Rubalcaba entra en el cuerpo a cuerpo: ¡°Usted hace da?o a Espa?a. V¨¢yase¡±

Mariano Rajoy busc¨® el enfrentamiento directo con el PSOE y Alfredo P¨¦rez Rubalcaba entr¨® en el ¡°cuerpo a cuerpo¡± exigiendo su dimisi¨®n. Este jueves qued¨® claro que el debate parlamentario sobre el caso B¨¢rcenas fue, sobre todo, una disputa entre dos interlocutores: el presidente del Gobierno y el l¨ªder de los socialistas. Y en ese cara a cara tambi¨¦n qued¨® demostrado que la comparecencia del jefe del Ejecutivo no va a desactivar al principal partido de la oposici¨®n, que no renuncia a presentar una moci¨®n de censura. ¡°Un instrumento¡±, dijo el secretario general, ¡°al que, teniendo en cuenta lo que ha pasado y lo que puede pasar, no renunciamos¡±.

Rubalcaba defendi¨® lo mismo desde el principio, aunque endureci¨® el tono progresivamente, sobre todo en la r¨¦plica. Esto es, Rajoy debe dimitir. Porque su gesti¨®n del esc¨¢ndalo del extesorero no solo afecta a la credibilidad del Partido Popular sino que le resta autoridad para gobernar. ¡°Usted est¨¢ haciendo da?o a Espa?a. Por eso, hoy aqu¨ª le pido que se marche. Le pido un acto de generosidad con un pa¨ªs que no puede sufrir por tener al frente a un presidente como usted¡±, le reclam¨® ante de enfatizar, en su segunda intervenci¨®n, un mensaje que recordaba el c¨¦lebre ¡°v¨¢yase, se?or Gonz¨¢lez¡± de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en abril de 1994.

Rubalcaba lo adapt¨® al contexto actual y al caso del extesorero de los populares. ¡°Si tiene sentido de Estado, v¨¢yase cuanto antes¡±, exigi¨® en un discurso que tuvo un hilo conductor: la mentira. Ayer todos acusaron a todos de mentir. Pero el l¨ªder del PSOE vincul¨® en todo momento el comportamiento de Rajoy a la responsabilidad de gobierno. ¡°Un presidente no puede amparar ilegalidades, beneficiarse de ellas, ni mentir, ni ningunear al Parlamento ni estar sometido a hipotecas¡±, afirm¨® en referencia al chantaje de Luis B¨¢rcenas. Tambi¨¦n abund¨® en la gesti¨®n de las finanzas del partido mayoritario. ¡°Hechos: la contabilidad b es exactamente la contabilidad del partido. Y por eso, se?or Rajoy, le digo que usted no dijo la verdad a los espa?oles el 2 de febrero \[en el Comit¨¦ Ejecutivo en el que neg¨® los papeles de B¨¢rcenas\]. No dijo la verdad cuando dijo que todo era falso. Porque la contabilidad b es cierta¡±.

Rubalcaba mantiene la moci¨®n y exige a Rajoy que se vaya por el ¡®caso B¨¢rcenas¡¯

El ataque m¨¢s directo al jefe del Ejecutivo, no obstante, lleg¨® con las referencias a sus contactos con el ¡°tesorero infiel¡±, como le defini¨®, incluso despu¨¦s de que se conocieran sus cuentas suizas, el pasado enero. Una frase que pretend¨ªa marcar las distancias y tumbar la justificaci¨®n de Rajoy, que solo admiti¨® un error en haber confiado en ¨¦l. ¡°Yo jam¨¢s he cobrado un sobresueldo porque jam¨¢s en mi vida pol¨ªtica he cobrado en negro; jam¨¢s he visto mi nombre mencionado en ninguna contabilidad b; jam¨¢s he pedido a los espa?oles que se bajen el sueldo mientras yo me lo sub¨ªa; y jam¨¢s le he mandado un SMS a ning¨²n delincuente¡±, asegur¨®.

La bancada socialista sali¨® satisfecha del pleno y, aunque Rubalcaba afront¨® el principio de su intervenci¨®n con aparente incomodidad, en el PSOE consideran que la estrategia estaba muy medida. Rajoy evit¨® referencias directas al caso de los ERE en Andaluc¨ªa ¡ªs¨ª las emple¨® el portavoz popular, Alfonso Alonso¡ª, lo que permiti¨® abundar en el verdadero objeto del debate. Un debate ¡°triste¡± que, si para el PP supone un punto y aparte, para los socialistas solo fue un punto y seguido.