El lado salvaje del ¨¦xito chino
Dos periodistas recorren Europa estudiando los m¨¦todos de las redes de delitos econ¨®micos El imperio levantado por inmigrantes asi¨¢ticos se sustenta muchas veces sobre pilares oscuros
La estampa gris e industrial de la ciudad toscana de Prato se hace visible a medida que el rutilante Mercedes de Hu Yong Zhang se abre paso entre el tr¨¢fico de la capital mundial de la moda r¨¢pida, la pronto moda. Los comercios presididos por carteles con ideogramas en mandar¨ªn flanquean la V¨ªa Pistoiese, por donde se extiende la zona comercial china. El centro neur¨¢lgico de la comunidad late gracias a los miles de negocios ¡ªentre ellos, 2.600 talleres textiles¡ª en manos de una comunidad que, a imagen y semejanza de Hu, es protagonista de un ¨¦xito empresarial fulgurante. De reci¨¦n llegados a amos de la confecci¨®n en poco m¨¢s de una d¨¦cada. Un enriquecimiento glorioso que habr¨ªa fascinado al mism¨ªsimo Deng Xiao Ping, a quien se atribuye la famosa met¨¢fora.
¡°Cuando llegu¨¦ me puse a trabajar en el restaurante de mis padres. Ya en los noventa mont¨¦ uno de los primeros talleres chinos de Prato. Poco a poco fuimos subiendo en la escala de valor y desplazando a los italianos¡±, cuenta este hombre de 43 a?os y natural de Wenzhou. Para desbancar a sus competidores acu?aron una f¨®rmula ganadora: el Made in Italy by Chinese, que no es otra cosa que producir por encargo para las grandes marcas de moda con el prestigioso sello de origen italiano, pero a los precios y la rapidez imbatibles que proporciona la mano de obra china, demasiadas veces explotada de forma clandestina. Gracias a este modelo la comunidad china de Prato es probablemente la m¨¢s din¨¢mica de Europa, al generar un negocio evaluado en 2.000 millones de euros anuales en esta ciudad de 195.000 habitantes. Pero, a la vez, se ha convertido tambi¨¦n en el kil¨®metro cero de la criminalidad econ¨®mica china.
Lo sabe bien Mattia Ianniello, investigador de la Guardia de Finanza de Florencia. Han pasado ya m¨¢s de seis a?os y en su memoria mantiene intactas las im¨¢genes de las pesquisas del mayor zarpazo contra el hampa china en Italia, la Operaci¨®n Cian Ba, cuya fase final se desarroll¨® en 2012. Recuerda el r¨¦gimen de ¡°esclavitud¡±, los ritmos extenuantes y las condiciones infrahumanas que viv¨ªan los empleados en las entra?as de los talleres intervenidos en Prato: ¡°Hab¨ªa algunos atados a la cama¡±, recuerda. Un sufrimiento que genera una competitividad imbatible y beneficios millonarios en negro para quienes controlan el negocio.
Para los chinos, ganar en Europa es dif¨ªcil si no evitan los impuestos¡±, reconoce un prohombre de la comunidad
¡°Todo comenz¨® cuando una empresa de transporte y custodia de dinero nos cont¨® que su mayor negocio no estaba en los bancos, sino en los chinos. Recog¨ªan de forma regular varios millones de euros en peque?os negocios chinos, mientras que los bancos mov¨ªan una media de 200.000 o 300.000 euros al d¨ªa. Y nos preguntamos: ?de d¨®nde procede todo ese dinero?¡±, explica Ianniello. As¨ª que tiraron del hilo. ¡°El primer negocio que investigamos fue una librer¨ªa en Prato que enviaba remesas. Ten¨ªa una superficie de unos diez metros cuadrados, pero enviaba un mill¨®n de euros al d¨ªa divididos en cantidades inferiores a 2.000 euros¡±.
