Cadena perpetua sobre cadena perpetua
La nueva prisi¨®n permanente revisable est¨¢ en entredicho por innecesaria e inconstitucional. Espa?a, uno de los pa¨ªses m¨¢s seguros, tiene ya un duro C¨®digo Penal
Espa?a tiene una de las tasas de criminalidad m¨¢s bajas del mundo, pero el Gobierno ha decidido establecer una suerte de cadena perpetua. Espa?a tiene el mandato constitucional de favorecer la reinserci¨®n de los presos y, sin embargo, apenas emplea las penas alternativas a la prisi¨®n y va a convertir numerosas faltas en delitos. Espa?a tiene una de las mayores tasas de poblaci¨®n reclusa de Europa, pero el Ejecutivo ha considerado conveniente endurecer las reglas del juego de la libertad condicional. La ¨²ltima reforma del C¨®digo Penal, aprobada en el Congreso la semana pasada por el PP en solitario, es una enorme paradoja que ha soliviantado por anticonstitucional a la mayor¨ªa de jueces, abogados y catedr¨¢ticos de derecho penal consultados, pero que tambi¨¦n ha supuesto un consuelo para las v¨ªctimas. Al menos, para algunas.
La Constituci¨®n obliga a penas orientadas hacia la reinserci¨®n
El punto m¨¢s caliente es la prisi¨®n permanente revisable, lo m¨¢s parecido a la cadena perpetua, abolida durante la dictadura del general Primo de Rivera en 1928 y excluida de todas las modificaciones legislativas posteriores. La actual ha sido pensada, entre otros, para los asesinos en serie, los integrantes de bandas terroristas, los autores de la muerte de menores o personas discapacitadas, los agresores sexuales que acaben con la vida de su v¨ªctima o los responsables del homicidio del Rey o del Pr¨ªncipe heredero de la Corona. O dicho de otra manera, para los autores de ¡°cr¨ªmenes que causan una especial repulsa social¡± o ¡°delitos de excepcional gravedad¡±. Estos criminales, condenados a c¨¢rcel de por vida, pasar¨¢n un examen, a los 25 o 35 a?os de entrar en prisi¨®n, seg¨²n los delitos, para ver si est¨¢n rehabilitados. Si lo est¨¢n, saldr¨¢n de la c¨¢rcel y pasar¨¢n entre cinco y 10 a?os en libertad condicional. En caso contrario, continuar¨¢n entre rejas y volver¨¢n a ser evaluados en el plazo que se establezca.
¡°La lucha ha merecido la pena. Lo hemos conseguido, ?viva la cadena perpetua para pederastas asesinos!¡±. Juan Jos¨¦ Cortes, padre de Mari Luz, la ni?a asesinada en enero de 2008 en Huelva por el pederasta Santiago del Valle, celebr¨® as¨ª la pasada semana la instauraci¨®n en Espa?a de la prisi¨®n permanente revisable. La muerte violenta de su hija y el asesinato de Marta del Castillo en 2009, y el espect¨¢culo medi¨¢tico alrededor de ambos cr¨ªmenes, alentaron un debate sobre la conveniencia de endurecer el castigo ante cr¨ªmenes que causan una especial alarma social. Rajoy recogi¨® el testigo que ahora aplauden los afectados por este tipo de delitos. ¡°
¡°Nos dejan sin instrumentos para regular conductas¡±, dice un funcionario
En el asesinato terrorista hay un hecho diferencial a tener en cuenta y que justifica esta condena. El que mata no solo desea matar, quiere sembrar el terror¡±, se?ala ?ngeles Pedraza, presidenta de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo (AVT). ¡°Nosotros no queremos venganza. Queremos justicia¡±.
