Un mal negocio
El llamado "problema catal¨¢n" ha pasado, de momento, a segunda fila, hoy los focos de atenci¨®n son otros
A primera hora de la ma?ana de este lunes, en el programa de RAC1, el de mayor audiencia de las radios catalanas, se aventuraba la noticia de que Mariano Rajoy anunciar¨ªa en rueda de prensa aquella misma ma?ana que adelantar¨ªa las elecciones generales al 27 de septiembre, precisamente el mismo d¨ªa previsto por Artur Mas para celebrar las auton¨®micas. El globo se deshinch¨® a las pocas horas: la noticia era s¨®lo un deseo de CiU. El nacionalismo catal¨¢n, del que este programa radiof¨®nico es un referente emblem¨¢tico, siempre se ha considerado el ombligo del mundo y todav¨ªa piensa que la mayor preocupaci¨®n del Gobierno central es la independencia de Catalu?a.
Hasta ahora, una de las ventajas de CiU era su posici¨®n de partido bisagra en el Congreso de los Diputados. Todo eso est¨¢ en peligro
Pero ya no es as¨ª. El llamado ¡°problema catal¨¢n¡± ha pasado, de momento, a segunda fila, hoy los focos de atenci¨®n son otros. En especial, aparte de los agudos problemas sociales que se arrastran desde comienzos de la crisis, la complicada estabilidad gubernamental que se plantear¨¢ tras las pr¨®ximas elecciones generales si, como indican ahora los sondeos, se quiebra el bipartidismo y pasamos a un sistema pol¨ªtico con cuatro partidos preponderantes.
Todav¨ªa es pronto para hacer juicios definitivos sobre las posibilidades de esta importante transformaci¨®n, a¨²n hay que pasar por el cedazo de las pr¨®ximas elecciones locales y auton¨®micas para dar una opini¨®n solvente. A siete meses de las generales, los nuevos partidos en liza pueden cometer errores que les resten confianza, como ya parece suceder con Podemos, tal como analizaba Ignacio Urquizu en su magn¨ªfica Cuarta del pasado lunes en este peri¨®dico. Pero todo parece indicar que, en m¨¢s o en menos, el cambio del sistema de partidos espa?ol es ya una realidad. Es precisamente este cambio el que produce una profunda y razonable inquietud en el nacionalismo catal¨¢n.
Los nacionalistas eran dominantes en Catalu?a y, a cambio de garantizar la gobernabilidad, ejerc¨ªan de lobby de los intereses catalanes en Madrid
Hasta ahora, una de las ventajas de CiU era su posici¨®n de partido bisagra en el Congreso de los Diputados, as¨ª facilitaba Gobiernos del PSOE o del PP. Todo eso est¨¢ en peligro. Por un lado, tanto Podemos como C¡¯s restar¨¢n votos a los nacionalistas en Catalu?a. Por otro, y m¨¢s decisivo, es muy probable que estos partidos sean suficientes para conformar mayor¨ªas parlamentarias en Espa?a. Hasta ahora los nacionalistas eran dominantes en Catalu?a y, a cambio de garantizar la gobernabilidad, ejerc¨ªan de grupo de presi¨®n, de lobby, de los intereses catalanes en Madrid. De ah¨ª su fuerza entre el mundo empresarial.
Pues bien, con el cambio en el tablero pol¨ªtico espa?ol, todo esto se les acaba. CiU y ERC (y el PNV y Bildu) pasar¨¢n a ser simples partidos regionales y el Gobierno de Espa?a estar¨¢ sostenido por partidos nacionales, no por partidos nacionalistas, los intereses generales primar¨¢n sobre los particulares. El independentismo, a la postre, habr¨¢ resultado ser un mal negocio.
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