Esas cifras supon¨ªan que cientos de clientes deb¨ªan aparecer diariamente en el local, al menos uno cada dos o tres minutos. Sin embargo, apenas entraba un pu?ado de personas en la librer¨ªa Ou Hua, situada en el n¨²mero 13 de la V¨ªa Cavour y regentada por una hist¨®rica familia china. La misma familia que, seg¨²n los fiscales, controlaba otras 13 agencias de env¨ªo de remesas por toda Italia e incluso la matriz financiera, la Money2Money. ?Cu¨¢l era el origen de todo ese dinero? ?Y por qu¨¦ evitaban en sus transacciones el sistema bancario?
El sistema era relativamente sencillo: seg¨²n la polic¨ªa, recib¨ªan diariamente varios millones de euros en efectivo de la comunidad china, generados por la venta sin declarar de prendas textiles y otras mercanc¨ªas, la emigraci¨®n ilegal, la prostituci¨®n, el contrabando o el comercio de art¨ªculos falsificados, y los enviaban a China camuflados como remesas de inmigrantes. Cuanto m¨¢s efectivo enviaban, m¨¢s necesarios eran los miles de pasaportes e identidades falsas chinas que manejaban para dividir las remesas en cantidades menores a 2.000 euros por persona y trimestre, que es el umbral fijado por el Banco de Italia para que una transacci¨®n no sea se?alada como sospechosa. As¨ª sacaron il¨ªcitamente de Italia m¨¢s de 4.500 millones de euros en cuatro a?os, seg¨²n las autoridades italianas.
Quienes combaten el crimen organizado econ¨®mico chino en Espa?a saben que la Operaci¨®n Cian Ba no es un caso aislado, sino un bot¨®n de muestra de un sofisticado fraude transnacional que ha alcanzado cotas alarmantes. El an¨¢lisis de decenas de sumarios y casos judiciales en Espa?a, Francia, Italia, Portugal, Austria y Rumania, y el centenar de entrevistas con investigadores, fiscales, agentes de aduanas y funcionarios de agencias tributarias y de Interpol apuntan inexorablemente en la misma direcci¨®n: la existencia de una econom¨ªa multimillonaria que progresa y se hace fuerte por cauces il¨ªcitos, como si de un imperio invisible se tratase, y cuya ventaja competitiva reside precisamente en las ventajas que reportan las ilegalidades. Circunstancia esta reconocida incluso por algunos prohombres de la comunidad china en Espa?a.
Uno de ellos es el afable vicepresidente de una de las asociaciones chinas en nuestro pa¨ªs quien, por razones obvias, habla a condici¨®n de anonimato. ¡°Muchos chinos en Espa?a quisieran dar una visi¨®n solo positiva de la comunidad, pero yo quisiera hablar francamente. No podemos olvidar algunas partes de la historia¡±, se arranca durante un almuerzo en Wenzhou. ¡°Para los chinos, ganar dinero en Europa es casi imposible si no evitan el pago de impuestos, porque los negocios no dan tantos beneficios. En el comercio mayorista todos hacen lo mismo porque hay mucha competencia por captar clientes. Y los restaurantes, si solo utilizaran trabajadores legales, ser¨ªa muy dif¨ªcil que pudieran sobrevivir¡±, admite entre bocanadas de humo. ¡°Es imposible acabar con esto porque los chinos aprovechan los puntos d¨¦biles del sistema. Y la gente siempre quiere m¨¢s dinero. Y si no te pillan, siempre puedes seguir ganando mucho m¨¢s¡±, zanja entre carcajadas.
Todas las operaciones desencadenadas en nuestro pa¨ªs en los ¨²ltimos cinco a?os, incluida la medi¨¢tica Emperador, dibujaron un modus operandi delictivo en esa l¨ªnea. El fraude arranca en la importaci¨®n cotidiana y masiva de mercanc¨ªa de l¨ªcito comercio sobre la que, sin embargo, los negociantes asi¨¢ticos tratan de pagar los menores impuestos y aranceles posibles. Tambi¨¦n tocan el comercio il¨ªcito: contrabando de tabaco, de ropa de marca falsificada o de medicamentos falsos. La explotaci¨®n de mano de obra china procedente de la inmigraci¨®n clandestina es tambi¨¦n recurrente. Y, finalmente, crean ingeniosas tramas para sacar il¨ªcita y subrepticiamente los abundantes beneficios con destino a China, donde se reinvierte en producci¨®n o en ladrillo. El c¨ªrculo completo.
