Zapatero: ¡°Lo hecho, hecho est¨¢¡±
El expresidente habla de s¨ª mismo, de la crisis y del PSOE, tras un a?o alejado de la pol¨ªtica
En unos d¨ªas se cumplir¨¢ un a?o del final del mandato de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero como presidente. Durante este tiempo ha ofrecido un perfil p¨²blico discreto, al margen de las contiendas de la pol¨ªtica. Zapatero recibi¨® a EL PA?S para charlar sobre su experiencia como expresidente. Lo hizo en su despacho del Consejo de Estado, muy distinto al que ocupaba en La Moncloa. Es austero, de cuatro por cuatro, en el que caben una mesa y dos sof¨¢s peque?os, con otra mesita. Su decoraci¨®n se limita a unos cuadros cedidos por el Museo Reina Sofia y una foto del propio Zapatero con el Rey y otros presidentes. Est¨¢n Felipe Gonz¨¢lez, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y Mariano Rajoy. Es una foto reciente. Faltan Adolfo Su¨¢rez y Leopoldo Calvo Sotelo. Su ventana asoma a la calle madrile?a de Bail¨¦n.
Valora mucho su vinculaci¨®n con una instituci¨®n ¡°tan seria y rigurosa¡±, que le permite relacionarse con consejeros y letrados ¡°muy bien formados y con acreditada independencia¡±.
Zapatero muestra orgulloso un texto reci¨¦n terminado que le ha encargado Le Monde sobre el matrimonio homosexual. Dej¨® el poder hace 12 meses y est¨¢ lejos de sentir nostalgia. Confiesa que ha pasado de la preocupaci¨®n inmediata y constante, ¡°a veces cercana a la angustia¡±, que vivi¨® en su ¨²ltima etapa, a la preocupaci¨®n desde la distancia que siente ahora. Su nuevo estado, tras casi ocho a?os en La Moncloa, le ha permitido ¡°una recuperaci¨®n de los buenos momentos con la familia y los amigos que a uno le dan la vida¡± y ¡°m¨¢s tiempo para leer y escribir¡±.
Zapatero se despierta pronto. Sobre las siete de la ma?ana desayuna mientras lee la prensa. Unos cuatro d¨ªas a la semana sale a correr. Luego, acude al Consejo de Estado o se acerca a la sede de la Fundaci¨®n Ideas, en Gobelas, en cuyo seno preside la Fundaci¨®n Progreso Global. Ha recuperado los almuerzos fuera de casa, que aprovecha para entrevistarse con gentes diversas de la pol¨ªtica, la econom¨ªa y el periodismo.
M¨¢s all¨¢ de eso, no habla con mucha gente. ¡°Era verdad eso de que una de las cosas que te hace notar enseguida que has dejado de ser presidente del Gobierno es que el tel¨¦fono ya no suena¡±, confiesa. La mayor¨ªa de su tiempo libre lo dedica a leer y a escribir: ¡°Estoy leyendo mucho de lo publicado acerca de la crisis econ¨®mica con una orientaci¨®n hacia las claves europeas¡±.
Est¨¢ terminando de redactar su libro, cuya publicaci¨®n ha decidido atrasar. Ha preferido que pase un tiempo razonable antes de hacerlo. Advierte que no ha pretendido escribir unas memorias, como s¨ª ha hecho Aznar. Su texto est¨¢ centrado en la crisis, en su valoraci¨®n, en el relato de su experiencia al frente del Gobierno en un tiempo tan azaroso y complicado. Su primera pretensi¨®n es que sea ¨²til para entender esa etapa.
Zapatero justifica su libro: ¡°Trato de expresar con sinceridad lo que viv¨ª y lo que sent¨ª, las contradicciones que tuve, d¨®nde y en qu¨¦ momento, lo que no pude lograr... Y al hilo de esa vivencia tan directa, ahora, con la libertad que me da no estar en la presidencia, intento ofrecer mi valoraci¨®n sobre la incidencia de la crisis en Espa?a y en Europa, en sus sistemas econ¨®mico y pol¨ªtico¡±.
