¡°La muerte de mi marido habr¨ªa beneficiado a muchas personas¡±
La esposa del extesorero del PP hace un detallado relato del ataque sufrido en su vivienda El hombre acusado de irrumpir en la casa de B¨¢rcenas en octubre se declara culpable El juez expulsa de la sala al acusado por su actitud ante el tribunal
La esposa del extesorero del PP Luis B¨¢rcenas, Rosal¨ªa Iglesias, ha hecho esta ma?ana un detallado relato del ataque que sufri¨® el pasado 23 de octubre en su domicilio por parte, supuestamente, de Enrique Oliveras Garc¨ªa. La mujer ha confesado que pens¨® que hab¨ªa llegado la ¨²ltima hora y que las muertes de su hijo Guillermo y de ella misma habr¨ªa acabado la vida de B¨¢rcenas. "La muerte de mi marido habr¨ªa beneficiado a muchas personas", ha concluido ante los magistrados de la Sala 4? de la Audiencia Provincial de Madrid que llevan el caso.
Rosal¨ªa Iglesias ha declarado que sobre las 15.45 del 23 de octubre llam¨® al portero autom¨¢tico un hombre que se identific¨® como sacerdote. Tras hablar con la empleada de hogar, subi¨® a la vivienda y pidi¨® reunirse con ella para rellenar unos documentos. Supuestamente, estaba all¨ª enviado por el Obispado de Madrid para hacer unos informes que facilitaran puesta en libertad de Luis B¨¢rcenas. Reuni¨® a todas las personas (Iglesias, su hijo Guillermo y la empleada de hogar) en el sal¨®n para hacer el citado informe. "En todo momento, estuvo tranquilo y muy amable, incluso gastando bromas que ven¨ªan al caso con la conversaci¨®n", ha destacado Iglesias.
En un momento dado y tras 20 minutos de conversaci¨®n, dijo que iba a sacar una pastilla para la acidez de est¨®mado del malet¨ªn que llevaba. Pero realmente sac¨® un rev¨®lver y apunt¨® a las personas que estaban en el sal¨®n. "Se acab¨® el teatro y no soy un sacerdote. Voy a hacer lo que he venido a hacer", les relat¨® el atacante. Supuestamente, le hab¨ªan enviado para recoger unas memorias inform¨¢ticas (pendrives) y unos documentos que permitir¨ªan derrocar al Gobierno. "Callense y no hagan tonter¨ªas o les pego un tiro. Quien me ha mandado sabe que la informaci¨®n est¨¢ aqu¨ª", les explic¨®.
La que peor lo pas¨® fue la empleada de hogar que se puso muy nerviosa. De hecho, le tuvieron que dar una pastilla para calmar los temblores que estaba sufriendo. Para ello tir¨® todo el contenido del bolso de Rosal¨ªa Iglesias hasta que encontr¨® la pastilla. Acto seguido, se dirigieron a la cocina los cuatro donde le quit¨® las bridas a la sirvienta con las que la hab¨ªa amordazado. "Tranquila mi negrita, que soy socialista y no te voy a matar", le solt¨® el atacante.?
Fue entonces cuando se dirigieron todos al despacho de Luis B¨¢rcenas y les dijo a los tres que le dieran los papeles que hab¨ªa ido a buscar. No baj¨® el rev¨®lver en ning¨²n momento. En ese instante enca?onaba a Guillermo. "En ese momento pens¨¦ que era el final, pero mi hijo logr¨® quitarse las bridas, en lo que creo que fue un milagro, salt¨® sobre ¨¦l y le empotr¨® contra un mueble, mientras le sujetaba por las manos", ha explicado Iglesias. "Yo le dije a Victoria [la sirvienta] que se llevara el rev¨®lver y que huyera. Me asom¨¦ a la ventana y empec¨¦ a pedir ayuda, porque nos quer¨ªan matar", ha a?adido.?
"Cuando el joven B¨¢rcenas se me abalanz¨®, dej¨¦ el arma"
Enrique Olivares ha remitido una carta desde la prisi¨®n de Valdemoro, en la que estaba encarcelado, en la que asegura que el arma que portaba cuando entr¨® en casa de los B¨¢rcenas "es de colecci¨®n y solo ¨²til para el fogueo".
