¡°Crearemos una red que atienda a todos¡±
M¨¦dicos, enfermeros y administrativos que rechazan la exclusi¨®n de los sin papeles de la red sanitaria p¨²blica explican c¨®mo tratar¨¢n de sortear el decreto
El pr¨®ximo s¨¢bado, 1 de septiembre, unos 150.000 inmigrantes irregulares se quedan sin tarjeta sanitaria. Las embarazadas y los menores tienen garantizada la asistencia, pero el resto solo podr¨¢n acudir a urgencias. ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ con los pacientes cr¨®nicos, los que padecen VIH, los que necesitan hemodi¨¢lisis, los que sufren patolog¨ªas psiqui¨¢tricas? A apenas cinco d¨ªas de la entrada en vigor del real decreto que excluye a parte de la poblaci¨®n del sistema ordinario de salud, las preguntas a¨²n son muchas.
M¨¢s de 1.500 m¨¦dicos se han declarado objetores: afirman que seguir¨¢n tratando a los sin papeles. ?Podr¨¢n hacerlo? ?C¨®mo? Hay comunidades, como la valenciana, que han prohibido expresamente a los objetores atender a los irregulares en horas de trabajo; otras, como Madrid, sostienen que todo el mundo ser¨¢ atendido y luego se pasar¨¢ la factura al enfermo o a su pa¨ªs de origen (algo poco factible porque los convenios con otros pa¨ªses, de existir, no suelen cubrir a los irregulares).
Adem¨¢s de los m¨¦dicos, la red p¨²blica la integran otros profesionales: administrativos, enfermeros, t¨¦cnicos de laboratorio... Reconstruimos con ellos c¨®mo se podr¨ªa sortear la prohibici¨®n.
El mostrador
Rosa Rivero trabaja en la sanidad p¨²blica desde 1989. Es auxiliar administrativa en el centro de salud Gandhi, en San Blas, un distrito perif¨¦rico de Madrid. Sabe que muchos de los pacientes a los que pide la tarjeta sanitaria para darles cita o gestionar una prueba diagn¨®stica no tendr¨¢n nada que entregarle a partir de septiembre. Pero no piensa dejar de atenderles. ¡°Ya no les podr¨¦ dar cita, pero claro que les mandar¨¦ al m¨¦dico¡±, dice. ¡°Si viene una persona al mostrador y dice que necesita un m¨¦dico, yo no soy qui¨¦n para preguntarle qu¨¦ le pasa y tomar una decisi¨®n. Le dir¨¦ que el m¨¦dico de guardia est¨¢ en tal sala y que hable con ¨¦l¡±. Supongamos que el facultativo atiende al inmigrante y que este necesita ser derivado a un especialista. ¡°No estar¨¢ en la base de datos, as¨ª que no se podr¨¢ hacer la derivaci¨®n¡±, lamenta. ¡°Me temo que nos van a convertir en taquilleras, que esperan que tratemos a la gente como si fueran al cine y no como personas que necesitan atenci¨®n sanitaria¡±.
"Ninguno de mis compa?eros va a tener el valor de decirle a alguien que venga mal que no se le atiende¡±, conf¨ªa la administrativa de un centro de salud madrile?o que prefiere no dar su nombre. En su trabajo han tenido reuniones internas para ver c¨®mo gestionar la situaci¨®n. ¡°Los administrativos no somos competentes para valorar un caso: remitiremos al paciente al m¨¦dico de urgencia del centro para que sea ¨¦l quien tenga la ¨²ltima palabra¡±, explica. En la pr¨®xima reuni¨®n concretar¨¢n qu¨¦ m¨¦dicos del centro van a colaborar con este sistema. ¡°Tengo 52 a?os y nunca se me ha dicho en una consulta que no me van a atender, as¨ª que me parece fatal que alguien tenga que pasar por esa situaci¨®n¡±, concluye.
Navarra dar¨¢ ayudas a los m¨¢s pobres
Cuatro autonom¨ªas ¡ªAndaluc¨ªa, Pa¨ªs Vasco, Asturias (gobernadas por el PSOE) y Catalu?a (CiU)¡ª ya han anunciado su intenci¨®n de seguir prestando asistencia sanitaria normalizada a los inmigrantes sin papeles, a pesar del decreto del Gobierno, aunque no han explicado si crear¨¢n un sistema sanitario y administrativo paralelo o c¨®mo lo har¨¢n. Otra comunidad, Navarra (gobernada por UPN), adelant¨® el pasado mi¨¦rcoles que cubrir¨¢ el coste de la asistencia sanitaria de los inmigrantes irregulares que acrediten carecer de recursos. De esta forma, esos 'sin papeles' podr¨¢n seguir utilizando el servicio sanitario en las mismas condiciones que el resto de la ciudadan¨ªa, incluyendo todo tipo de centros y especialidades, la prestaci¨®n farmac¨¦utica o el transporte sanitario.