Se atiene al compromiso adquirido cuando dej¨® La Moncloa de evitar pronunciamientos sobre la pol¨ªtica del actual Gobierno y la estrategia del PSOE. Eso explica su clamorosa ausencia en la pol¨ªtica, facilitada por su renuncia al acta de diputado.
Sabe que para muchos pol¨ªticos y medios de comunicaci¨®n, y no solo de la derecha, sigue siendo el chivo expiatorio de la crisis, el responsable de la ¡°herencia recibida¡±. ¡°Los dem¨®cratas tenemos que saber encajar bien las cr¨ªticas. Ya no estoy en la pol¨ªtica. El libro no entra en diatribas partidistas ni tiene una visi¨®n pol¨ªtica estrecha. Recoge mi reflexi¨®n sobre lo que quise hacer y no pude¡±, dice, y trata de explicar, con ello, su silencio ante los ataques que a¨²n recibe.
Asegura que ¡°no guarda recelos¡± a sus adversarios pol¨ªticos ni a los medi¨¢ticos. Cree que, a pesar de todo lo vivido, su respeto al adversario ha quedado ¡°inc¨®lume¡± y su ¨¢nimo, ¡°tranquilo¡±.
Llegado al punto de la ¡°herencia recibida¡±, mantiene el discurso del ¡°me cueste lo que me cueste¡± con que acompa?¨® las medidas impopulares que tom¨® en mayo de 2010 ¡ªque sigue defendiendo¡ª para evitar una intervenci¨®n de Europa en Espa?a, que cree habr¨ªa que juzgar en aquel momento y que hubiera sido peor.
Al plantearle si su libro es autocr¨ªtico responde: ¡°Profundizo en algunos temas, sobre todo, en las debilidades estructurales de la econom¨ªa espa?ola en la llegada de la crisis¡±. Preguntado sobre c¨®mo ve la recuperaci¨®n, aclara: ¡°A corto plazo, a¨²n nos esperan tiempos dif¨ªciles o muy dif¨ªciles y nuestro futuro en esta crisis transnacional va a depender decisivamente de c¨®mo evolucione la UE¡±.
Cuando se le recuerdan las cr¨ªticas contra algunos de sus nombramientos de ¡°escasa preparaci¨®n¡±, salta como un resorte: ¡°?Acaso son inexpertos Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, Pedro Solbes, Jos¨¦ Bono, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba o Manuel Chaves? Y no siempre se fue justo con los j¨®venes. En todo caso, la responsabilidad pol¨ªtica de un Gobierno es de su l¨ªder en un 90%. Solo tengo palabras de agradecimiento para ellos. Me dieron un apoyo enorme y mis afectos est¨¢n intactos¡±.
Admite que su paso por La Moncloa mut¨® su percepci¨®n ¡°de la capacidad de la pol¨ªtica y del poder de la democracia para cambiar las cosas¡±. ¡°Quiz¨¢s sea un problema temporal. Pero la democracia ha entregado parte de su destino a la econom¨ªa. Los liberales dir¨¢n que a la sociedad. Pero se han resentido principios que impulsaban la democracia, como la igualdad¡±, denuncia.
Zapatero s¨ª estima que ¡°la fuerza del poder democr¨¢tico se puso de manifiesto en temas muy importantes, como el fin de ETA¡±. Y entre unas y otras, situar¨ªa un ¨¢mbito de ¡°decisiones democr¨¢ticas que, aunque lo pretenden, no logran poner fin a los conflictos, que quedan a medio camino, sin un relato consistente¡±. Se resiste a pronunciarse sobre sus aciertos y desaciertos: ¡°No me siento a gusto. Tengo cierto pudor y no soy objetivo. Lo hecho, hecho est¨¢. Es pronto para pronunciarse¡±.
Ni siquiera presume del logro del fin de ETA, uno de sus activos, junto a la promoci¨®n de los derechos c¨ªvicos y sociales: ¡°El fin de ETA es una de las cosas que uno se queda para s¨ª mismo. La sensaci¨®n es muy ¨ªntima. ?Hay tanta gente a la que quisiera abrazar por esto!¡±.
