Un centenar de sirios acampa ante la Delegaci¨®n del Gobierno en Ceuta
M¨¢s de 100 inmigrantes sirios piden que les dejen viajar a la pen¨ªnsula Llevan ya 17 d¨ªas en una c¨¦ntrica plaza de la ciudad aut¨®noma
Ahmed Koldoh lleva 17 d¨ªas sin moverse de la plaza de los Reyes en Ceuta. All¨ª pasa las horas y duerme en una de las 17 tiendas de campa?a que un grupo de 82 inmigrantes sirios (al que hay que sumarle desde el pasado jueves m¨¢s de 40 ni?os, algunos beb¨¦s de pocos meses) ha colocado en un lateral de esta c¨¦ntrica plaza en la que est¨¢ situada la Delegaci¨®n del Gobierno. "De aqu¨ª no me muevo", explica en buen espa?ol. Ahmed es de los pocos sirios que maneja el castellano porque pas¨® cuatro a?os trabajando en un restaurante en Madrid. "Me fui a ver a la familia y estall¨® la guerra", lamenta. Es tambi¨¦n uno de los pocos que ha solicitado asilo y lleva ya tres meses en Ceuta. "Lo ¨²nico que quiero es que me dejen llegar a Madrid, all¨ª tengo amigos y seguro que trabajo".
Por eso precisamente decidi¨®, junto a decenas de compatriotas, que no se mover¨ªa de la puerta de la Delegaci¨®n del Gobierno hasta que no se le dejara cruzar el Estrecho. Se trata de inmigrantes con un perfil distinto del que hasta hace poco llegaban en la ciudad aut¨®noma. Ahora entran por la frontera, a cuentagotas y con pasaportes marroqu¨ªes falsificados, familias enteras, como la de Nasser Assad, un comerciante de Homs de 44 a?os, con ocho hijos, con edades entre los 7 meses y los 21 a?os, todos ellos ya en Ceuta, y que no se quiso dejar atr¨¢s a su madre, Diba Al Ali que con 84 a?os es la abuela del campamento, una mujer curtida, y que pese a los achaques propios de la edad y en contra de la opini¨®n de su familia, no ha querido regresar al centro de acogida. "En Siria no nos queda nadie", explica Nasser, que lleg¨® junto a uno de sus hijos diez d¨ªas despu¨¦s de que lo hiciera su mujer, Geiga con algunos otros. "El resto fueron viniendo solos", subraya. Lo hacen ayudados por organizaciones que les cobran hasta mil euros. De hecho, en abril, la Polic¨ªa Nacional desmantel¨® una red que se encargaba de trasladar hasta Ceuta a inmigrantes sirios con pasaportes falsos y los tres detenidos fueron sorprendidos cuando dejaban a dos ciudadanas sirias en un hostal y volv¨ªan a intentar cruzar el control policial fronterizo con la hija menor de una de ellas.
Alguno de los ocho hermanos de Nasser est¨¢ tambi¨¦n en la ciudad, otros en Marruecos, aguardando para cruzar. Tampoco ha pedido asilo, pese a que cumple con todos los requisitos que se exigen para pedir protecci¨®n internacional. "Nos dijeron que si lo ped¨ªamos ¨ªbamos a tardar m¨¢s en irnos. Para nosotros esto es como una prisi¨®n de la que no podemos salir", a?ade Aras Wati, de 26 a?os, soldado raso que estaba destinado cerca de la frontera con Israel y que decidi¨® desertar del ej¨¦rcito.
Y es cierto. El Ministerio Interior sigue sin permitir que los solicitantes de asilo con la petici¨®n admitida a tr¨¢mite puedan moverse libremente por todo el territorio nacional: deben quedarse en Ceuta hasta que se resuelva su expediente, un tr¨¢mite que puede prolongarse hasta dos a?os, a pesar de que hay sentencias en contra del Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa (TSJA).
La permanencia del campamento sirio en la plaza est¨¢ provocando fricciones entre las administraciones central y aut¨®noma, ambas gobernadas por el Partido Popular. El delegado del Gobierno conminaba a la Ciudad Aut¨®noma a que hiciera cumplir la ordenanza municipal sobre ocupaci¨®n de espacios p¨²blicos as¨ª como la intervenci¨®n del ?rea de Menores, competencia transferida al Gobierno local, por entender que los ni?os estaban en riesgo. De momento, la administraci¨®n local no lo aprecia as¨ª. Tampoco la Polic¨ªa Local, cuerpo que se ha negado a desalojarlos porque dice excede de sus competencias. "Nosotros podemos sancionar una infracci¨®n administrativa, pero de ah¨ª a que les desmontemos el campamento hay un mundo", subraya Juan Francisco Vega, de la secci¨®n sindical de UGT en la Polic¨ªa Local. "No se nos puede pedir que traspasemos la raya de la legalidad, nosotros retiramos enseres y tiendas, pero no tenemos potestad para desalojar de all¨ª a estas personas", a?ade. En estos 17 d¨ªas, se han puesto m¨¢s de cien denuncias administrativas por incumplimiento de ordenanzas "pero hasta ah¨ª llega nuestra competencia".
Esas fricciones se agravaron cuando el domingo de madrugada la Polic¨ªa Local requiri¨® a Cruz Roja agua y mantas para los sirios acampados. Los agentes intentaron activar el protocolo de Cruz Roja de atenci¨®n al inmigrante, pero que se les puso reparos por parte de la Delegaci¨®n del Gobierno que luego cedi¨® por cuestiones humanitarias, seg¨²n publica el diario El Faro de Ceuta. De hecho, para el delegado, Francisco Antonio Gonz¨¢lez, reprochaba d¨ªas atr¨¢s a los ciudadanos y organizaciones que les dan mantas, tiendas de campa?a o comida porque entiende que contribuyen "a que esta estancia se alargue porque los inmigrantes tienen los servicios cubiertos en el centro de estancia temporal que al Estado espa?ol le cuesta una burrada de millones al a?o para dotarles de servicios que en la plaza no tienen".
Estas ¨²ltimas horas la temperatura ha bajado varios grados en Ceuta y el tiempo ha empeorado, una situaci¨®n que ha provocado que los adultos hayan enviado al centro de acogida a algunas mujeres con los ni?os. Seg¨²n el ¨²ltimo recuento de la Delegaci¨®n del Gobierno, en Ceuta hay registrados 138 inmigrantes sirios, de ellos 42 hombres, 32 mujeres y 64 menores de edad, 141 de ellos han llegado a la ciudad a lo largo del a?o y la pr¨¢ctica totalidad del colectivo est¨¢ participando en esta protesta, si bien esta semana han partido a la pen¨ªnsula las tres ¨²nicas familias que hab¨ªan decidido quedarse en el centro de acogida.
Se trata de la segunda protesta que protagoniza el colectivo sirio en la ciudad aut¨®noma. La primera, en octubre del pasado a?o, termin¨® precisamente cuando el ¨¢rea de Menores decidi¨® llevarse a los ni?os que estaban durmiendo a la intemperie a centros de acogida.
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