Solo cinco de los 60 inform¨¢ticos del Tribunal de Cuentas son especialistas
Un informe critica la ineficiencia del personal para el servicio
El Tribunal de Cuentas, donde casi un centenar de sus 700 empleados son familiares y allegados de altos cargos y de representantes sindicales del organismo, necesita adaptarse a las nuevas tecnolog¨ªas inform¨¢ticas. Pero con el personal de que dispone no puede. Un informe del subdirector jefe del servicio central de inform¨¢tica de la Administraci¨®n del Estado, al que ha tenido acceso EL PA?S, revela que el 80% de la plantilla de inform¨¢ticos del Tribunal de Cuentas (60 trabajadores) carece de conocimientos y titulaci¨®n para afrontar las necesidades del servicio.
Este tribunal es el organismo encargado de fiscalizar a los partidos pol¨ªticos y al sector p¨²blico. En los ¨²ltimos a?os se le ha cuestionado por su ceguera en casos como el de B¨¢rcenas ¡ªque durante 20 a?os dispuso de una caja b en el PP nutrida con donaciones ilegales¡ª, y porque tarda hasta cinco a?os en emitir sus informes sobre c¨®mo gastan las administraciones el dinero de las arcas p¨²blicas y c¨®mo gestionan los partidos pol¨ªticos las subvenciones.
El documento analiza la plantilla de inform¨¢ticos y, salvo algunas excepciones, concluye que es ineficaz para lo que pretende el tribunal: desarrollar un sistema operativo adecuado que ayude al organismo a cumplir con celeridad sus objetivos fiscalizadores.
Esta carencia de personal inform¨¢tico adecuado (pese a su abultada plantilla de 60 trabajadores) ha obligado reiteradas veces al tribunal a acudir con urgencia a profesionales de la Administraci¨®n General del Estado para resolver problemas. Y esto ocurre en un Tribunal donde se mueven todos los a?os cientos de expedientes ¡°con informaci¨®n muy sensible y sujeta al deber de sigilo¡±, seg¨²n detalla el informe del subdirector jefe, que adem¨¢s ofrece un dato demoledor: la mayor¨ªa de los inform¨¢ticos solo tiene el graduado escolar o el bachillerato y no conoce m¨¢s all¨¢ del programa Windows. El sueldo de un jefe de equipo de este departamento es superior al de un inspector de Hacienda reci¨¦n llegado, en torno a 3.000 euros.
Este estudio fue elevado el pasado mes de mayo al pleno del Tribunal de Cuentas para que entendiera la situaci¨®n que existe y la necesidad de profesionalizar el servicio, externalizando una parte o contratando personal cualificado si lo que pretende el tribunal es equiparar su tecnolog¨ªa a la de otras administraciones.
El documento ha sido elevado a la comisi¨®n de gobierno del tribunal
El PA?S public¨® el pasado martes que cerca de un centenar de empleados del organismo encargado de fiscalizar las cuentas del Estado son familiares de altos cargos y de representantes sindicales. Muchos de estos familiares accedieron al tribunal tras franquear ex¨¢menes, y fueron asignados inicialmente (algunos a¨²n contin¨²an all¨ª) al departamento de inform¨¢tica, como grabadores de datos, pero sin los estudios espec¨ªficos.
El informe del subdirector jefe analiza la plantilla e indica: ¡°Seg¨²n esta relaci¨®n de puestos de trabajo, para formar parte de una unidad inform¨¢tica departamental del tribunal, en el 80% de los puestos [bast¨®] con tener experiencia en MS-DOS, lo que a d¨ªa de hoy ser¨ªa equivalente a Windows, disponer de conocimientos inform¨¢ticos y saber utilizar Office¡±.
El informe considera que la preparaci¨®n de la plantilla es obsoleta, y a?ade: ¡°Estos conocimientos son inherentes hoy en d¨ªa al desempe?o de cualquier puesto de trabajo en el que se utilice un ordenador personal, por lo que la pr¨¢ctica totalidad de los empleados del tribunal no estar¨ªan cualificados para ocupar uno de estos puestos¡±.
El convenio colectivo facilita los ascensos obviando la titulaci¨®n
Destaca que, dadas las necesidades del tribunal, ¡°no parece que baste con saber utilizar un ordenador para prestar los servicios que el tribunal demanda de sus profesionales TIC [Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n y las Comunicaciones], y mucho menos ante la necesaria implantaci¨®n de plataformas de administraci¨®n electr¨®nica que sit¨²en al Tribunal de Cuentas al nivel de otros ¨®rganos como el Tribunal Constitucional o el Defensor del Pueblo¡±.