Jos¨¦ Luis D¨ªez Ripoll¨¦s, catedr¨¢tico de Derecho Penal en la Universidad de M¨¢laga, cree que la prisi¨®n permanente revisable ¡°es una pena innecesaria en nuestro ordenamiento. Para empezar¡±, dice, ¡°no entiendo la necesidad de esta decisi¨®n cuando tenemos una de las tasas de criminalidad m¨¢s bajas del mundo, lo que vale tambi¨¦n para delitos violentos graves¡±. El propio Gobierno, en un balance realizado en 2013 por el Ministerio del Interior, se vanagloria de que ¡°Espa?a es un pa¨ªs seguro¡±. Los datos que aporta son elocuentes. El n¨²mero de cr¨ªmenes por cada mil habitantes ha ido reduci¨¦ndose de forma paulatina desde los 51,9 de 2008 hasta los 46,1 de 2013, situando a Espa?a en la parte inferior del tablero de la Europa de los Quince. Solo Italia (43,4), Portugal (39,7) y Grecia (29,5) est¨¢n por debajo en un listado que encabezan Suecia (146,7), B¨¦lgica (96,9) y Dinamarca (85,1). Y si hablamos espec¨ªficamente de homicidios dolosos y asesinatos consumados, susceptibles de la prisi¨®n permanente revisable, Espa?a es la naci¨®n m¨¢s segura de todos los pa¨ªses de su entorno.
Libertad m¨¢s condicional
La reforma del C¨®digo Penal impulsada por el Gobierno de Rajoy tiene un marcado car¨¢cter regresivo que va a aumentar la presi¨®n demogr¨¢fica en las c¨¢rceles, seg¨²n coinciden los expertos consultados. No hablan solo de la prisi¨®n permanente revisable, que tendr¨¢ un impacto m¨ªnimo en el n¨²mero de reclusos. Hablan de la conversi¨®n de la mayor¨ªa de faltas en delitos y, sobre todo, del endurecimiento de la libertad condicional, por la que un preso puede cumplir el ¨²ltimo periodo de la condena de c¨¢rcel en la calle, sometido a unos controles. Esta figura ser¨¢ ahora m¨¢s benevolente con quienes purgan su primera pena corta en prisi¨®n ¡ªpodr¨¢n solicitarla cuando hayan llegado a la mitad¡ª, ¡°pero se regula de forma claramente nociva¡±, resume un jurista de Instituciones Penitenciarias que prefiere mantenerse en el anonimato. ¡°Ya no ser¨¢ una fase de cumplimiento de la condena sino que pasa a ser regulada como una suspensi¨®n¡±.
Ahora mismo, una persona condenada a ocho a?os de c¨¢rcel puede salir a los seis, tras cumplir tres cuartas partes de la condena. Cuando completa los dos a?os restantes en libertad condicional, se extingue la pena. Con el nuevo C¨®digo Penal, salvo que sea modificado en el Senado, no ocurrir¨¢ as¨ª. Si el interno comete un peque?o delito en el ¨²ltimo d¨ªa de la libertad condicional o ¡°incumple gravemente las condiciones impuestas, la libertad ser¨¢ revocada y deber¨¢ cumplir toda la pena que restaba¡±, seg¨²n el texto. ¡°Esto es una barbaridad y afecta a todos los presos. Va a tener enormes consecuencias¡±, denuncia el funcionario. ¡°Nuestros internos son gente marginal, tienen problemas de toxicoman¨ªa, no son ladrones de guante blanco. Se les est¨¢ poniendo encima una espada de Damocles y se est¨¢ atentando contra el principio de seguridad jur¨ªdica porque no pueden saber cu¨¢ndo van a poder acabar de cumplir la pena. Es una aut¨¦ntica aberraci¨®n¡±.
¡°La decisi¨®n del Gobierno no se sostiene si analizas las cifras. Lo que ocurre es que las fuerzas pol¨ªticas, no solo el Partido Popular, han descubierto que proyectar una imagen de mano dura da r¨¦ditos electorales. El C¨®digo Penal ha dejado de ser un instrumento de pol¨ªtica criminal para convertirse en otro de agitaci¨®n y propaganda. No necesitamos una cadena perpetua que de hecho ya tenemos¡±, denuncia D¨ªez Ripoll¨¦s. ¡°Adem¨¢s, si alguien piensa que con el agravamiento de penas se disuade de cometer un delito grave se equivoca. Todo lo contrario. Crean un mayor enconamiento en las personas que sienten que el Estado no les ofrece ning¨²n horizonte, y cuando la gente no tiene horizonte no suele reaccionar bien. Este tipo de penas son in¨²tiles¡±, a?ade Mercedes Gallizo, exdirectora general de Instituciones Penitenciarias.
