El socialista que marc¨® la pol¨ªtica vasca
Fallece el que fue n¨²mero tres del PSOE en la ¨¦poca dorada de Felipe Gonz¨¢lez
"Pase lo que pase y hagan lo que hagan, nunca me ha preocupado que me hayan adscrito a ese clich¨¦ de eslab¨®n que une el di¨¢logo con el nacionalismo". Esta frase de Txiki Benegas, fallecido este martes en Madrid, (1948-2015) a la periodista Mar¨ªa Antonia Iglesias en su Memoria de Euskadi, publicada en 2009, cuando el nacionalismo ya estaba muy desprestigiado tras el fracaso del Pacto de Lizarra y del Plan Ibarretxe, denota la singularidad y la firmeza de convicciones del que fue secretario general del Partido Socialista de Euskadi (PSE) durante los a?os m¨¢s duros del terrorismo de ETA (1977-1988). Benegas, que fue el n¨²mero tres del PSOE en la etapa dorada del Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez e invirti¨® mucho tiempo en su tarea como secretario de Organizaci¨®n del partido (1984-94), dio lo mejor de s¨ª mismo y obtuvo sus mejores resultados pol¨ªticos, aunque escasamente reconocidos, en su tarea al frente del PSE cuando el terrorismo en Euskadi era una cuesti¨®n de Estado.
Como secretario general del PSE fue protagonista pol¨ªtico en los a?os de plomo, los de mayor ¨ªndice de asesinatos de ETA y de clara olvido de las v¨ªctimas del terrorismo. Justo refrendarse el Estatuto de Gernika, en octubre de 1979, en cuya gestaci¨®n jug¨® un papel importante, ETA asesin¨®, por vez primera a un militante socialista, Germ¨¢n Rodriguez, y en febrero de 1984, los comandos aut¨®nomos anticapitalistas asesinar¨ªan a su amigo y secretario de Organizaci¨®n del PSE, Enrique Casas.
El asesinato de Casas, que le marc¨® de por vida, fue un acicate para ¨¦l para sacar a la militancia socialista a la calle y para luchar por la colaboraci¨®n del nacionalismo democr¨¢tico contra el terrorismo. Su estrategia contrastaba con la del l¨ªder socialista vizca¨ªno, Ricardo Garc¨ªa Damborenea, que defend¨ªa la confrontaci¨®n con todo el nacionalismo, sin matices, y termin¨® colaborando con el PP de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, una colaboraci¨®n que se le frustr¨® cuando en 1997 fue condenado por los tribunales por colaborar con los GAL.
Cre¨ªa que el final de ETA pasaba por un acuerdo entre el nacionalismo democr¨¢tico y el no nacionalismo
Benegas ten¨ªa muy claro que el final del terrorismo de ETA pasaba, adem¨¢s de por la presi¨®n policial, judicial e internacional, por un acuerdo pol¨ªtico en Euskadi entre el nacionalismo democr¨¢tico y el no nacionalismo y pele¨® por ¨¦l desde que fue elegido secretario general en 1977 hasta que lo logr¨® en enero de 1988 con el Pacto de Ajuria Enea en el que, tambi¨¦n, jugaron un papel clave el lehendakari Ardanza, su asesor Jos¨¦ Luis Zubizarreta y el secretario general de Euskadiko Ezkerra (EE), Kepa Aulestia. Todav¨ªa ETA tardar¨ªa veinte a?os en cesar definitivamente, pero all¨ª se traz¨® la hoja de ruta de su final. Y Benegas pudo festejarlo el 20 de noviembre de 2011.