El informe critica que se han dado puestos laborales en el ¨¢rea de inform¨¢tica sin la debida preparaci¨®n.¡°Si bien la descripci¨®n de los puestos y la formaci¨®n exigida no corresponde con la necesidades reales de una unidad TIC, tal vez la selecci¨®n del personal se realiz¨® teniendo estas necesidades en mente y, de alguna manera, fueron ocupadas por personal con formaci¨®n inform¨¢tica. Sin embargo, un sencillo an¨¢lisis de la ocupaci¨®n desmiente esta hip¨®tesis: solo hay cinco personas con estudios de inform¨¢tica o telecomunicaciones entre un total de 60 puestos¡±.
De estos 60 miembros de la plantilla de inform¨¢tica, a 21 se les asign¨® la categor¨ªa de operador inform¨¢tico. Seg¨²n el convenio colectivo aprobado entre los sindicatos y los altos cargos del tribunal, para acceder a este puesto solo era necesario tener estudios ¡°de bachillerato, BUP, FP2 o LOGSE¡±, y alguna ¡°experiencia en el sistema MS-DOS¡±. Y a otros 19 operarios solo se les exigi¨®, por acuerdo de convenio colectivo, tener la ¡°ESO, el graduado escolar o FP1¡±. Otra exigencia era tener ¡°experiencia en desempe?o de puesto de trabajo similar¡±. A los programadores inform¨¢ticos (hay cuatro) les bast¨® ¨²nicamente con acreditar que ten¨ªan ¡°experiencia en el sistema operativo MS-DOS¡±. Los dos jefes de negociado que hay en plantilla solo tuvieron que demostrar ¡°conocimientos de proceso de texto, hoja de c¨¢lculo, gestores de datos y entornos ofim¨¢ticos¡±.
20 operadores solo saben manejar sistemas inform¨¢ticos
El informe analiza tambi¨¦n los puestos del Servicio Central de Inform¨¢tica del Tribunal de Cuentas, donde hay otros 11 operarios. En este servicio, se?ala el documento, el nivel de exigencia profesional debe ser muy superior (¡°por encima del nivel de usuario de Windows¡±) al del personal antes citado. Tampoco sucede: ¡°En siete de los once puestos es suficiente un uso b¨¢sico del ordenador para ocupar un puesto inform¨¢tico en el Servicio Central de Inform¨¢tica¡±. Ninguno de estos siete operarios tiene estudios universitarios. En ese departamento han recalado algunos de los opositores con ¡°padrino¡± en la instituci¨®n, seg¨²n asegura una fuente.
Algunos allegados de altos cargos son ahora jefes de equipo. El convenio colectivo del tribunal resta importancia a los estudios a la hora de ascender. Su art¨ªculo 6 establece: ¡°Los aspirantes por el turno de promoci¨®n interna, excepto para acceder a los grupos 1 [titulados universitarios] y 2, quedar¨¢n exentos de reunir el requisito de titulaci¨®n rese?ado anteriormente, siempre y cuando acrediten una experiencia m¨ªnima de cinco a?os de antig¨¹edad en la plantilla¡±.
Dos grandes debilidades
El informe sobre las graves carencias del servicio inform¨¢tico del Tribunal de Cuentas contiene un estudio comparativo con su an¨¢logo del Tribunal Constitucional. El informe apuesta por que haya un equipo propio competente dentro del Tribunal de Cuentas que sea capaz de desarrollar los programas adecuados para su cometido fiscalizador y, a la vez, garantice la confidencialidad de la documentaci¨®n que maneja.
Sin embargo, descubre ¡°dos grandes debilidades¡± respecto al servicio inform¨¢tico del Tribunal Constitucional. ¡°El Tribunal de Cuentas externaliza la mayor¨ªa de los mantenimientos de las infraestructuras y aplicaciones de administraci¨®n electr¨®nica. Estos mantenimientos se concretan en forma de atenci¨®n telef¨®nica desde un centro externo, por lo que no hay atenci¨®n dentro del propio tribunal ni de t¨¦cnico que conozcan de antemano las peculiaridades de la infraestructura del tribunal. Por ejemplo, si se cae la red de datos, la atenci¨®n en primera instancia es telef¨®nica, con independencia de la gravedad del incidente, lo que alarga los tiempos de resoluci¨®n frente a los que se obtendr¨ªan si se dispusiera de t¨¦cnicos en la propia sede, como sucede en el Tribunal Constitucional. Lo ideal ser¨ªa disponer de t¨¦cnicos inform¨¢ticos en plantilla que se ocuparan de este trabajo para que el conocimiento se mantengan dentro del tribunal¡±.
El estudio compara la capacidad y nivel de los t¨¦cnicos del Tribunal Constitucional y del de Cuentas, y concluye: ¡°La relaci¨®n entre puestos TIC [los m¨¢s cualificados] y empleados es de 1 a 7 en el Tribunal Constitucional, mientras que en el Tribunal de Cuentas es de 1 a 64¡±.
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