Una norma de la UE sit¨²a el origen de parte de la pesca andaluza en Portugal
La procedencia de las capturas de varias comunidades es inexacta en el etiquetado
¡°Si lo que quieren es que dejemos de pescar, que lo digan de una vez¡±, dice Antonio Ares, armador de El Puerto de Santa Mar¨ªa (C¨¢diz), uno de los pocos que quedan en la ciudad, y refleja la sensaci¨®n de acoso a la que se ve sometido el sector, despu¨¦s de casi dos d¨¦cadas de pol¨ªticas comunitarias que han venido forzando la aplicaci¨®n de l¨ªmites de pesca para regenerar los caladeros y desguace de barcos para reducir en el futuro la presi¨®n sobre las especies.
El sector andaluz se enfrenta ahora a una nueva dificultad: su pesca local est¨¢ siendo comercializada como procedente de Aguas de Portugal, o de Aguas de Baleares, con el consiguiente perjuicio para las marcas aut¨®ctonas. Desde el pasado 1 de enero, una directriz de la Pol¨ªtica Pesquera Comunitaria (PPC) obliga a incorporar en los mercados una etiqueta con el fin de que el comprador conozca d¨®nde, cu¨¢ndo y c¨®mo fue obtenida la pieza de pescado.
La gamba roja de Almer¨ªa tiene denominaci¨®n balear
Lo que en principio parec¨ªa una garant¨ªa para el consumidor se ha convertido en una pesadilla para las flotas, porque la UE ha decidido emplear el mapa internacional de zonas de pesca de la FAO, el organismo de Naciones Unidas para la alimentaci¨®n y la agricultura, para se?alar el origen de la pesca en las etiquetas de venta.
Naciones Unidas actualiz¨® en el a?o 2001 las zonas pesqueras del planeta y lo hizo estableciendo grandes ¨¢reas para facilitar su localizaci¨®n y la tabulaci¨®n de estad¨ªsticas pesqueras. En el caso de la fachada atl¨¢ntica de la pen¨ªnsula ib¨¦rica, la FAO incorpor¨® en una misma zona al Golfo de C¨¢diz (C¨¢diz y Huelva), el litoral portugu¨¦s y una parte de la costa atl¨¢ntica gallega. Esa gran zona fue designada, por extensi¨®n, como Aguas de Portugal y es esa, por lo tanto, la denominaci¨®n de origen que aparece en el etiquetado del pescado gaditano y onubense. El resultado es que el boquer¨®n de Barbate, la sardina de Isla Cristina o el langostino de Sanl¨²car llegan ahora al mercado como ¡°productos de las Aguas de Portugal¡±.
El mismo escenario se repite en el Mediterr¨¢neo, dividido en los mapas de la FAO en cuatro grandes ¨¢reas pesqueras. La primera incorpora toda la costa andaluza, los caladeros de Murcia, las comunidades valenciana y catalana y las islas Baleares, que dan nombre al conjunto del ¨¢rea. Por lo tanto, la sardina de M¨¢laga, la gamba roja de Almer¨ªa o la quisquilla de Motril llegan al consumidor como productos de las Aguas Baleares.
El sector no sale de su asombro. El presidente de la federaci¨®n de empresas pesqueras de Andaluc¨ªa, Pedro Maza, ha advertido del ¡°grav¨ªsimo da?o¡± que el sistema est¨¢ generando para los intereses comerciales de la pesca andaluza, hasta ahora un referente internacional de calidad reconocido en mercados de todo el mundo. La federaci¨®n ha elevado una queja a la Administraci¨®n espa?ola, aunque su llamada no ha tenido, de momento, el efecto deseado. El Ministerio reconoce el da?o, pero explica que el asunto fue planteado para su correcci¨®n durante las negociaciones, pero esa solicitud no fue atendida por la Comisi¨®n.
Con todo, el asunto he regresado a Bruselas. La europarlamentaria socialista andaluza Clara Aguilera ha presentado una enmienda al reglamento, pero insiste en que se hace necesaria la creaci¨®n de un ¡°frente com¨²n de las administraciones afectadas, para dimensionar correctamente el alcance del da?o¡±. De momento, la iniciativa ha obtenido la respuesta de la Junta de Andaluc¨ªa, cuya Secretaria General de Pesca, Margarita P¨¦rez, ha creado una mesa de seguimiento del conflicto.
?De d¨®nde viene este langostino?
La nueva norma europea de identificaci¨®n del pescado entra en abierta contradicci¨®n con la que se ha venido defendiendo, y costeando, en lo ¨²ltimos 15 a?os. Gracias a los fondos europeos, la Consejer¨ªa andaluza de Pesca ha logrado implantar hasta una docena de marcas y distintivos de calidad de los productos pesqueros de la comunidad, entre ellos, los de la gamba blanca del golfo de C¨¢diz, el langostino de Sanl¨²car o el voraz y el besugo de Tarifa.
La estrategia ha estado basada, hasta hora, en el fomento de los caladeros propios, de forma que el consumidor pudiese confiar en la frescura de las capturas locales frente a las que se comercializan en lonjas andaluzas procedentes de bancos de pesca africanos o italianos que llegan conservados en ¡°aguanieve¡± tras varios d¨ªas de singladura.
Estas marcas han sido publicitadas en los mercados, difundidas en 1.697 talleres en colegios de primaria de la Comunidad y promocionadas en las ferias internacionales, en las que la oferta andaluza hab¨ªa obtenido un reconocimiento muy s¨®lido.
Se trata de un esfuerzo de promoci¨®n mantenido en el tiempo, de coordinaci¨®n entre las flotas, y de gasto de fondos p¨²blicos comunitarios, que parece ahora empe?ada la propia UE en lapidar.
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