Del arbitraje de Iglesias al culto a la personalidad
"O ??igo o yo", le dijo Monedero a Pablo Iglesias
La carta de despedida de Juan Carlos Monedero no es una misiva a los militantes de la organizaci¨®n Podemos ni est¨¢ dirigida a su direcci¨®n. No hay en el texto una explicaci¨®n de lo que ha ocurrido para que uno de los fundadores abandone la direcci¨®n. Pero, en cambio, es una proclamaci¨®n de culto a la personalidad de Pablo Iglesias.
Fuentes que dicen conocer el desenlace apuntan que en realidad hemos asistido a un arbitraje. El arbitraje de Pablo Iglesias. Monedero no ha planteado, dicen esas fuentes, un pulso a Iglesias sino a ??igo Errej¨®n, el n¨²mero dos de la organizaci¨®n.
He puesto varios tweets explicando lo que me han explicado las personas que dicen conocer los entresijos, o algunos de ellos, del desenlace. Y me dicen que me vaya a Argentina y que me suba a un ¨¢rbol.
Acepto el reto de subirme a un ¨¢rbol, pero con una diferencia. Lo hago aqu¨ª en Madrid. Y subido a ¨¦l intento ver por encima de las copas de los ¨¢rboles que tapan el bosque.
La idea de que todo lo que sucede a uno es producto casi exclusivo de la acci¨®n del otro es una representaci¨®n paranoica de echar las culpas fuera.
En la pol¨ªtica espa?ola est¨¢ a la orden del d¨ªa. No hay mucha diferencia entre los ataques de Monedero a los dem¨¢s, a los otros, a la prensa y a las fuerzas at¨¢vicas de la sociedad, que la que verbalizan a diario los dirigentes de otras fuerzas pol¨ªticas, como pueden ser el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE).
Por eso es tanto m¨¢s incoherente que Monedero se presente como el guardi¨¢n del tarro de las esencias y advierta que Podemos ha sido asimilado a los partidos del establishment al tiempo que exhibe en sus explicaciones una conducta id¨¦ntica a la de esas fuerzas pol¨ªticas.
Habr¨ªa que explicar por qu¨¦ las cosas han ocurrido de una manera y no de otra. Y, m¨¢s all¨¢ de las trampas tendidas, que haberlas, como las meigas, haylas, lo importante para Monedero, par Iglesias y para Podemos, es saber c¨®mo se ha ca¨ªdo en ellas.
El asunto de los ingresos de Monedero declarados a Hacienda le ha acompa?ado como la sombra porque en lugar de responder con humildad intent¨® hacer lo que se llama un cover up. Y el encubrimiento es lo que queda del d¨ªa, parafraseando a Ishiguro. Es, desde luego, peor que el asunto subyacente.
Que Crist¨®bal Montoro se comporta m¨¢s como ministro o comisario del PP que como ministro de Hacienda, eso es una realidad.
Pero el problema no es ese. Monedero dio unas explicaciones un d¨ªa para ir corriendo a presentar la complementaria a Hacienda otro. Entonces, por su conducta milonguera (de vender milongas) deb¨ªa haber exigido su dimisi¨®n y haberle relegado a unas actividades alejadas de la direcci¨®n.
Y, ahora, parece que esa historieta se ha convertido en la fuente de una discrepancia de t¨¢ctica y estrategia. ?S¨ª?
Fuentes consultadas se?alan que entre esas discrepancias est¨¢ el peso que seg¨²n Monedero deber¨ªa suponer en el programa y la acci¨®n del partido Am¨¦rica Latina. Otra parece haber surgido en el debate de los programas relacionados con las Comunidades Aut¨®nomas espa?olas.
Pero, dicen esas fuentes, esas discrepancias ten¨ªan nombre y apellido: ??igo Errej¨®n. Seg¨²n esta interpretaci¨®n Monedero habr¨ªa forzado el arbitraje de Pablo Iglesias. Un arbitraje sobre el n¨²mero dos de la organizaci¨®n. Y Monedero ha perdido el pulso.
Al fin y al cabo, tambi¨¦n Errej¨®n ha tenido su pecadillo con la Universidad de M¨¢laga.
¡°O ??igo o yo¡±. Pero con una aclaraci¨®n: decidiera Iglesias lo que decidiera, Monedero seguir¨ªa aceptando el superliderazgo de Iglesias.
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