No son los partidos, sino estos partidos
Los espa?oles siguen teniendo claro que sin formaciones pol¨ªticas no puede haber democracia
Sabemos ya (el CIS lleva tiempo detect¨¢ndolo) que para los espa?oles los pol¨ªticos y los partidos representan, actualmente, uno de los principales problemas que pesan sobre nuestra sociedad. Sabemos tambi¨¦n, y los datos de Metroscopia que acompa?an a estas l¨ªneas as¨ª lo atestiguan, que el profundo descr¨¦dito en que han ca¨ªdo las actuales formaciones pol¨ªticas parece guardar relaci¨®n con el hecho de que, a los defectos que desde hace tiempo se les vienen achacando (como su propensi¨®n a la bronca permanente, su incapacidad de pactar y su, al menos en apariencia, b¨²squeda del poder por el poder, aun a costa del propio ideario) ha venido a sumarse ahora la p¨¦rdida de anteriores virtudes (como el inter¨¦s por las opiniones de la ciudadan¨ªa o su condici¨®n de cauce para la participaci¨®n de esta en la vida p¨²blica). Pero, al mismo tiempo, y seg¨²n los ¨²ltimos datos, los espa?oles siguen teniendo claro que sin partidos no puede haber democracia y que estos son necesarios para articular y defender los intereses de los distintos grupos sociales: estas dos ideas b¨¢sicas han perdido, ciertamente algo de fuerza ¡ªcomo no pod¨ªa sin duda dejar de ocurrir en estos ¨²ltimos cinco a?os, pero siguen siendo claramente predominantes en nuestra sociedad.
La crisis econ¨®mica y el descr¨¦dito reciente de los partidos no han mellado en nada la identificaci¨®n de los espa?oles con la democracia ni su convicci¨®n de que es preferible a cualquier otra forma de gobierno (lo afirma ahora un 80%, seis puntos m¨¢s que hace un a?o) y se mantiene intacta la mayoritaria creencia de que, con todos sus defectos e insuficiencias, la actual democracia constituye el per¨ªodo en que mejor ha estado Espa?a en toda su historia. Lo cual invita a concluir que en nuestro pa¨ªs no est¨¢ realmente en crisis el sistema democr¨¢tico: lo que la ciudadan¨ªa cuestiona es la forma en que lo est¨¢n haciendo funcionar las formaciones e instituciones a quienes corresponde pilotarlo. Esto puede explicar el sostenido y amplio respaldo ciudadano a movimientos como el 15-M que lo que b¨¢sicamente plantean no es la reinvenci¨®n del sistema pol¨ªtico sino que la actual democracia funcione como deber¨ªa.
Esta fidelidad ciudadana al sistema democr¨¢tico de partidos encuentra reflejo en tres datos que mutuamente se complementan y refuerzan. Por un lado, una amplia mayor¨ªa (70%) anhela la aparici¨®n de nuevos partidos o formaciones pol¨ªticas, perdida ya la esperanza de que los actuales logren regenerarse y funcionar de forma distinta a como lo est¨¢n haciendo. Por otro lado, tambi¨¦n siete de cada diez espa?oles (67%, porcentaje que sube hasta el 78% entre los menores de 35 a?os, y que alcanza incluso el 61% entre los votantes del PP y el 69% entre los del PSOE) creen que lo mejor que los distintos movimientos ciudadanos (como 15-M, PAH o las mareas ciudadanas) pueden ahora hacer es constituirse en formaciones pol¨ªticas y disputar los votos a los partidos.
Probablemente, lo m¨¢s prudente es entender esta recomendaci¨®n como un anhelo expresado en forma inversa: es decir, que el estilo que atrae de estos movimientos, y que tan amplio apoyo les ha granjeado (cercan¨ªa y conexi¨®n con el sentir ciudadano, b¨²squeda de una din¨¢mica democr¨¢tica m¨¢s abierta, participativa y flexible) fuese lo que realmente caracterizara a nuestro sistema de partidos. Y en tercer lugar, y de forma masiva, los espa?oles se declaran a favor de una reforma de la ley electoral que permita, para el caso de los partidos minoritarios de ¨¢mbito nacional, un reparto de esca?os proporcional al total de votos obtenidos. Ello podr¨ªa dar lugar a un importante cambio en nuestra escena pol¨ªtica, que en realidad consistir¨ªa tan solo en un retorno a aqu¨¦l ¡°bipartidismo imperfecto¡± que ya la caracterizara. ?Ser¨ªa esto bueno o malo para nuestro sistema? Los espa?oles ¡ªque llevan tiempo renegando en los sondeos de las mayor¨ªas absolutas aunque luego con su voto las propicien¡ª parecen tenerlo claro: el 74% cree que ser¨ªa positivo.
Jos¨¦ Juan Toharia, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa, es presidente de Metroscopia.
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