Tambi¨¦n ten¨ªa claro que la normalizaci¨®n del Pa¨ªs Vasco y su prosperidad pasaba por los acuerdos transversales entre nacionalistas y no nacionalistas y no se cortaba en asegurar que los mejores a?os de Euskadi, pese al acoso del terrorismo, hab¨ªan sido los de los gobiernos de coalici¨®n entre el PNV y el PSE (1987-97), aunque los peneuvistas los capitalizaran, con el precedente del Gobierno preauton¨®mico de concentraci¨®n y el logro del Estatuto de Gernika (1977-79). Benegas siempre contaba que Felipe Gonz¨¢lez, con cuya confianza cont¨® durante toda aquella etapa, respaldaba su pol¨ªtica de implicar al nacionalismo democr¨¢tico en la gobernabilidad y en la lucha contra ETA.
Tuvo que pechar con la acusaci¨®n de debilidad con el nacionalismo al haberse quedado el PNV con la Presidencia del Gobierno vasco tras las elecciones de 1986, pese a haber obtenido m¨¢s esca?os el PSE (19) frente al PNV (17, pero m¨¢s votado). Fue una acusaci¨®n injusta. Recuerdo c¨®mo dio la batalla por formar una mayor¨ªa con EE y EA (Eusko Alkatasuna), pero no aceptaban un presidente no nacionalista. Al final, negoci¨® con el PNV, que impon¨ªa la misma condici¨®n. As¨ª estaban las cosas entonces en el Pa¨ªs Vasco. Tras m¨¢s de cuatro meses de conversaciones y cuando estaba a punto de cumplirse el plazo legal para tener que convocar nuevas elecciones, cedi¨®. Benegas siempre ha dicho que hubiera sido una irresponsabilidad convocar nuevas elecciones, tal y como estaba Euskadi en aquellos momentos, adem¨¢s de que se mostraba convencido de que el resultado electoral hubiera sido fatal para el PSE.
Benegas conoc¨ªa el nacionalismo. Su padre lo hab¨ªa sido. Naci¨® en el exilio, en Venezuela. Conoc¨ªa muy bien los sentimientos nacionalistas, la defensa de una cultura y lengua diferentes que a algunos les llevaba a sentirse solo vascos. Dec¨ªa que hab¨ªa que entenderles y hacer a Espa?a atractiva para que se quedaran en ella. Su actitud le permit¨ªa, a su vez, ser muy cr¨ªtico con sus interlocutores del PNV, preferentemente Xabier Arzalluz. Y lo fue especialmente en la etapa del Pacto de Lizarra y del mandato de Juan Jos¨¦ Ibarretxe, respaldando la decisi¨®n de Nicol¨¢s Redondo Terreros de romper con el PNV cuando este partido deriv¨® al soberanismo. Tambi¨¦n apoy¨® la decisi¨®n de Patxi L¨®pez de pactar el Gobierno vasco con el PP de Antonio Basagoiti en 2009 para desplazar a Ibarretxe, que hab¨ªa ganado las elecciones vascas. Su pol¨ªtica de buscar el entendimiento con el nacionalismo democr¨¢tico no fue ¨®bice para mostrar firmeza cuando este deriv¨® hacia el soberanismo.
Benegas no quiso ser ministro. Felipe Gonz¨¢lez se lo ofreci¨® dos veces: en 1982 y en 1991.En la primera apost¨® por el PSE y en la segunda por la secretar¨ªa de Organizaci¨®n del PSOE. Su segundo rechazo fue un error. El siempre dec¨ªa que tuvo muchas dudas. Durante la pelea entre Felipe Gonz¨¢lez y Alfonso Guerra, en la primera mitad de los noventa, fracas¨® en su intento de ponerles de acuerdo. Tambi¨¦n en las batallas sucesorias de Felipe Gonz¨¢lez, d¨®nde se aline¨® con Alfonso Guerra. Con la llegada de Joaqu¨ªn Almunia a la secretaria general del PSOE, en 1997, fue alej¨¢ndose de los asuntos internos. Ha sido diputado en el Congreso hasta el final y todos sus sucesores al frente del PSE han contado con su asesoramiento pues no cabe duda de que Benegas ha marcado la pol¨ªtica vasca.
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