Nada se deja al azar entre las familias chinas que controlan estos negocios y que, dicho sea de paso, no integran mafias ni triadas. No hay tatuajes, torturas, ni un malvado capo dei capi. De hecho, el perfil de los ide¨®logos de las tramas es mucho menos cinematogr¨¢fico de lo que podr¨ªa pensarse: bascula entre el empresario hecho a s¨ª mismo y el h¨¢bil delincuente capaz de explotar las fisuras de nuestro sistema; perfil este que coincide con el de Gao Ping, el supuesto cabecilla de la trama desarticulada por la Operaci¨®n Emperador que logr¨® blanquear y evadir entre 800 y 1.200 millones de euros en un periodo de cuatro a?os. Son, en definitiva, emprendedores que se dedican a una actividad legal ¡ªel comercio o la producci¨®n textil¡ª, pero que llevan hasta extremos delictivos el ejercicio de sus actividades para hacerlas m¨¢s lucrativas.
Viaje al puerto de Valencia. En un almac¨¦n del complejo portuario, el de mayor tr¨¢fico mar¨ªtimo de contenedores de Espa?a, se puede comprobar c¨®mo las mercanc¨ªas procedentes del gigante asi¨¢tico sucumben muchas veces al escrutinio oficial. Un grupo de funcionarios inspecciona un contenedor procedente de China que Rita, el superordenador de la Agencia Tributaria, ha considerado que merece las comprobaciones que aparea ser considerada una mercanc¨ªa del ¡°circuito rojo¡±: la apertura para revisar la carga. Las inconsistencias en su declaraci¨®n aduanera han hecho saltar la alarma.
Seg¨²n fuentes no oficiales, entre el 5% y 8% de los contenedores del puerto valenciano se someten a revisi¨®n f¨ªsica. Los an¨¢lisis de riesgo que efect¨²a Rita son la herramienta fundamental para el control inteligente de las mercanc¨ªas que entran en Espa?a, porque el enorme volumen de comercio impedir¨ªa un control pormenorizado de todas las mercanc¨ªas sin colapsar los puertos. Una situaci¨®n que da pie al fraude. La forma habitual de hacerlo es falseando la cantidad, el valor y la naturaleza de la mercanc¨ªa para ahorrar en el pago de aranceles o IVA; as¨ª como el origen de la carga o la identidad real del importador, normalmente a trav¨¦s de estructuras societarias, para asegurarse que les asignen ¡°circuito verde¡±. Cuanto mayor sea la cantidad defraudada al Tesoro p¨²blico, m¨¢s competitividad y margen de beneficio.
La primera alerta se dio en N¨¢poles. Su puerto se hab¨ªa convertido en 2004 en el coladero por el que entraban de contrabando las mercanc¨ªas chinas gracias al arreglo que los comerciantes chinos ten¨ªan con la Camorra, que controlaba las d¨¢rsenas. En cuanto se endurecieron las inspecciones, el tr¨¢fico se desvi¨® en bloque a otros puertos, como Valencia, hasta que una mayor vigilancia en el espa?ol llev¨® a los importadores a despachar por puertos menos combativos: Constanza, Atenas, Lisboa, Southampton o incluso Hamburgo. As¨ª es el juego del gato y el rat¨®n en el que los importadores parecen ir un paso por delante gracias a las m¨²ltiples opciones que brindan cientos de puertos en 28 pa¨ªses comunitarios. ¡°Estas pr¨¢cticas de fraude son masivas, conocidas y extensivas, aunque los chinos no son los ¨²nicos que las hacen¡±, explican desde la Agencia Tributaria. La escala del fraude es formidable: ¡°No hay nadie que no lo cometa en sectores como el textil o el calzado porque, si no lo hicieran, no podr¨ªa vender la mercanc¨ªa al mismo precio que sus competidores y estar¨ªan autom¨¢ticamente fuera del mercado¡±, remarcan otras fuentes de la investigaci¨®n.