Sobre lo que s¨ª consider¨® que deb¨ªa pronunciarse como expresidente es sobre la ofensiva soberanista del presidente de la Generalitat Artur Mas y en particular sobre el modo en que la lanz¨®. Zapatero, que cree haber acreditado su apoyo a la singularidad de Catalu?a, considera que la democracia no puede entenderse ¡°nunca sin el respeto a las reglas¡±. Le parece una contradicci¨®n hist¨®rica la de ¡°defender una uni¨®n con Europa al tiempo que se proclama la desuni¨®n con Espa?a¡±.
Habla con frecuencia con el secretario general del PSOE, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba. ¡°No le doy consejos. Le doy opiniones. Es para que sepa que algunos sabemos lo dif¨ªcil que es la tarea¡±. Tambi¨¦n mantiene una buena y frecuente relaci¨®n con Felipe Gonz¨¢lez y con el secretario general de UGT, C¨¢ndido M¨¦ndez.
Apenas hace vida partidista. Le han invitado a actos contados del PSOE. Asisti¨® en mayo a uno en la Jaime Vera, ante los alumnos de un m¨¢ster sobre liderazgo pol¨ªtico. En su intervenci¨®n argument¨® que el l¨ªder pol¨ªtico tiene que cumplir tres requisitos: tener la aptitud y la actitud de encarnar las ideas y anhelos de la gente, para lo cual hay que mostrar capacidad de escuchar y de entender; arriesgar, tomar decisiones y defenderlas, aunque, a veces, no se entiendan al comienzo; y perder alguna vez para saber ganar.
El pasado 2 de diciembre particip¨® en el acto por el 30? aniversario del primer Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez. Solo apunt¨® su visi¨®n sobre la pol¨ªtica espa?ola y la del PSOE: ¡°Se necesita una Espa?a de m¨¢s entendimientos, una democracia que se legitime d¨ªa a d¨ªa y necesitamos un partido que reclame, que mantenga los afectos, la lealtad y la unidad¡±.
No ha vuelto a entrevistarse con Rajoy desde el traspaso de poderes, aunque han coincidido en alg¨²n acto, como su toma de posesi¨®n en el Consejo de Estado. Su relaci¨®n personal siempre fue cordial. Como lo es con los pol¨ªticos del PP con los que se topa. La vicepresidenta Soraya Sa¨¦nz de Santamaria es con la que mantiene m¨¢s relaci¨®n del Gobierno.
Zapatero defiende la necesidad de acuerdos pol¨ªticos para afrontar la crisis as¨ª como fortalecer la unidad interna en el PSOE. Con esta pauta, renunci¨® a pronunciarse entre Rubalcaba y Carme Chac¨®n en el Congreso del PSOE de febrero y contin¨²a al margen de ese debate interno.
Acude gustoso a actos a los que le invitan sus anteriores colaboradores, como la presentaci¨®n de los libros de Jos¨¦ Bono y Jordi Sevilla. Sorprendi¨® su ausencia tras la muerte de Santiago Carrillo, porque era conocido su afecto por ¨¦l. Opt¨® por la discreci¨®n y, al poco, pas¨® una ¡°tarde muy agradable¡± con la familia del l¨ªder comunista.
Zapatero destaca que mantiene una buena relaci¨®n institucional con la Corona y que siempre est¨¢ dispuesto a hablar con el Rey, al que le une una relaci¨®n de sincero afecto personal.
Estos meses se ha estrenado como conferenciante en foros extranjeros. Ha intervenido ante las c¨¢maras de comercio de Maracaibo (Venezuela), en el Foro Internacional de Doha, en la Cumbre de R¨ªo de Janeiro sobre sostenibilidad y en dos ocasiones, en Asilah (Marruecos). En general, trata de exhortar a sus oyentes a no subestimar la capacidad de la Uni¨®n Europea y de Espa?a de superar esta crisis y de seguir actuando como actores relevantes de la globalizaci¨®n.
Pero las actividades que confiesa que m¨¢s le entretienen y motivan ahora son la lectura y la escritura. De modo que una vez que publique su libro sobre la crisis, va a trabajar en otro texto sobre el que a¨²n est¨¢ dando vueltas.
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