A los tribunales por meter a los inmigrantes en su garaje

Cuando al regresar a su casa de Melilla, el 25 de abril sobre las diez de la noche, Mustafa Aberch¨¢n, de 54 a?os, se encontr¨® a medio centenar de subsaharianos en la rampa de acceso al garaje de su chal¨¦, no lo dud¨® y les abri¨® la puerta del recinto. Despu¨¦s discuti¨® con el Jefe Superior de Polic¨ªa de Melilla, ?ngel Riesco, en qu¨¦ condiciones saldr¨ªan de su vivienda para ser llevados al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Dos horas despu¨¦s ingresaban todos pac¨ªficamente en ese centro.

Por haberles abierto la puerta Aberch¨¢n se sentar¨¢ en el banquillo el pr¨®ximo mi¨¦rcoles en un juicio de faltas. La fiscal¨ªa ha denunciado al l¨ªder de Coalici¨®n por Melilla, la formaci¨®n musulmana de oposici¨®n al Partido Popular, por ¡°desobedecer¡± a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (art¨ªculo 634 del C¨®digo Penal) porque as¨ª lo se?ala un informe que le ha remitido la Guardia Civil.

El ministerio p¨²blico achaca la misma falta a Jos¨¦ Palaz¨®n, de 58 a?os, responsable de la ONG Prodein y probablemente la figura m¨¢s conocida de la sociedad civil en Melilla. Esa noche acudi¨® al domicilio de Aberch¨¢n solo para rodar un v¨ªdeo y despu¨¦s se sum¨® a la comitiva peatonal que acompa?¨® a pie a los subsaharianos hasta el CETI.

Los inmigrantes gritaban aquella noche ¡°?No Marruecos!¡±, ¡°?No Gurug¨²!¡±, el monte que domina Melilla donde preparan los asaltos a la valla de la ciudad que hab¨ªan logrado franquear, recuerda Aberch¨¢n. Tem¨ªan ser expulsados manu militari del otro lado de la valla por la Guardia Civil, que rodeaba el domicilio de Aberch¨¢n, y ped¨ªan ser trasladados al CETI. ¡°Actu¨¦ as¨ª porque no quer¨ªa violencia, y menos en mi casa, y porque quer¨ªa impedir una expulsi¨®n ilegal de Melilla de la que se han quejado otros muchos inmigrantes¡±, afirma el l¨ªder musulm¨¢n.

Aquella iniciativa de Aberch¨¢n ya suscit¨® en su d¨ªa una pol¨¦mica en la ciudad. ¡°La sensibilidad por estas personas nunca puede ir en detrimento de la ley¡±, escribi¨® en un tuit Juan Jos¨¦ Imbroda (PP), el presidente de la ciudad. La fiscal¨ªa abri¨® diligencias y el instituto armado le remiti¨® un informe en el que asegura que Aberch¨¢n ¡°obstaculiz¨® gravemente¡± su labor.

Aberch¨¢n ¡°(¡­) puso todo su empe?o en impedir que se accediera y actuara en su propiedad por entender que se estaba efectuando una acci¨®n policial desproporcionada¡±, recalca el coronel jefe de la Comandancia, Ambrosio Mart¨ªn Villase?or. La Guardia Civil carec¨ªa, sin embargo, de orden judicial para entrar en la vivienda.

Adem¨¢s se interpuso entre la Guardia Civil ¡°y los subsaharianos, los cuales se encontraban sentados api?ados, situ¨¢ndose de alguna forma delante de ellos como si fuese su portavoz o dirigente (¡­)¡±, prosigue el coronel. ¡°Con su actitud lleg¨® a soliviantar al grupo de inmigrantes¡±, a?ade. ¡°Este ciudadano no cej¨® en su empe?o hasta conseguir un ¡°acuerdo¡± con la Delegaci¨®n del Gobierno¡± y con la Polic¨ªa, concluye. Aporta una lista de 31 guardias dispuestos a testificar de su desobediencia.

El informe de la Polic¨ªa apenas guarda relaci¨®n con el de la Guardia Civil. Solo coincide en que cuando la Guardia Civil intent¨® trasladar a los subsaharianos a sus veh¨ªculos celulares, estos lo rechazaron. Entonces Aberch¨¢n les ¡°abre las puertas de su garaje y les invita a entrar¡±, precisa.

Los inmigrantes quer¨ªan ir andado al CETI ¨Ctem¨ªan que los furgones les condujesen a la valla para expulsarles- y cuando la polic¨ªa acept¨® su petici¨®n y les escolt¨® hasta el centro el problema qued¨® resuelto. ¡°A su llega al CETI fueron recibidos por gran parte de los internos con muestras de manifiesta euforia y gran alborozo¡±, concluye el informe policial.

Rachid Hammud, el abogado de Aberch¨¢n, se declara ¡°sorprendido¡± porque la Guardia Civil reproche a su cliente no haberle permitido acceder a su domicilio. ¡°Adem¨¢s la investigaci¨®n de la fiscal¨ªa no ha sido del todo imparcial¡±, se lamenta. ¡°?Por qu¨¦ pide informes a la Guardia Civil y a la Polic¨ªa y no toma declaraci¨®n a los denunciados?¡±, se pregunta. Jos¨¦ Alonso, el letrado de Palaz¨®n, est¨¢ aun m¨¢s desconcertado. ¡°Pero si mi cliente fue all¨ª con una c¨¢mara a grabar¡­¡±, comenta.