El Departamento de Pol¨ªticas Sociales del Ejecutivo foral pondr¨¢ en marcha una l¨ªnea de ayudas destinadas a sufragar ¨ªntegramente las cuotas establecidas por el servicio mavarro de Salud (lo que se calcula que cuesta la atenci¨®n a los pacientes): 764,46 euros anuales para las personas de entre 18 y 64 a?os y 2.675,62 euros para las de m¨¢s edad. Seg¨²n las estimaciones de la administraci¨®n auton¨®mica, ser¨¢ necesario desembolsar 1,68 millones de euros anuales para compensar el pago por atender a los 2.150 inmigrantes mayores de 18 a?os que se calcula que residen en Navarra de manera irregular.
Para acceder a las ayudas ser¨¢ necesario ser mayor de edad, no tener ingresos superiores a 532 euros mensuales, llevar al menos un a?o empadronado en Navarra y no tener condenas ni causas pendientes con la justicia.
Hacia la consulta
¡°En mi centro de salud hay mucha poblaci¨®n extranjera: sudamericanos, ¨²ltimamente muchos chinos¡¡±, cuenta Carlos Prieto, celador del centro Gandhi. ¡°Pienso seguir atendi¨¦ndoles normalmente, independientemente de si les corresponde legalmente la asistencia o no. No pienso preguntar. Si llega una persona con movilidad reducida, le preguntar¨¦ ad¨®nde se dirige y le llevar¨¦, como hago siempre¡±.
El m¨¦dico de familia
¡°Algo tiene que hacer la Consejer¨ªa de Sanidad para evitar el caos descomunal que va a ser esto¡±, opina, conciliador, Jos¨¦ Luis Quintana, m¨¦dico de familia en el centro de salud El Greco, en Getafe (Madrid). ¡°Conf¨ªo en que arbitre una salida; si no la hay, habr¨¢ que inventarla¡±, a?ade. ¡°Hay que atender a todo el mundo. No ya por una cuesti¨®n ¨¦tica, que tambi¨¦n, sino legal incluso. Hay un art¨ªculo en el C¨®digo Penal sobre la denegaci¨®n de auxilio. Estos d¨ªas estamos oyendo de todo, como que los objetores tenemos que atender fuera del horario laboral. Eso no puede ser. Si un se?or dice que est¨¢ enfermo yo tengo que verle. Y si necesita an¨¢lisis o radiograf¨ªas hablar¨¦ con los compa?eros para poderlo tramitar... si puedo¡±. Lo primero que har¨¢ Mario Soler, de 55 a?os, m¨¦dico de familia en Murcia, es poner un cartel en la puerta de su consulta; en ¨¦l anunciar¨¢ que es objetor y que atiende a inmigrantes sin papeles. Y avisar¨¢ a las administrativas. Cuando se lo soliciten, apretar¨¢ su horario para hacerles un hueco: ¡°Les dar¨¦ cita al final de mi horario de consulta para que el resto de pacientes no puedan decir que se retrasa su atenci¨®n por su culpa¡±. De nueve de la ma?ana a dos de la tarde suele pasar consulta. Hasta las tres se dedica a hacer informes o reuniones. Ser¨¢ ese tiempo, de 14.00 a 15.00, el que dedique a atenderles. ?Y qu¨¦ har¨¢ con el trabajo al que dedicaba esa hora diaria? ¡°Lo har¨¦ m¨¢s deprisa o saldr¨¦ un poco m¨¢s tarde. No van a ser tantos; en ning¨²n caso me va a desbordar ni a trastocar mi trabajo, estoy seguro¡±.