Nadie es capaz de cuantificar, ni siquiera aproximadamente, cu¨¢l es el flujo de esa mercanc¨ªa que los importadores chinos meten fraudulentamente en Europa. Pero se pueden extraer conclusiones tomando como muestra las principales operaciones policiales en los pol¨ªgonos industriales de Espa?a donde los importadores monopolizan la distribuci¨®n. El primer gran caso contra el crimen econ¨®mico chino fue el que llev¨® la Guardia Civil en 2011, cuando decapit¨® la actividad empresarial y el aparato de blanqueo de uno de los supuestos pr¨®ceres de la comunidad ¡ªWen Hai Ye Wang o Luis Ye¡ª en el marco de la Operaci¨®n Long-Drag¨®n Blanco.
Luis Ye lleg¨® a Espa?a a finales de los ochenta y enseguida se incorpor¨® al ciclo empresarial cl¨¢sico: abri¨® primero un par de restaurantes chinos en Madrid con otros familiares, luego un supermercado de alimentos asi¨¢ticos y m¨¢s tarde se meti¨® de lleno en la importaci¨®n de mercanc¨ªas, en una ¨¦poca de gran rentabilidad, justo en el momento en que los bazares chinos empezaban a brotar como setas en nuestras ciudades. Pero no se conform¨® con eso.
La explosi¨®n del Made in Italy by Chinese se ha sustentado en mano de obra barata, muchas veces explotada
Poco a poco, cre¨® un holding de al menos 25 empresas, que utilizaba para traer trabajadores chinos y le permitieron impulsar ¡°durante d¨¦cadas¡± la emigraci¨®n ilegal, seg¨²n los informes de la Guardia Civil, que intervino en los registros policiales documentaci¨®n relacionada con 300 personas. Tambi¨¦n apost¨® por el contrabando de productos falsos y de tabaco, lo que le deb¨ªa reportar jugosos beneficios teniendo en cuenta que un contenedor de tabaco se vende por 700.000 euros cuando traerlo de China cuesta 100.000. El dineral que supuestamente iba amasando permiti¨® a Luis Ye proveer a los emigrantes que tra¨ªa y a otros miembros de la comunidad china con la financiaci¨®n necesaria para que montaran restaurantes, bazares, peluquer¨ªas, bares y otros peque?os negocios. Seg¨²n la Guardia Civil, los pr¨¦stamos de ese ¡°banco paralelo¡± ten¨ªan ¡°su origen en el dinero il¨ªcito de la organizaci¨®n¡±.
En el otro gran caso contra las redes delictivas asi¨¢ticas, el c¨¦lebre Emperador, los informes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Polic¨ªa Nacional revelan que las empresas vinculadas a Gao Ping en el pol¨ªgono fuenlabre?o de Cobo Calleja (Madrid) importaban unos 1.500 contenedores anuales. Puestos uno detr¨¢s de otro, esos contenedores conformar¨ªan una serpiente met¨¢lica que se extender¨ªa desde la Puerta del Sol de Madrid hasta el aeropuerto de Barajas. Solo se declaraba entre el 10% y el 20% del valor real de los bienes, y el 80% restante generaba una econom¨ªa sumergida equivalente a varios cientos de millones de euros anuales.
