Preludio para un tiempo nuevo

Estas elecciones municipales ¡ªen toda Espa?a¡ª y auton¨®micas ¡ªen 13 comunidades¡ª no pueden ser entendidas como un anticipo de las generales de finales de este a?o, pero s¨ª como el preludio de un tiempo nuevo con un escenario pol¨ªtico m¨¢s plural y, por tanto, m¨¢s acorde con la diversidad de nuestra sociedad. Que es lo que la ciudadan¨ªa lleva tiempo reclamando y que, ya cercano, acoge con satisfacci¨®n. El 69% de los espa?oles (seg¨²n datos de un sondeo de Metroscopia efectuado los d¨ªas 12 y 13 de este mes) considera positiva para nuestra vida pol¨ªtica la desaparici¨®n de las mayor¨ªas absolutas y la emergencia de nuevos partidos que se sumen a los hasta ahora gobernantes.

Y esa es, precisamente, la principal conclusi¨®n que cabe extraer de estas reci¨¦n celebradas elecciones: el sistema se encamina claramente hacia un cuatripartidismo que reemplazar¨ªa al actual bipartidismo. Los espa?oles lo celebran, ya que de forma claramente mayoritaria (57% frente a 33%) creen estar preparados para una vida pol¨ªtica m¨¢s diversificada y compleja, basada en la negociaci¨®n permanente entre dos o m¨¢s partidos. Pero de forma asimismo mayoritaria (54% frente a 33%) expresan el temor de que quienes puedan no estar preparados para un cambio de tal envergadura sean los pol¨ªticos y que estos, en vez de esforzarse por hacer viable el nuevo escenario pol¨ªtico, pugnen por redirigirlo hacia un renovado esquema de mayor¨ªas absolutas, sin duda m¨¢s c¨®modo (pero no por ello m¨¢s socialmente beneficioso) para gobernar.

Lo cierto es que, de entrada, los espa?oles no ponen precisamente muchas trabas a una din¨¢mica pol¨ªtica de nuevo cu?o sustentada en el pacto permanente y pluridireccional. En realidad, no pueden estar mejor predispuestos a facilitar su funcionamiento: son tres veces m¨¢s numerosos (68% frente a 23%) los ciudadanos que creen que, en la nueva escena pol¨ªtica que se avecina, los partidos deben tener libertad para negociar acuerdos en unos sitios con unos partidos y en otros sitios con otros. Es decir, los denominados pactos de geometr¨ªa variable no ser¨ªan vistos por los votantes como entreguismo, dejaci¨®n de principios y pasteleo, sino como medio para superar d¨ªa a d¨ªa las dificultades de una convivencia plural y libre, trazando para cada problema una puerta de salida lo suficientemente holgada para que quien pase por ella no tenga que agachar excesivamente la cabeza.

Y dos breves posdatas: una vez m¨¢s, pr¨¢cticamente todos los sondeos (y en todo caso los de este peri¨®dico) han descrito acertadamente el clima de opini¨®n preexistente; y, tambi¨¦n una vez m¨¢s, se ha podido comprobar que apelar al voto del miedo no funciona si son tantos ¡ªo m¨¢s¡ª los que temen que las cosas sigan como est¨¢n que los que temen lo nuevo que pueda venir.