Hasta ah¨ª, Mario solo depende de ¨¦l y de su tiempo. El problema de las pruebas ha pensado solucionarlo con un resquicio del sistema: si se le permite atender urgencias, entonces su truco ser¨¢ tratarlos a todos como urgentes. ¡°Que me argumenten que no es urgente una infecci¨®n de orina. ?Y si se complica y acaba en una pielonefritis?¡±, inquiere. M¨¢s complicado ser¨¢ derivarles a un especialista. Sospecha que no va a ser tan f¨¢cil como cuando se ped¨ªa un favor para un hermano o un amigo. ¡°Si mi paciente necesita a un cardi¨®logo y yo no conozco a ninguno, ?qu¨¦ voy a hacer?¡±.
En todo caso, no tiene dudas sobre la cuesti¨®n de fondo: ¡°Pocas cosas en mi vida profesional he tenido m¨¢s claras que esta. Mi lealtad con el sistema nacional de salud es importante, pero tengo otra lealtad con mis pacientes y en este conflicto ¨¦tico he optado por darles prioridad a ellos¡±, argumenta. ?l cree que los m¨¦dicos que no van a objetar se equivocan: ¡°Para un m¨¦dico es un delito denegar asistencia a un enfermo. Los que quieran cumplir la norma van a tener un gran conflicto¡±.
Sagrario Mart¨ªn, m¨¦dico de familia en un centro de atenci¨®n primaria de Madrid, resume su postura: anteponer la ¨¦tica a la norma. ¡°La salud es un derecho humano, independientemente de la situaci¨®n administrativa de la persona¡±, dice. Y a?ade que excluir de la asistencia a un colectivo ¡°especialmente vulnerable¡± tiene riesgos de salud p¨²blica: enfermedades infecciosas que no se atajan, retraso en diagn¨®sticos, saturaci¨®n de urgencias¡ No tiene claro c¨®mo har¨¢ efectiva su objeci¨®n. ¡°Hay mucha confusi¨®n. Cada d¨ªa surgen nuevas informaciones sobre c¨®mo se aplicar¨¢ la norma en cada autonom¨ªa. Va a ser dif¨ªcil¡±, reconoce. ¡°Hasta que sepamos c¨®mo quedan esas barreras no podremos decidir qu¨¦ hacer¡±.
La enfermera
Remedios Piqueras ya se ha puesto manos a la obra. Ha empezado a hacer llamadas a especialistas, a m¨¦dicos de urgencias, a colegas en hospitales. El objetivo: averiguar qui¨¦n est¨¢ ¡ªtambi¨¦n¡ª en el barco. Promete que ya tiene a unos cuantos. El ejercicio de la objeci¨®n de conciencia en esta enfermera de 50 a?os, con 25 de profesi¨®n, va m¨¢s all¨¢ de seguir poniendo puntos o hacer curas a los inmigrantes irregulares que llamen a la puerta: ¡°Intentaremos crear una red para atender a todo el mundo. En lo que no dependa de m¨ª tambi¨¦n intentar¨¦ que haya una persona que les atienda¡±. Una red construida con el boca a boca, que tendr¨¢ que volver a los m¨¦todos tradicionales. ¡°Si el sistema no me permite inform¨¢ticamente derivarles al especialista, tendr¨¦ que escribirlo a mano. Al fin y al cabo, llegar¨¢ a quien ya sepa que le puede llegar¡±, propone. En su centro de salud, en Murcia, los objetores ya se han reunido para estudiar c¨®mo organizarse. De momento hay muchas dudas; solo ser¨¢n conscientes de lo que son capaces de hacer una vez lo pongan en marcha. ¡°Va a ser dif¨ªcil, pero conf¨ªo en que al final seamos muchos¡±.
El hospital
¡°Cualquier acto m¨¦dico requiere la tarjeta sanitaria. Hay que pasar la banda magn¨¦tica f¨ªsicamente, para todo¡±, se?ala Rafael Bornstein, hemat¨®logo del hospital de la Cruz Roja de Madrid. Se declara objetor, pero admite que ser¨¢ ¡°dif¨ªcil llevarlo a la pr¨¢ctica¡±. Si se le pregunta qu¨¦ har¨¢ ¨¦l si, por ejemplo, un colega de primaria le pide que atienda a un sin papeles, no duda: ¡°Le ver¨ªa si me lleva 10 o 15 minutos de mi tiempo. Y no consultar¨ªa a la direcci¨®n. Otra cosa es utilizar recursos diagn¨®sticos del hospital. Entonces pedir¨ªa permiso y, como supongo que no me lo dar¨ªan, no ir¨ªa m¨¢s all¨¢¡±.