Algo similar se sospecha que acontece en el pol¨ªgono ilicitano del Carr¨²s, tradicional epicentro del zapato de producci¨®n espa?ola y donde en 2004 se produjeron incidentes y destrozos contra los negocios chinos en protesta por una supuesta competencia desleal asentada en el contrabando, la explotaci¨®n laboral, la evasi¨®n fiscal y otras infracciones. Una d¨¦cada despu¨¦s, sin embargo, no parece que las cosas hayan cambiado. ¡°Estamos exactamente ante la misma situaci¨®n de competencia desleal que entonces¡±, confirma Luis ?ngel Mateo, teniente de alcalde de empresa y empleo del Ayuntamiento de Elche. Se refiere a una retah¨ªla de ilegalidades: desde personal chino que no est¨¢ dado de alta hasta sumergir gran parte del negocio para no pagar impuestos, sin olvidar las infracciones t¨¦cnicas o en materia de horarios comerciales.
La comunidad china de Elche es un basti¨®n econ¨®mico de la ciudad. Controla 150 de las 400 empresas del pol¨ªgono ilicitano y ha expandido sus negocios a la vecina localidad de Crevillente. La Operaci¨®n Heijin, lanzada el pasado abril por la Unidad de Delincuencia Econ¨®mica y Fiscal (UDEF) de Alicante, expuso el alcance de sus actividades delictivas, al desmantelar una trama en la que una sola importadora de calzado ¡ªOu Lin Li¡ª declar¨® ¨²nicamente una quinta parte de un negocio que, entre 2009 y 2011, logr¨® evadir m¨¢s de 103 millones de euros.
Los chinos en Elche dicen sentirse ¡°v¨ªctimas de una persecuci¨®n policial y period¨ªstica¡±. Uno de los empleados en una de las empresas investigadas reconoce que la econom¨ªa sumergida sigue muy presente en el distrito chino del Carr¨²s, pero, a la vez, da una versi¨®n muy particular de qu¨¦ hay detr¨¢s de las actuaciones policiales. ¡°Los espa?oles est¨¢n en el paro y no tienen dinero. Se creen que los chinos nos lo hemos llevado. Creen que todo es culpa de los chinos. No tienen raz¨®n, nosotros trabajamos 13 o 14 horas diarias¡±, advierte. Luis ?ngel Mateo, el edil ilicitano, responde de forma contundente: ¡°?Persecuci¨®n policial? Si se instalaran en Elche empresas extranjeras que cumplieran la legalidad no habr¨ªa ning¨²n tipo de persecuci¨®n¡±, remata.
El puerto de N¨¢poles se convirti¨® en un coladero para el contrabando chino gracias al arreglo con la Camorra
?Y qu¨¦ sucede con los cuantiosos beneficios obtenidos en negro? Una parte sale en billetes de 500 escondidos, por ejemplo, en paquetes de caf¨¦ o en el interior de los envoltorios de bombones Ferrero Rocher que llevan como regalo las familias chinas cuando regresan por vacaciones. O se env¨ªa, al igual que en Italia, en forma de falsas remesas que en realidad son env¨ªos masivos para pagar a proveedores. Pero, a la vez, una parte de ese capital de origen fraudulento se queda en Espa?a, donde se usa para financiar ¡ªmuchas veces en condiciones de usura¡ª la apertura de nuevos negocios minoristas de otros compatriotas. Ello explicar¨ªa, seg¨²n polic¨ªas, fiscales y unidades antimafia de Espa?a, Italia y Francia, la r¨¢pida proliferaci¨®n de negocios nuevos en manos de la comunidad china como bares, peluquer¨ªas o tiendas de ropa o, en el caso del pa¨ªs franc¨¦s, las cafeter¨ªas-estanco (bar-tabac).
La disposici¨®n de dinero en efectivo explica tambi¨¦n la expansi¨®n rapid¨ªsima de pol¨ªgonos como Cobo Calleja o el Carr¨²s. Nadie pone en duda la gran capacidad de trabajo de la comunidad, y por supuesto no hay que confundir la parte con el todo y meter al conjunto de los chinos en el mismo saco. Pero una fuente que conoce el pol¨ªgono de Fuenlabrada desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas aporta un valioso ejemplo al recordar, por ejemplo, c¨®mo antes de la crisis ¡°los chinos llegaban con cajas de zapatos con billetes de 500 euros y m¨¢quinas de contar dinero¡± y abonaban una parte muy importante del precio de las naves en efectivo, pagando adem¨¢s una prima. Los edificios llegaron a costar cuatro o cinco millones de euros en tiempos de bonanza, y otro gran proyecto chino como el complejo comercial Plaza Oriente, intento de crear un aut¨¦ntico Chinatown madrile?o, est¨¢ valorado en 65 millones de euros.
