproximado de 40.000 euros, de los que, por cierto, el Gobierno cubano no ten¨ªa conocimiento. All¨ª trabajaban Carlos Ibarguren y Agust¨ªn Azkarate. Hubo una protesta espa?ola y se opt¨® por cerrar la empresa. Tambi¨¦n se clausur¨® el restaurante Zargarzazu, en que, por cierto, comieron algunos diplom¨¢ticos espa?oles.
¡ª?Dir¨ªa que el prop¨®sito de mediar entre ETA y el Gobierno de Espa?a ha estado presente en la mente de Fidel durante todos estos a?os?
¡ªComo dec¨ªa, creo que los socialistas influyeron en eso, pero no fueron los ¨²nicos: un miembro de la delegaci¨®n del PNV que visit¨® la isla en febrero de 1998, no recuerdo si fue Joseba Egibar, I?aki Anasagasti o Josu Jon Imaz, le pregunt¨® a Fidel Castro, cuando ya se estaban despidiendo a la puerta del ascensor, si Cuba mediar¨ªa en una hipot¨¦tica negociaci¨®n. Fidel les respondi¨® que si todas las partes, incluido el Gobierno espa?ol, estaban de acuerdo, Cuba no dudar¨ªa en colaborar en una negociaci¨®n.
Julio Alfonso Fonseca habla con el conocimiento que da haber preparado la visita de Arnaldo Otegi a la isla, haber atendido a los responsables de Internacional de Batasuna y de la propia ETA, Gorka Mart¨ªnez y Jokin Gorostidi y guiado a los enviados de Askapena (dedicada a recabar apoyo internacional para ETA) y Gestoras Proamnist¨ªa. Tambi¨¦n ha asistido en primera fila a la conexi¨®n entre ETA y el IRA-Sinn Fein. Dice que ETA conect¨® con el IRA-Sinn Fein a finales de los 80 en Cuba, gracias a que en la isla hab¨ªa una representante permanente de los irlandeses. ¡°All¨ª, se vieron con Siobh¨¢n O'Hanlon, la superviviente de la emboscada al comando del IRA que los brit¨¢nicos abatieron en Gibraltar en marzo de 1988. ¡°En Cuba se produjo un intercambio muy fluido de planteamientos que ha repercutido notablemente en la salida a la violencia que ha buscado ETA¡±.
El exdirigente comunista cubano que m¨¢s conoce a ETA dice que ¡°la izquierda patri¨®tica vasca debe deshacerse de las armas, ahora que est¨¢ rectificando graves errores hist¨®ricos¡± y que ¨¦l personalmente, Julio Alfonso Fonseca, quiere pedir perd¨®n al pueblo de Espa?a por si, cumpliendo con su deber de funcionario del Gobierno de su pa¨ªs, hizo algo que contribuy¨® a ofender a los espa?oles, y muy particularmente a las v¨ªctimas del terrorismo. ¡°Al final, esta es una historia triste, entre tantas tristes historias de la Revoluci¨®n cubana, pero por encima de todo¡±, enfatiza, ¡°est¨¢n y deben estar los fraternales lazos entre el pueblo cubano y el pueblo espa?ol¡±.
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