¡°Los irresponsables ser¨¢n los que no objeten¡±, suelta la psiquiatra Eudoxia Gay, que trabaja en el centro de salud mental de Carranque, dependiente del hospital Virgen de la Victoria de M¨¢laga. ¡°Seguir¨¦ viendo a los pacientes las veces que sea necesario¡±, asegura. Ella conf¨ªa en que sigan funcionando los ¡°espacios informales de comunicaci¨®n¡± con los m¨¦dicos del centro de salud, de forma que los enfermos mentales sigan llegando a su puerta una vez detectados en primaria. ¡°El enfermo mental es la ant¨ªtesis del turista sanitario. Jam¨¢s demandar¨¢ atenci¨®n. En muchos casos ni siquiera tiene consciencia de la enfermedad. Con los enfermos mentales es imposible la alternativa de la ONG. No podemos hacer caridad ni beneficencia. No pueden ser atendidos en urgencias. Al enfermo mental hay que detectarlo, y eso pasa en primaria¡±, explica.
Gay cree que el ¡°riesgo para la salud p¨²blica¡± es especialmente agudo en el caso de la psiquiatr¨ªa. ¡°Si no tratamos a los inmigrantes, se incrementar¨¢ la bolsa de marginalidad enferma¡±, avisa. Sabe que ser¨¢ dif¨ªcil objetar, sobre todo en el caso de los tratamientos farmacol¨®gicos, ¡°que son caros¡±, y de recursos como pisos o centros de d¨ªa. ?Y si alg¨²n enfermo irregular necesita hospitalizaci¨®n? ¡°Buscar¨¦ el ingreso a partir de la puerta de urgencias¡±.
La Sociedad Espa?ola de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc) admite que su campa?a en favor de la objeci¨®n de conciencia es m¨¢s una medida de presi¨®n que un plan organizado. Su presidente, Josep Basora, a¨²n conf¨ªa en que el Ministerio de Sanidad d¨¦ marcha atr¨¢s a una medida que considera injusta e ineficaz. M¨¦dicos del Mundo tambi¨¦n promueve en su p¨¢gina web la firma para apoyar la objeci¨®n del personal sanitario y la retirada de la normativa a trav¨¦s de la campa?a Derecho a curar. Y la web yosisanidaduniversal.net va un paso m¨¢s all¨¢ en el activismo: permite descargar modelos de historias cl¨ªnicas alternativas y formularios con los que derivar a alguien a un especialista o pedir una anal¨ªtica a un paciente que no consta en ninguna base de datos. La iniciativa propugna la ¡°desobediencia civil¡± de profesionales y usuarios contra el decreto del Gobierno, pero no quiere crear ¡°un sistema paralelo¡±, dice una colaboradora.
Pruebas diagn¨®sticas
Miguel Garc¨ªa Berciano, de 39 a?os, trabaja en el laboratorio de un hospital madrile?o, en el que analizan la sangre y otras muestras biol¨®gicas de los pacientes del hospital y de varios centros de salud. Los tubos con las muestras llegan con c¨®digos de barras y ellos no saben a qui¨¦n corresponden, por lo que no pueden discriminar si se trata de un inmigrante irregular o no. Es decir, si el m¨¦dico sortea el sistema y logra colar las muestras, se analizar¨¢n de forma habitual. Pero Miguel estar¨ªa dispuesto a colaborar incluso al margen del sistema: ¡°El m¨¦dico tendr¨ªa que acercarse directamente al laboratorio con la muestra en mano; si lo hace, aunque sea sin c¨®digo de barras, intentaremos analizarla¡±. ¡°Pero yo tengo muchos filtros por encima. Cuando llegue a m¨ª ya habr¨¢ superado muchas barreras¡±, lamenta.
Lola Gimeno, de 57 a?os, es t¨¦cnica de anatom¨ªa patol¨®gica y citolog¨ªa en un hospital de Madrid. Hace autopsias, biopsias y citolog¨ªas. ¡°Tengo poca capacidad de decisi¨®n; si el m¨¦dico pide la prueba no tengo m¨¢s que hacerla¡±, explica. ?Y si le consta que es de un inmigrante irregular? ¡°Yo lo har¨¦, la salud es un derecho de todos, me da igual el pa¨ªs en el que hayan nacido¡±, contesta. S¨ª necesitar¨ªa, sin embargo, la firma del pat¨®logo que pida la prueba. ¡°Ah¨ª tengo las manos pilladas¡±.
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