H. Ara¨²jo y J. P. Cardenal son los autores de La silenciosa conquista China (Cr¨ªtica, 2011) y acaban de publicar El imperio invisible (Cr¨ªtica).
Paciencia y tiempo para salir de la crisis
El reflejo dorado que a veces irrumpe en la A-42 a su paso por Fuenlabrada dependiendo de la hora del d¨ªa proviene de un extra?o edificio situado en uno de los m¨¢rgenes de la carretera. Es el centro comercial F¨¦nix, un mastodonte de cristal y aluminio pintado de rojo y oro a la salida del pol¨ªgono de Cobo Calleja, al sur de Madrid. El edificio, propiedad de la empresa china Don Pin, termin¨® de construirse en enero de 2012. Sus due?os anunciaron que iba a ser el mayor centro comercial para chinos, un para¨ªso del ocio que albergar¨ªa restaurantes, salas de juegos y discotecas. Por ahora solo se ha abierto un supermercado. Las dem¨¢s salas siguen vac¨ªas, aunque algunos operarios que trabajan en la zona aseguran que los negocios llegar¨¢n pronto.
El F¨¦nix simboliza muchas de las cosas que les est¨¢n ocurriendo a los negocios chinos en Espa?a. Para empezar, es un ejemplo de que la crisis les afecta. Tambi¨¦n de que los chinos sonpacientes. ¡°El chino sabe ser cauteloso¡±, dice Pedro Nueno, profesor de la Escuela de Negocios IESE, ¡°muchas veces parece que algunos de sus negocios han fracasado y, sin embargo, lo ¨²nico que est¨¢ pasando es que est¨¢n yendo muy despacio¡±.
El F¨¦nix tambi¨¦n es un fiel reflejo de la nueva clase de empresarios chinos que han hecho fortuna en Espa?a. Uno de sus due?os, Moadong Chen, tiene 33 a?os y lleg¨® al pa¨ªs con 18. No se parece en nada a la imagen del inmigrante chino que desconoc¨ªa la lengua y viv¨ªa en un mundo cerrado que alimentaba todo tipo de leyendas y estereotipos. Moadong es un tipo influyente en su comunidad, que maneja fluidamente el castellano y que ha pasado ya por distintos negocios con ¨¦xito, desde abajo hasta la cima. ¡°Esa imagen antigua est¨¢ ya caducada¡±, afirma Minkang Zhou, profesor de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. ¡°Hoy en d¨ªa hay dos generaciones. La segunda est¨¢ adaptada. Saben que el mundo est¨¢ cambiando. Han trabajado duro y tienen una gran capacidad de adaptaci¨®n¡±, explica Minkang, que se?ala como ejemplo de esa capacidad para los negocios las nuevas fruter¨ªas. ¡°Los chinos saben que hay un riesgo en todo, pero siguen adelante. Salen de un negocio y montan otro¡±, comenta el profesor.
A poca distancia del centro F¨¦nix, se encuentra el Plaza de Oriente, un pol¨ªgono inaugurado a principios de 2011 en una fiesta de dragones y farolillos a la que asistieron pol¨ªticos y personalidades con la promesa de convertirlo en el centro del comercio chino en Espa?a. Nada de eso ocurri¨® en los meses siguientes. El pol¨ªgono languideci¨® primero y resurgi¨® despu¨¦s con otro modelo. Sus 80 naves est¨¢n ahora dedicadas a la venta de zapatos al por mayor. Todas las explotan chinos menos una, en manos de un espa?ol que compite con ellos bajando precios y distribuyendo menos zapatos por caja. Un tipo que se ha adaptado. Al modo chino.
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