La polic¨ªa sitia la ciudad paname?a donde asesinaron al cura espa?ol
Detenida sin cargos la empleada del hogar de la vivienda donde fue atacado
La polic¨ªa paname?a ha tomado este viernes la ciudad paname?a de Col¨®n, en la costa del Caribe, donde el mi¨¦rcoles falleci¨® un cura espa?ol tras recibir una paliza en la casa donde viv¨ªa, para localizar a sus tres presuntos agresores. La empleada del hogar de la vivienda del obispo em¨¦rito de la ciudad Carlos Mar¨ªa ?riz, donde resid¨ªa An¨ªbal G¨®mez, de 67 a?os, fue "retenida sin cargos" el jueves por su supuesta vinculaci¨®n con el homicidio.
Un portavoz de la fiscal¨ªa paname?a ha declarado a Efe que a¨²n no se han imputado cargos contra la sirvienta, Mar¨ªa Castillo, y que sigue investigando a otras dos personas, una de ellas la pareja sentimental de esta mujer. Fue una empleada del hogar, presuntamente Castillo, quien encontr¨® el cad¨¢ver de G¨®mez, atado y con se?ales de haber sido golpeado. Los agentes, sin embargo, a¨²n no han aclarado su vinculaci¨®n con el homicidio.
Mientras continuaba el despliegue policial, el cuerpo de G¨®mez ha sido expuesto entre las 11 de la ma?ana y las dos de la tarde (hora local) en el velatorio de la iglesia Madre de Dios de Davis, donde oficiaba sus misas, seg¨²n informa el peri¨®dico La Prensa. La ciudad est¨¢ conmocionada por la muerte violenta de este hombre. La jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica local tiene un sentimiento de tristeza "inmenso", seg¨²n las declaraciones del portavoz apost¨®lico de Panam¨¢, Andr¨¦s Cassascosa Coso, que asegur¨® que la habitaci¨®n de G¨®mez "qued¨® muy revuelta" tras el atraco. Las primeras pesquisas apuntan a que los tres individuos que apalizaron al cura ten¨ªan la intenci¨®n de robarle.
G¨®mez llevaba m¨¢s de dos d¨¦cadas en el pa¨ªs latinoamericano donde, antes de convertirse en el p¨¢rroco de la iglesia Madre de Dios, hab¨ªa sido director del colegio cat¨®lico Academia Santa Mar¨ªa. Estaba muy vinculado a las iniciativas ben¨¦ficas de la Iglesia en esa ciudad.
Nacido en la localidad de Polvoredo (Le¨®n), un pueblo de los Picos de Europa con medio centenar de habitantes, G¨®mez hab¨ªa emigrado hace muchos a?os. Seg¨²n cuentan sus paisanos, volv¨ªa todos los veranos y se dejaba ver durante un mes en esa ¨¦poca. Aunque saben que viv¨ªa y trabajaba en alg¨²n pa¨ªs lejano, los vecinos consultados por este peri¨®dico tienen problemas para saber d¨®nde estaba en concreto.
Sus familiares m¨¢s cercanos, como su hermana Amparo Garc¨ªa, no quieren hablar de ¨¦l y lamentan no tener m¨¢s informaci¨®n sobre el suceso: "No os puedo contar nada nuevo porque vosotros sab¨¦is m¨¢s que yo", afirma al tel¨¦fono, con la voz entrecortada. Tampoco quiere dar informaci¨®n personal sobre ¨¦l, m¨¢s all¨¢ de que hab¨ªa prestado sus servicios en varios pa¨ªses antes que en Panam¨¢.
"Lo conozco del pueblo y de haber tomado alg¨²n vino con ¨¦l cuando viene en verano", apunta Jos¨¦ Manuel, propietario de una casa rural ubicada en el pueblo. "?Claro que s¨¦ qui¨¦n es! Fuimos a la escuela juntos de peque?os. Era un chico muy aplicado", explica otro se?or que recuerda que G¨®mez se fue a estudiar a un colegio de jesuitas a los nueve a?os, pero no sabe decir si a Palencia o Le¨®n. "Al principio de cantar misa estaba aqu¨ª [por el pueblo]. Luego ya se fue a otros pa¨ªses", afirma Natividad Garc¨ªa, otra lugare?a y hermana del compa?ero de clase del cura.?
Sus padres nacieron en esa misma localidad, eran cultos y por las tardes, cuando eran ni?os, daban clases de refuerzo a An¨ªbal G¨®mez y a sus tres hermanos mayores. "Se dedicaban a la labranza, como todo el mundo. Ten¨ªan vacas, ovejas y segaban las tierras que hab¨ªan heredado de sus ancianos. Nosotros, los ni?os, recog¨ªamos hierbas", cuenta su compa?ero.
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