Rajoy se desvincula de la presencia de negociadores etarras en Noruega

La presencia de tres etarras en Noruega, expulsados por ese pa¨ªs y probablemente ahora en Francia, le resulta ajena al Gobierno que preside Mariano Rajoy: ¡°Para dejar las cosas claras si estas personas estaban o no en Noruega si dejaron o no de estar, nada tiene que ver con las decisiones del Gobierno que yo presido, nada que ver¡±. De manera enf¨¢tica el presidente del Gobierno ha hecho estas apreciaciones con el af¨¢n de dejar claro en la sesi¨®n de control en el Congreso de los Diputados que su Gobierno ni ha consentido ni ha favorecido la larga estancia de tres etarras en Oslo (Jos¨¦ Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, David Pl¨¢ e Iratxe Sorzabal), tal como le ha reprochado la portavoz de UPyD, Rosa D¨ªez. Con esta respuesta el presidente del Gobierno adem¨¢s de asegurar que no conoc¨ªa esta situaci¨®n, sobre todo, pone la pelota en el tejado del anterior Ejecutivo, que impl¨ªcitamente, seg¨²n el PP, no impidi¨® la acci¨®n de los verificadores del fin de la violencia de los etarras.

Este asunto ha sido el primero con el que ha abierto la sesi¨®n de control al Gobierno a trav¨¦s de una pregunta de D¨ªez a Rajoy. Ya empez¨® mal porque el presidente, como le ocurri¨® en el debate de la naci¨®n del mes pasado, insiste en cambiar una vocal del apellido de la l¨ªder de UPyD y llamarla "D¨ªaz". ¡°D¨ªez, presidente; Rosa D¨ªez, presidente¡±, le ha corregido la diputada.

Pero la insatisfacci¨®n de D¨ªez ha venido por la respuesta del presidente a sus afirmaciones de que ¡°es imposible¡± que el Gobierno no supiera de la presencia de los etarras en Noruega, con los llamados verificadores ¡° y seguramente negociando¡±. No cree la diputada que el Gobierno fuera ajeno a esta presencia de los terroristas en ese pa¨ªs europeos desde noviembre de 2011.

¡°Ustedes sab¨ªan y consintieron que estuvieran en Noruega, por qu¨¦ si no, hubieran llamado a consultas al embajador y, sobre todo ?c¨®mo se compadece su afirmaci¨®n de que se perseguir¨¢ a los etarras all¨ª donde est¨¦n con este consentimiento?¡±, pregunt¨® D¨ªez, tras relatar el historial sanguinario de los tres aludidos, que ahora seguramente est¨¢n ya en Francia una vez que fueron expulsados por el Gobierno noruego.

Ni una sola concesi¨®n ha hecho el presidente del Gobierno a estas afirmaciones. Ni un mil¨ªmetro se ha salido del guion, de que este Gobierno ¡°ni ha negociado ni negociar¨¢ con ETA¡±, y adem¨¢s, sobre estos tres etarras hay orden de detenci¨®n internacional y, en dos casos, orden de entrega¡±. Y, una vez m¨¢s, la afirmaci¨®n de que con ETA ¡°no hay nada que negociar¡±.

Ultim¨¢tum de violencia

La c¨²pula etarra llevaba acogida por Noruega desde finales de 2011, coincidiendo con el anuncio del cese definitivo de la violencia realizado por la banda. El pasado enero, las conversaciones que Ternera, Pla y Sorzabal manten¨ªan con la Comisi¨®n Internacional de Verificaci¨®n ¡ªun grupo experto en resoluci¨®n de conflictos compuesto por expertos militares y policiales de varios pa¨ªses¡ª naufragaron ante la ausencia de ¡°gestos¡± que demostraran la voluntad de paz de los etarras. Este fracaso provoc¨® que las autoridades de Oslo ordenaran la salida la direcci¨®n de la banda de su territorio. Francia y Espa?a ya hab¨ªan solicitado al pa¨ªs n¨®rdico que dejara de acoger a los miembros de ETA, que est¨¢n buscados por la justicia.

Durante su estancia en Noruega, los etarras mantuvieron varios encuentros con los verificadores internacionales y con representantes de la izquierda abertzale desplazados desde el Pa¨ªs Vasco. Sin embargo, al contrario de lo que ocurri¨® en el fallido proceso de paz de 2006, en esta ocasi¨®n el Gobierno espa?ol no envi¨® a ning¨²n interlocutor para negociar con los etarras.

Tras la expulsi¨®n, la Comisi¨®n de Verificaci¨®n Internacional del cese definitivo de la violencia, presidida por Ram Manikkalingam, ha dado a la banda de plazo hasta septiembre para que avance hacia el desarme. En el caso de que no se produzcan avances en la consolidaci¨®n de ese final, la comisi¨®n se disolver¨¢ y finalizar¨¢ su papel verificador y, con ello, previsiblemente, la protecci¨®n internacional a ETA.