El aviso
El gesto de B¨¢rcenas es el producto de la iron¨ªa con la que ha vencido, en la c¨¢rcel, lo que antes parec¨ªa la timidez del c¨ªnico
La venganza no se improvisa, pero se madura, y se avisa.
B¨¢rcenas ha tenido miles de minutos para deglutir una frase de Rajoy (¡°S¨¦ fuerte¡±) que ha debido sustituir en su cama de presidiario a las ovejitas que se cuentan hasta que vences el insomnio; y al salir del presidio, el extesorero m¨¢s famoso de la historia de Espa?a se la ha devuelto al presidente del Gobierno como un aviso envenenado. S¨ª, he sido fuerte, le ha venido a decir, y ahora te vas a enterar.
Esa imagen con palabras procede de otra que tuvo un destinatario m¨¢s diluido, y por tanto menos directo; ese antecedente fue la peineta que B¨¢rcenas lanz¨® hacia los periodistas (es decir, hacia todo el mundo) cuando, despu¨¦s de un viaje, arrastraba su carrito como un ciudadano que regresa al huerto donde lo van a encerrar.
Ese gesto del B¨¢rcenas de ahora es el producto de la iron¨ªa con la que ha vencido, en la c¨¢rcel, lo que antes parec¨ªa la timidez del c¨ªnico: como ha estado rodeado de gente que le habr¨¢ contado qu¨¦ es el delito, ya tuvo tiempo de hacer la digesti¨®n de los suyos, y ese bolo alimenticio, que en la c¨¢rcel no debe ser de buen gusto, ahora regurgita en su est¨®mago como la iron¨ªa que hay en obras muy realistas sobre presidiarios, como las de Tom¨¢s Salvador o las de Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n.
El B¨¢rcenas antip¨¢tico de la peineta habr¨¢ tenido, seguro, asesores de imagen que le dictaran, en directo o por el m¨®vil, como hizo Rajoy en su d¨ªa para animarlo a ser fuerte, esa frase que ahora preside la hemeroteca de esta historia. B¨¢rcenas amenazando al presidente con las palabras que el presidente le dict¨® en un SMS es un icono que perseguir¨¢ ahora la inminente rueda de discusiones del PP, reunido en c¨®nclave en muy mala hora.
Es la consecuencia de una negativa con la que el PP despreci¨® la esencia de B¨¢rcenas, que es haber estado tan alto en el partido: nosotros no tenemos nada que ver con este se?or, han dicho desde arriba y desde abajo. En mala hora. Pues resulta que ¡°este se?or¡± ha salido de la c¨¢rcel, ha recitado de pronto una retah¨ªla de cuentas pendientes y se halla en disposici¨®n de poner nervioso al que hasta ahora cre¨ªa que mientras se fumaba un puro se iban enfriando las ansias de venganza del que le dice que est¨¢, en efecto, fuerte como un toro y que embiste.
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