Olivares califica el delito del que es acusado como el de "intentar conseguir los documentos que seg¨²n el se?or B¨¢rcenas ten¨ªa y con los cuales se podr¨ªa demostrar que el partido en el Gobierno se financi¨® de forma ilegal". En la misiva, relata c¨®mo accedi¨® a la vivienda del extesorero del PP pero que no golpe¨® ni hiri¨® a nadie. "Cuando el joven B¨¢rcenas se me abalanz¨®, el arma la dej¨¦ caer al suelo", expone y contin¨²a: "La criada, la cual yo desate para que se tomara la medicina y se repusiera del susto, recogi¨® el rev¨®lver y, al parecer, lo entreg¨® en un bar".
"Si nos llega a matar, mi marido tambi¨¦n se habr¨ªa muerto y eso le habr¨ªa beneficiado a mucha gente", ha concluido la esposa de B¨¢rcenas.?
Rosal¨ªa Iglesias ha declarado despu¨¦s de que se reanudara el juicio por un incidente protagonizado por el ¨²nico acusado en este caso. Enrique Olivares Garc¨ªa, el hombre acusado de irrumpir el pasado 23 de octubre en la casa del extesorero del PP Luis B¨¢rcenas, en Madrid, se ha declarado culpable nada m¨¢s empezar su declaraci¨®n, que ha tenido que ser interrumpida casi de manera inmediata por el estado de nervios y la incongruencia con que empezaba a responder a las preguntas del fiscal.
El magistrado presidente ha efectuado una pausa para ver si era posible continuar con el interrogatorio a la vista de las respuestas que estaba dando Olivares. ¡°Me declaro culpable con reparos del hecho¡±. As¨ª de contundente ha iniciado su declaraci¨®n Olivares sin que ni siquiera el ministerio fiscal le hubiera hecho una pregunta. Despu¨¦s ha concretado que se acerc¨® a la calle donde se encuentra el domicilio del extesorero del PP y llam¨® al telefonillo de la vivienda.
Se identific¨® como el padre Enrique y que iba de parte del obispado. Ha reconocido que llevaba una camisa negra con alzacuellos. ¡°?Es un delito eso?¡±, ha preguntado con tono ir¨®nico. Su intenci¨®n era rellenar una documentaci¨®n para una presunta puesta en libertad del extesorero del PP. Le abri¨® la sirvienta y le dijo que ella le rellenar¨ªa los documentos. ?l se neg¨® y le dijo que ten¨ªa que hacerlo ¨¦l mismo, por lo que le pasaron al sal¨®n donde estaba la esposa de B¨¢rcenas, Rosal¨ªa Iglesias.
¡°No me acuerdo de mucho, mi cabeza est¨¢ en una nebulosa y le voy a contestar a lo poco que me acuerdo. He entrado con la cabeza alta y el coraz¨®n limpio¡±, ha destacado el procesado.
A partir de ah¨ª se ha iniciado un episodio de nervios que ha obligado a suspender de manera temporal la vista. El acusado ha empezado a pedir agua y a temblarle las manos y la voz. Su abogado defensor, Gerardo Evangelio Villar, ha dicho que se ten¨ªa que tomar una pastilla por prescripci¨®n facultativa, por lo que se ha interrumpido el interrogatorio. ¡°Cond¨¦neme a lo que quiera. Estas voces no me dejan en paz. Por favor, d¨¦jenme en paz. V¨¢yanse ya, que no puedo m¨¢s. No quiero escuchar m¨¢s voces, no puedo, no puedo¡±, ha empezado a gritar en medio de la Sala 4 de la Audiencia Provincial de Madrid, mientras se agarraba la cabeza y se apoyaba en la mesa en la que estaba testificando.
As¨ª ha permanecido varios minutos, cada vez alzando m¨¢s la voz, ante la mirada de todos los presentes en la sala. Al final, el presidente ha dado permiso al abogado de la defensa para hacer un receso. La sala ha sido desalojada y el juicio, interrumpido. El forense ha examinado al acusado ya ha determinado que ha habido simulaci¨®n y, una vez reanudado, la actitud del acusado, ha obligado al juez a expulsarle de la sala.
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