El derecho penal espa?ol, que ha ido endureci¨¦ndose, impone el cumplimiento efectivo de hasta 40 a?os de prisi¨®n a quienes cometan delitos muy graves. Y, por ejemplo, los terroristas de ETA con pena m¨¢xima que hayan pagado parte de su condena en Francia podr¨ªan pasar a¨²n m¨¢s tiempo en la c¨¢rcel, despu¨¦s de que el Tribunal Supremo negara la posibilidad de descontar los a?os de encierro en el pa¨ªs vecino. Tampoco es desde?able el tiempo medio de estancia en la c¨¢rcel. En 2010 era de 18,7 meses, el segundo m¨¢s alto de Europa despu¨¦s de Portugal (23,3), seg¨²n datos de un estudio de la Universidad de M¨¢laga elaborado a partir de estad¨ªsticas del Consejo de Europa (SPACE 1). ¡°Cabe calificar a d¨ªa de hoy el r¨¦gimen penal espa?ol como el m¨¢s severo de Europa occidental en cuanto a la duraci¨®n de la pena de prisi¨®n ordinaria¡±, dice Manuel Cancio, catedr¨¢tico de Derecho Penal en la Universidad de Madrid.
La prisi¨®n permanente revisable, como esgrime el Gobierno, es una ¡°pena habitual en el derecho comparado¡±. Existe en Austria, en Luxemburgo, en B¨¦lgica, en Gran Breta?a, en Italia, en Holanda, en Alemania... s¨ª. Pero 40 a?os de c¨¢rcel es una condena m¨¢s dura que la prisi¨®n permanente revisable vigente en Austria y Luxemburgo, donde el preso puede pedir la libertad condicional cuando ha cumplido los 15 a?os de condena, o en B¨¦lgica, donde puede hacerlo entre los 15 y 23 a?os. 40 a?os de c¨¢rcel es una condena m¨¢s dura que la prisi¨®n permanente revisable de Alemania, donde las penas vuelven a reconsiderarse como norma general a los 15 a?os.
El ministro de Justicia, Rafael Catal¨¢, considera esta figura penal ¡°muy razonable¡± y ¡°coherente¡±. En los documentos enviados a este peri¨®dico para defenderla, el ministerio argumenta que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha avalado la compatibilidad de esta medida con el art¨ªculo 3 de la Convenci¨®n Europea de Derechos Humanos, que dice que ¡°nadie podr¨¢ ser sometido a tortura ni a penas o tratos inhumanos y degradantes¡±. Y as¨ª es. Lo que no dice, se?ala Juli¨¢n R¨ªos, profesor de Derecho Penal de la Universidad Pontificia de Comillas, es que el mismo tribunal tambi¨¦n ha dictado resoluciones que denuncian que la prisi¨®n permanente revisable vulnera el art¨ªculo 5, el que obliga a buscar la reinserci¨®n de los presos.
La reforma del Gobierno satisface a las v¨ªctimas: ¡°Queremos justicia¡±
No es una jurisprudencia balad¨ª para Espa?a, ¨²nico pa¨ªs de los antes citados que incluye en la Constituci¨®n la obligaci¨®n de que ¡°las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad¡± est¨¦n ¡°orientadas hacia la reeducaci¨®n y reinserci¨®n social¡±. ?Es entonces la prisi¨®n permanente revisable anticonstitucional? El Consejo de Estado cree que no porque no somete al preso a un trato degradante o inhumano y porque, al ser revisable, abre la puerta a la libertad condicional. El Consejo General del Poder Judicial, en cambio, igual que el Consejo General de la Abogac¨ªa, opina que choca claramente con la Ley Fundamental.
