Torres, el estratega agraviado
El ¡®cerebro¡¯ del instituto N¨®os se niega a pagar los platos rotos Justifica la difusi¨®n de correos como medio de defensa ante los ataques de Urdangarin
Diego Torres fue el impulsor, el ide¨®logo y el cerebro de un t¨¢ndem que, durante tres a?os, funcion¨® de maravilla: el que form¨® con un antiguo alumno suyo, I?aki Urdangarin, al frente de un negocio bautizado como instituto N¨®os. Entre 2004 y 2006, las ideas de Torres sobre deporte y patrocinio, junto a la enorme influencia del duque de Palma ante la clase pol¨ªtica, lograron que N¨®os se embolsara contratos millonarios con las administraciones balear y valenciana. La presi¨®n de la Casa del Rey llev¨® a Urdangarin a apartarse de los negocios y de Torres, con quien lleg¨® a litigar por el reparto de unos beneficios. El divorcio definitivo entre ambos, sin embargo, lleg¨® a ra¨ªz de las decisiones que uno y otro adoptaron ante la investigaci¨®n impulsada por el juez Jos¨¦ Castro.
Torres, que fue profesor de Urdangarin en la elitista escuela de negocios Esade, en Barcelona (all¨ª se conocieron), se ha negado a ejercer el papel de v¨ªctima y a pagar los platos rotos de N¨®os. El exsocio, que naci¨® en un barrio humilde de Mah¨®n (Menorca) en 1965, est¨¢ casado y tiene dos hijos. En su perfil profesional, se presenta como un experto en todo tipo de estrategias: de patrocinio, de responsabilidad social corporativa, de crecimiento. Como estratega, se cuid¨® mucho de tirar la primera piedra y aguard¨®, pacientemente, a escuchar lo que el duque de Palma ten¨ªa que decirle al juez antes de declarar, ¨¦l mismo, como imputado. En febrero de 2012, Urdangarin se expuls¨® cualquier responsabilidad en la gesti¨®n de N¨®os y atribuy¨® las decisiones, por completo, a Torres. Fue la primera de una serie de afrentas que han llevado al exsocio a actuar con todos los medios a su alcance para no ser el ¨²nico perjudicado.
La sensaci¨®n de agravio comparativo acompa?a al exprofesor de Esade ¨Cfue expulsado poco despu¨¦s de su imputaci¨®n- desde que se instruye el caso N¨®os. Aquella declaraci¨®n exculpatoria de Urdangarin fue el inicio de una guerra que se prolonga, casi sin espacio para la tregua, hasta hoy. La segunda arremetida del entorno del duque (siempre seg¨²n la vivencia personal de Torres), lleg¨® en abril de 2012. Para el estratega, aquella nueva estocada result¨® a¨²n m¨¢s dolorosa. Su abogado, Manuel Gonz¨¢lez Peeters, hab¨ªa pedido al juez el archivo de la causa en relaci¨®n con su mujer, Ana Mar¨ªa Tejeiro. Como ocurre en estos casos, el magistrado pidi¨® la opini¨®n de las partes. Y la defensa del yerno del Rey, que ejerce el letrado Mario Pascual Vives, se opuso a la petici¨®n.
La reacci¨®n no se hizo esperar. Torres guardaba centenares de correos electr¨®nicos escritos por Urdangarin y, siempre con esa sensaci¨®n de agravio en sus espaldas, decidi¨® utilizarlos. Seg¨²n el exsocio, la difusi¨®n de documentos comprometedores -para el propio duque, pero tambi¨¦n para la Infanta Cristina y, en general, para la imagen de la Casa del Rey- ha sido solo una forma de defenderse de un ataque previo e injustificado.
Para Torres, el caso N¨®os no solo ha supuesto la salida de Esade ¨Cdonde trabajaba desde 1989- sino, sobre todo, un da?o incalculable en su reputaci¨®n profesional. Al tiempo que ejerc¨ªa como vicepresidente de N¨®os, Torres trabaj¨® con grandes empresas como ¡°consultor en procesos de reflexi¨®n estrat¨¦gica¡± y escribi¨® libros: Movilidad responsable, Pasi¨®n por integrar, Estudio sobre los factores clave de ¨¦xito de las grandes empresas de servicio espa?olas o Don¡¯t give up, entre otras. El t¨ªtulo de esta ¨²ltima obra refleja bien la actitud de Torres ante la causa judicial: no rendirse nunca y buscar siempre una salida para ganarse un futuro; dada su implicaci¨®n en el caso, dif¨ªcilmente podr¨¢ desarrollar nunca m¨¢s una carrera profesional en Espa?a, seg¨²n fuentes de su entorno.
La posibilidad de una v¨ªa de escape se le present¨® en mayo de 2012, en la primavera m¨¢s intensa del caso N¨®os. Tras la declaraci¨®n de Urdangarin y la posterior difusi¨®n de correos, Torres y la Casa del Rey buscaron un acercamiento de tipo econ¨®mico, que incluy¨® contactos con el fiscal Pedro Horrach. No hubo, sin embargo, acuerdo. Y la ruptura de las negociaciones llev¨® a Torres a seguir soltando lastre: llegaron los correos sobre Corinna, la amiga ¨ªntima del Rey; sobre Carlos Garc¨ªa Revenga, el asesor de las infantas; y finalmente, sobre la propia Do?a Cristina. En febrero de 2013, Torres volvi¨® a declarar ante el juez y esta vez afirm¨®, sin ambages, que la hija del Rey, como vocal del instituto N¨®os, estaba plenamente al tanto de las actividades que all¨ª se desarrollaban.
Torres, que posee casa en Sant Cugat del Vall¨¨s (Barcelona), ha cambiado de un tiempo a esta parte el que fue su look habitual de gur¨² del mecenazgo y el patrocinio. Vestido con traje y gafas, con una voz pl¨¢cida y un discurso did¨¢ctico, el exsocio logr¨® convencer al duque y a un pu?ado de pol¨ªticos de las bondades de sus proyectos. De ni?o hab¨ªa sido un buen estudiante. Muy bueno. Esa facilidad para el estudio era m¨¢s utilitarista que vocacional, porque la verdadera pasi¨®n (confesada) de Torres era hacerse rico. El rigor en el estudio se convirti¨®, sin embargo, en rigor por el trabajo bien hecho, seg¨²n algunos exempleados.
Con la ilusi¨®n de hacerse rico en el horizonte, Torres abandon¨® Menorca para estudiar en la prestigiosa Esade. En Barcelona conoci¨® a su mujer, Ana Mar¨ªa, que tambi¨¦n ha sido compa?era de viaje en sus aventuras profesionales. Tras una temporada en Estados Unidos ¨Ctrabaj¨® para Arthur Andersen y Hewlett Packard- regres¨® a Esade como profesor y vio en Urdangarin a su complemento ideal para llevar sus ideas a la pr¨¢ctica. Mientras ¨¦l pon¨ªa el discurso encima de la mesa, el duque de Palma le abr¨ªa las puertas del mundo de la pol¨ªtica y del deporte. A diferencia de Urdangarin, Torres nunca fue muy ducho en este terreno: su inter¨¦s se circunscribe a la vela, que practica con frecuencia.
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