El PP intenta cerrar su crisis con un pacto de m¨ªnimos sin atacar a B¨¢rcenas
Rajoy hace equilibrios entre Cospedal y los que no quer¨ªan ir contra el extesorero
Es un secreto a voces en el PP: la divisi¨®n interna crece cada d¨ªa. Sin embargo, esta guerra fr¨ªa que se viv¨ªa en el partido e incluso entre esta formaci¨®n y el Gobierno estaba en un segundo plano. Era un comentario limitado a los cen¨¢culos del PP. El caso B¨¢rcenas ha estallado todo. Y la divisi¨®n interna ya es un problema admitido en privado como algo real. Es eso lo que explica, seg¨²n el an¨¢lisis m¨¢s extendido en el partido, que el PP haya dejado crecer la bola del caso B¨¢rcenas hasta convertirse en una especia de enorme madeja casi imposible de gestionar. Ese galimat¨ªas diario tuvo ayer dos nuevos episodios clave. Primero, el extesorero denunci¨® de nuevo a su partido, y es la tercera vez en una semana, por ¡°maltrato laboral¡±. Antes lo hizo por despido improcedente y luego por robo. El desconcierto en el PP con la estrategia de ataque del que fuera uno de los hombres m¨¢s importantes del partido es total.
Poco despu¨¦s de que la edici¨®n digital de este peri¨®dico adelantara ayer la noticia del ¨²ltimo movimiento judicial de B¨¢rcenas, el PP daba a conocer su primer contrataque: anunci¨® que ha presentado una demanda ¡ªque de momento se niega a entregar¡ª pero no contra B¨¢rcenas, como muchos en el partido esperaban y se hab¨ªa anunciado, y varios medios de comunicaci¨®n, sino contra la empresa editora de EL PA?S y de forma muy indefinida contra el ¡°autor¡± de esos documentos. La demanda no va directamente contra el extesorero, algo que sorprendi¨® ayer a algunos dirigentes. Unos lo explicaban por motivos jur¨ªdicos: para tener m¨¢s posibilidades de ¨¦xito. Otros, pol¨ªticos: para buscar un pacto interno con el que zanjar esta crisis.
La presi¨®n entre dos sectores del partido, los que quer¨ªan ir abiertamente contra el extesorero, y los que prefer¨ªan mantener la cautela, fue resuelta finalmente por el l¨ªder del PP, Mariano Rajoy, con una decisi¨®n intermedia, un pacto de m¨ªnimos, muy en su estilo. Ni hay demanda generalizada contra varios medios (¡°todos¡± los que hablaron con fuentes an¨®nimas de sobresueldos en el PP, diarios, radios y televisiones incluidas), como se anunci¨® hace m¨¢s de un mes, ni hay demanda clara y directa contra el extesorero. Por no haber, ni siquiera hay demandas individuales de los aludidos, al menos seg¨²n la versi¨®n oficial difundida ayer por los portavoces del PP en medio de un gran secretismo.
Se sumar¨¢n a la iniciativa judicial presentada por el partido cuatro hist¨®ricos del PP: Javier Arenas, ?ngel Acebes, Jaime Mayor y Rodrigo Rato. Pero no est¨¢ Mar¨ªa Dolores de Cospedal, que ya ha presentado su propia demanda individual, ella s¨ª, ni tampoco el presidente del Gobierno, que no va a aparecer por ninguna parte. Los portavoces del PP aseguran que Rajoy est¨¢ indirectamente porque lidera el partido y dicen que en su interpretaci¨®n la demanda tambi¨¦n afecta al extesorero con nombre y apellidos.
M¨¢s de un mes ha necesitado as¨ª el PP en decidir qu¨¦ hacer. Mucho m¨¢s r¨¢pido, hace casi tres semanas, la secretaria general, la que con m¨¢s ah¨ªnco quer¨ªa ir contra el extesorero, present¨® su propia demanda generando mucho malestar interno. Era, seg¨²n su propia nota, ¡°contra Luis B¨¢rcenas y contra la sociedad editora del diario EL PA?S¡±. La demanda del PP de ayer, por el contrario, es ¡°contra la empresa editora del diario El Pa¨ªs, as¨ª como contra el autor de los falsos papeles publicados que, seg¨²n dicho medio de comunicaci¨®n, es Luis B¨¢rcenas, aunque ¨¦l lo haya negado p¨²blicamente y ante la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n¡±, seg¨²n el comunicado oficial. La redacci¨®n, a falta de conocer ambas demandas ¡ªCospedal tampoco muestra la suya¡ª es distinta. De manera que la secretaria general s¨ª se querella contra el extesorero pero el partido que dirige no lo hace tan claramente.
La reacci¨®n contra el extesorero, y la virulencia dial¨¦ctica que hab¨ªa que emplear contra ¨¦l, fueron desde el primer minuto el eje de la batalla interna. Barones territoriales cr¨ªticos con Rajoy, como Esperanza Aguirre, y otros m¨¢s cercanos, como Alberto N¨²?ez Feij¨®o, Luisa Fernanda Rudi, Jos¨¦ Antonio Monago o Juan Vicente Herrera, reclamaron hace un mes y ante Rajoy que el PP fuera contra B¨¢rcenas en los tribunales. Herrera incluso se atrevi¨® a pedir al PP que no denunciara a la prensa: ¡°No hay que matar al mensajero¡±, lleg¨® a decir. Muchos dirigentes salieron de esa reuni¨®n convencidos de que habr¨ªa demanda de forma inminente. Pero entonces empez¨® la guerra interna y la confusi¨®n por la supuesta ¡°indemnizaci¨®n en diferido¡± que hizo que el PP pagara a su extesorero, imputado desde 2009, 21.300 euros al mes hasta el pasado 31 de enero, el mismo d¨ªa en que se publicaron los papeles. Y despu¨¦s llegaron las acciones judiciales del extesorero contra el PP, hasta tres.
En medio se ha vivido y se vive la m¨¢s intensa batalla interna y el peor ambiente de desconfianza desde la crisis de 2008, tras la segunda derrota electoral de Rajoy. El presidente ha tratado de preservar su imagen libre del esc¨¢ndalo y para ello ha optado por no citar siquiera por su nombre al extesorero.
Nadie se f¨ªa de nadie, la distancia entre las dos generaciones del PP, los que ya estaban en la etapa de Aznar y los que llegaron en 2008, con la renovaci¨®n que impuls¨® Rajoy, es evidente. B¨¢rcenas ha intentado atacar a Cospedal, y esta ha sufrido un enorme desgaste por sus dificultades para explicar el contrato con el extesorero. Esa par¨¢lisis ha provocado momentos in¨¦ditos: dos veces en tres semanas los periodistas se han quedado sin la habitual rueda de prensa de los lunes. Nadie quer¨ªa asumir el coste de salir a explicar lo inexplicable.
Con la demanda y este precario pacto interno, muy al estilo de Rajoy, que no satisface a nadie pero a todos complace en algo, el presidente busca un poco de tiempo, ya que la presi¨®n para hacer algo era fuerte. La pr¨®xima cita clave es el lunes. Rajoy presentar¨¢ a Cospedal en un desayuno informativo en un lujoso hotel madrile?o. El acto servir¨¢ para respaldar a su secretaria general en uno de sus peores momentos.
Nadie se plantea cambios a corto plazo: Rajoy es siempre reacio y mucho m¨¢s en plena tormenta del caso B¨¢rcenas. Pero a medio plazo, antes del verano, varios dirigentes consultados coinciden en que es probable que el presidente trate de dar un impulso pol¨ªtico cambiando cosas en el funcionamiento del PP e incluso del Gobierno.
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