¡°Los autores ignotos de esta reforma, que se han inspirado en el modelo alem¨¢n, deben haber le¨ªdo mal la sentencia del Tribunal Federal de ese pa¨ªs, que dice que a partir de los 15 a?os de reclusi¨®n se empiezan a producir da?os muy gravosos permanentes que hacen que una persona sea ya dif¨ªcilmente reinsertable¡±, dice Cancio. ¡°La vida en prisi¨®n incrementa el aislamiento, el recelo y la desconfianza frente a los dem¨¢s, se construye una nueva c¨¢rcel dentro de la c¨¢rcel¡±, apoya R¨ªos. ¡°La persona tiende a aislarse. Ello genera graves consecuencias en la forma de afrontar las relaciones cuando la persona sale de prisi¨®n y tiene que volver a establecer relaciones sociales¡±.
Las c¨¢rceles espa?olas llevan cuatro a?os consecutivos perdiendo poblaci¨®n por la reforma penal aprobada en 2010, que rebaj¨® las condenas m¨¢ximas para el tr¨¢fico de drogas y que ha supuesto la excarcelaci¨®n de un importante n¨²mero de muleros o transportistas de estupefacientes. Pero este pa¨ªs tiene, pese a todo, una de las mayores tasas de poblaci¨®n reclusa de Europa: 147 presos por cada 100.000 habitantes frente a los 98 de Francia o 79 de Alemania. En la comparativa mundial Espa?a sale mejor parada. Estados Unidos tiene 716; Barbados 521, y Rusia 475, como recoge un informe del International Centre for Prison Studies de la Universidad de Essex publicado en noviembre de 2013. En total son 65.020 las personas que estaban privadas de libertad a principios de este enero en 97 centros penitenciarios, el 92,4%, hombres, seg¨²n datos de la Agrupaci¨®n de los Cuerpos de la Administraci¨®n de Instituciones Penitenciarias (ACAIP). Cada uno cuesta al erario p¨²blico unos 24.000 euros al a?o.
¡°Proyectar imagen de mano dura da r¨¦ditos electorales¡±, dice un catedr¨¢tico
Quienes mejor pueden anticipar los efectos que tendr¨¢ en la c¨¢rcel la prisi¨®n permanente revisable son los funcionarios de prisiones, un colectivo diezmado por los recortes que ahora integran 21.529 personas. ¡°El planteamiento que hacen de revisi¨®n de condena es tan lejano en el tiempo que dejas al preso sin salida y a los funcionarios sin ning¨²n instrumento para regular su conducta, dice uno de ellos. ¡°Adem¨¢s, por la tipolog¨ªa de los delitos a los que se aplicar¨¢ hablamos de presos generalmente muy peligrosos que, al no tener esperanza, pueden acabar actuando contra el sistema y alterando la convivencia en las c¨¢rceles¡±, a?ade Jos¨¦ Ram¨®n L¨®pez, presidente de ACAIP. ¡°Los presos necesitan de un est¨ªmulo para cambiar su actitud¡±, abunda Gallizo. ¡°Desde el punto de vista de los derechos humanos la cadena perpetua es dif¨ªcilmente tolerable, una persona necesita saber cu¨¢l es su horizonte vital y si puede intervenir haciendo algo positivo para cambiar su situaci¨®n o salir antes en libertad condicional¡±.
Los expertos creen que Espa?a abusa de la pena de c¨¢rcel. Que habr¨ªa que invertir m¨¢s en prevenci¨®n y utilizar otras figuras ya existentes en el ordenamiento con las que resultar¨ªa m¨¢s f¨¢cil cumplir con la tan tra¨ªda reinserci¨®n. Y citan trabajos en beneficio de la comunidad, las multas proporcionales a los ingresos, o el arresto de fin de semana que instaur¨® el C¨®digo Penal con escaso ¨¦xito. ¡°No sabemos c¨®mo hubiese podido funcionar porque no establecieron los centros y los jueces se resist¨ªan a meterlos en la c¨¢rcel, as¨ª que lo abolieron¡±, cuenta Cancio. ¡°Esto sin inversi¨®n no funciona y aqu¨ª solo se ha invertido en prisiones [hay cuatro centros sin abrir por falta de recursos]. Tener personas formadas en psicolog¨ªa, m¨¦dicos o funcionarios de prisiones cuesta m¨¢s y no tiene tanto retorno pol¨ªtico como la prisi¨®n permanente revisable¡±.
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