Los intelectuales que no llegaron a M¨¦xico

En las 18 cajas donde se guardan las cartas del primer exilio de republicanos espa?oles, a las que ha tenido acceso EL PA?S, se hallan tambi¨¦n desordenadas notas diplom¨¢ticas, listas y curr¨ªculum v¨ªtae de los peticionarios, consultas burocr¨¢ticas y formularios para solicitar el asilo. Entre ellas uno se tropieza con nombres propios de escritores e intelectuales que en alg¨²n momento de aquellos a?os terribles de la derrota pensaron huir a M¨¦xico aunque finalmente nunca lo hicieran. Son los casos de Arturo Barea, el autor de la imprescindible trilog¨ªa La forja de un rebelde; Elena Fort¨²n, la escritora de los cuentos de Celia o el fil¨®sofo Jos¨¦ Mar¨ªa Ferrater Mora, entre otros muchos.

Barea como Ferrater Mora aparecen en una ¡°Lista de espa?oles que desean emigrar a M¨¦xico sin recursos. Intelectuales¡±. El novelista figura con esta direcci¨®n: ¡°Brookholds Farms. Great Minder near Ware. Inglaterra¡±, y en las columnas de la derecha: ¡°Escritor. UGT¡±. El domicilio registrado del fil¨®sofo es ¡°Chez A. Tarrago. 12 Quatre Fages. Par¨ªs V¡±. Figura como ¡°profesor de idiomas, Izquierda Republica. UGT¡±. Barea permaneci¨® en Gran Breta?a dedicado a la escritura y el periodismo hasta su muerte en 1957. Ferrater Mora tras vivir en la capital francesa entre enero y abril de 1939 marchar¨ªa despu¨¦s a La Habana y de all¨ª a EE UU donde desarrollar¨ªa su carrera acad¨¦mica y obtendr¨ªa la nacionalidad estadounidense. Morir¨ªa en Barcelona en 1991. Elena Fort¨²n iniciar¨ªa un periplo que la llevar¨ªa por Francia, Suiza y Argentina hasta su regreso a Espa?a en 1948.

Otros como el escritor Xavier Benguerel, ganador en 1974 del premio Planeta con la novela Icaria, Icaria solicit¨® asilo en M¨¦xico, pero acab¨® exil¨¢ndose en Chile. El escultor Enrique Moret Atruells se refugi¨® en Cuba. Ram¨®n Vinyes termin¨® en Barranquilla (Colombia) donde dirigi¨® la revista Voces, la m¨¢s vanguardista del pa¨ªs, y ser¨ªa el modelo de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez para su personaje de el sabio catal¨¢n en Cien a?os de soledad.

Tambi¨¦n se encuentran profesionales eminentes como el catedr¨¢tico de Hacienda P¨²blica, Jes¨²s Prados Arrarte, quien entonces menor de 30 a?os y con direcci¨®n en ¡°54 Rue de Motz, Toulouse¡±, redacta a m¨¢quina su curr¨ªculum vitae en tres folios y en otro folio y medio su actividad pol¨ªtica y militar durante la guerra. En ellos detalla que en esos a?os no tuvo actividad cient¨ªfica alguna ¡°por haberse enrolado como voluntario el 18 de julio de 1936¡± y su expulsi¨®n del PCE en 1933 por ¡°labor faccional¡± tras haber ingresado dos a?os antes. Prados Arrarte se exiliar¨ªa en Argentina y Chile y no volver¨ªa a Espa?a hasta 1954. Catedr¨¢tico desde 1959 de la Universidad Complutense de Madrid, ocupar¨ªa el sill¨®n ¡°N¡± de la Real Academia Espa?ola en 1981.

Tambi¨¦n se hallan algunas cartas de recomendaci¨®n para facilitar la emigraci¨®n a M¨¦xico de los refugiados escritas por otros espa?oles ya asentados en el pa¨ªs de acogida, por notables de la pol¨ªtica mexicana del momento como el pintor estalinista Siqueiros o el sindicalista Vicente Lombardo Toledano e incluso por extranjeros como el corresponsal entonces del diario brit¨¢nico Manchester Guardian, Frank Jellinek.

Entre ellas destaca una del poeta Le¨®n Felipe, exiliado en M¨¦xico desde1938, en las que solicita que se incluyan en las listas de embarque a ¡°las familias del teniente coronel Rafael Trigueros y de Joaqu¨ªn Velasco". Y despu¨¦s, escrito a mano, a?ade: ¡°Otra familia, parientes de Octavio Paz, a cuya casa vendr¨¢n¡±.

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