El Gobierno lleva a la Audiencia seis ¡®homenajes¡¯ a excarcelados de ETA

El Gobierno ha decidido dar un paso adelante para aplacar los reproches de algunas asociaciones de v¨ªctimas del terrorismo y de una facci¨®n del PP tras la excarcelaci¨®n de decenas de etarras en aplicaci¨®n de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que calific¨® de ¡°detenci¨®n irregular¡± la permanencia de estos en prisi¨®n.

El delegado del Gobierno en el Pa¨ªs Vasco, Carlos Urquijo, ha trasladado a la fiscal¨ªa de la Audiencia Nacional la celebraci¨®n de seis actos de recibimiento a otros tantos etarras excarcelados, por si estos fueran constitutivos de un delito de enaltecimiento del terrorismo o hubieran vulnerado la Ley de Reconocimiento y Protecci¨®n Integral a las V¨ªctimas del Terrorismo y la Ley de Reconocimiento y Reparaci¨®n a las V¨ªctimas del Terrorismo del Pa¨ªs Vasco.

El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, anunci¨® que la fiscal¨ªa actuar¨¢ con ¡°escasa tolerancia¡± con relaci¨®n a ¡°cualquier manifestaci¨®n que ponga de manifiesto ning¨²n respeto para las v¨ªctimas de delitos tan graves como el terrorismo¡±. Torres-Dulce se?al¨® que el Ministerio P¨²blico ¡°est¨¢ presto a examinar cualquier manifestaci¨®n que atente contra los derechos individuales y fundamentalmente ante unos posibles delitos y hechos tan graves¡±. Y advirti¨®: ¡°Lo haremos con imparcialidad y con la m¨¢s estricta sujeci¨®n al principio de legalidad¡±.

Torres-Dulce no habl¨® de la tramitaci¨®n incondicional de las denuncias, ya que se?al¨® que se ¡°examinar¨¢n¡±. En cualquier caso, mantiene la l¨ªnea del ministerio p¨²blico, que, ante el Tribunal Constitucional, se ha opuesto a que se otorgue amparo a Arnaldo Otegi y al que fuera secretario general del sindicato LAB Rafael D¨ªez Usabiaga, condenados y encarcelados por su intento de reconstruir la ilegalizada Batasuna a trav¨¦s del proyecto Bateragune.

Despu¨¦s de que la portavoz de UPyD, Rosa D¨ªez, anunciara la presentaci¨®n de una denuncia en la Audiencia Nacional para que se investigue el posible delito de enaltecimiento del terrorismo, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, apoy¨® la decisi¨®n de la delegaci¨®n del Gobierno al considerar que existen ¡°indicios de criminalidad¡±, a la vez que calific¨® de ¡°indignantes¡± y ¡°aberrantes¡± los actos de recibimiento a los presos. ¡°Si entiende como entiende el Gobierno que estos hechos indiciariamente son constitutivos de delito, [pedimos a la Fiscal¨ªa que] inicie las acciones penales correspondientes¡±, se?al¨® Gallard¨®n.

No obstante, en los dos ¨²ltimos a?os, desde el cese de la violencia de ETA, las denuncias por enaltecimiento del terrorismo, impulsadas desde el ministerio p¨²blico, se han incrementado de forma notable, seg¨²n fuentes de la Audiencia Nacional, que indicaron que posteriormente la proporci¨®n de absoluciones es igual de notable.

El ¨²ltimo caso que tumb¨® el Tribunal Supremo (ratificando la absoluci¨®n de la Audiencia Nacional) se produjo este mismo mes, cuando, a instancias de la fiscal¨ªa, fueron juzgadas cuatro personas por enaltecimiento del terrorismo, por mostrar fotograf¨ªas de presos de la banda terrorista durante una carrera popular en Gipuzkoa.

En sus propias sentencias, la Audiencia Nacional ha plasmado el argumento del legislador al incluir en el C¨®digo Penal el delito de enaltecimiento del terrorismo: ¡°No se trata (¡­) de prohibir el elogio o la defensa de ideas o doctrinas, por m¨¢s que estas se alejen o incluso pongan en cuesti¨®n el marco constitucional, ni, menos aun, de prohibir la expresi¨®n de opiniones subjetivas sobre acontecimientos hist¨®ricos o de actualidad. Por el contrario, se trata de algo tan sencillo como perseguir la exaltaci¨®n de los m¨¦todos terroristas, radicalmente ileg¨ªtimos desde cualquier perspectiva constitucional, o de los autores de estos delitos, as¨ª como las conductas especialmente perversas de quienes calumnian o humillan a las v¨ªctimas al tiempo que incrementan el horror de sus familiares. Actos todos ellos que producen perplejidad e indignaci¨®n en la sociedad y que merecen un claro reproche penal¡±.

Tampoco los tribunales consideraron enaltecimiento la participaci¨®n de Otegi, en 2005, en un acto, en Amorebieta, en el que compar¨® al preso de ETA Jos¨¦ Mar¨ªa Sagarduy con Nelson Mandela y llam¨® a los terroristas de ETA ¡°luchadores vascos¡±.

De momento, los actos denunciados son los correspondientes al recibimiento de Inmaculada Pacho Mart¨ªn, en Bilbao; Juan Manuel Piriz L¨®pez, tambi¨¦n en Bilbao; Juan Ignacio Delgado Go?i, en Legazpi (Guip¨²zcoa); Javier Mart¨ªnez, en Galdakao (Vizcaya); Pagoa Zulueta V¨¢zquez, en Leioa (Vizcaya), y Jos¨¦ Legorburu Guerediaga, en Amorebieta (Vizcaya).

El ¨²ltimo caso fue el de Inmaculada Patxo, que fue puesta en libertad el martes. La etarra acudi¨® el mi¨¦rcoles a la calle Somera, en el casco viejo de Bilbao, donde un centenar de personas la acogi¨® con aplausos y gritos de ¡°amnist¨ªa total para los presos vascos¡±. Despu¨¦s se introdujo en un bar. El acto dur¨® unos diez minutos.

El delegado del Gobierno en el Pa¨ªs Vasco considera que el acto ¡°supone alardear de una conducta que vulnera la ley y humilla intencionadamente a las v¨ªctimas del terrorismo¡±, que ¡°viven con estupor c¨®mo una parte de la sociedad vasca aplaude lo que han sido comportamientos terroristas que han provocado muerte, extorsi¨®n y mucho dolor¡±.

Carlos Urquijo mostr¨® su confianza en que la justicia act¨²e contra este tipo de ¡°actitudes y comportamientos que aplauden el pasado sangriento de los expresos¡±, que ¡°no muestran ni una pizca de arrepentimiento por el da?o causado, y que son propios de quien est¨¢ a¨²n muy lejos de asumir la democracia, sus principios y el respeto al que piensa distinto¡±. En todos los casos, Urquijo considera que se podr¨ªa haber vulnerado lo previsto tanto en la ley nacional como en la vasca sobre reconocimiento y protecci¨®n integral a las v¨ªctimas, e incluso ser constitutivo de ¡°descr¨¦dito, menosprecio o humillaci¨®n¡± de las v¨ªctimas o de sus familiares, que el C¨®digo Penal castiga con hasta dos a?os de prisi¨®n.