H¨¦roe de su tiempo
Gest¨® una alianza de enorme recorrido pol¨ªtico en Euskadi, de trascendencia hist¨®rica aquellos a?os, la clave en el inicio del fin de la violencia de ETA
Resulta parad¨®jico que, incluso en la hora de su muerte, le sigamos llamando Txiki, como sin duda, le llamaron en su casa cuando naci¨®. Pero siempre fue Txiki para todos en el Partido y as¨ª se quedar¨¢. Tengo cuarenta a?os de andanzas comunes para contarles. Desde 1973 que le conoc¨ª en San Sebasti¨¢n, un verano en el que ¨¦l y Gregorio Peces Barba hac¨ªan esfuerzos (no hicieron falta muchos, esa es la verdad) para ¡°captarme¡±, como se dec¨ªa entonces, a la militancia clandestina. Pero no les aburrir¨¦ con historias personales que jalonan una amistad profunda que reivindico con orgullo. Les contar¨¦ de ¨¦l solo dos cosas que explican toda una vida.
Txiki Benegas fue el joven socialista que en los a?os setenta articul¨®, organiz¨® y moderniz¨® el socialismo hist¨®rico vasco de la clandestinidad anterior a Suresnes (1974). A finales de los a?os sesenta, el socialismo militante en el interior de Espa?a era muy escaso. No es un delito reconocerlo. Algunos estudiantes de Juventudes en algunas Universidades, muchos socialistas ocultos, pocas agrupaciones, una UGT oculta en las f¨¢bricas y una organizaci¨®n, solo relativamente activa en Asturias, Sevilla, Madrid y Pa¨ªs Vasco. Cuando Txiki lleg¨® al Partido en sus tiempos de estudiante de Derecho de Valladolid, el Pa¨ªs Vasco ten¨ªa nombres y poco m¨¢s: Ram¨®n Rubial, Nicol¨¢s Redondo, L¨®pez Albizu¡en Vizcaya. Amat en Vitoria; Enrique M¨²gica, Mart¨ªn Santos, Carlos Corcuera¡ en San Sebasti¨¢n.
El PSOE vasco que en 1974 en Par¨ªs gestion¨® el salto hist¨®rico al interior y a la modernidad espa?ola de aquellos a?os y construy¨® la alianza con el Sur (Pacto del Betis lo llamamos), era ya muy otro. Es a Txiki a quien le debemos la construcci¨®n de una verdadera organizaci¨®n entre 1970 y 1977 con nuevos l¨ªderes, muchas Agrupaciones (Bilbao, ?ibar, Ir¨²n, San Sebasti¨¢n, margen izquierda, etc.). ?l lo puso todo, su tiempo, su juventud, su despacho de abogado, su entrega, su enorme capacidad de persuasi¨®n, sus dotes negociadoras, su intuici¨®n y su perspicacia. Todo. En su despacho nos reun¨ªamos, all¨ª recog¨ªamos la propaganda, all¨ª llev¨¢bamos a los nuevos militantes. Salvo la multicopista, all¨ª estaba todo. Ahora cuando nos llaman ¡°casta¡±, recuerdo aquella entrega y¡ sonr¨ªo.
Era la voz que ped¨ªa unidad contra la violencia. La construy¨® cuando gan¨® las elecciones de 1986 y renunci¨® a ser lehendakari por un gobierno de coalici¨®n
Txiki Benegas fue tambi¨¦n el hombre del Pacto con el Nacionalismo vasco. El que gest¨® una alianza de enorme recorrido pol¨ªtico en Euskadi, de trascendencia hist¨®rica aquellos a?os, la clave en el inicio del fin de la violencia de ETA. ?l era hijo de un nacionalista vasco exiliado por la Guerra Civil a Venezuela. De hecho, naci¨® all¨ª, en Caracas. Recogiendo la antorcha del socialismo vasco presente en el Gobierno vasco del exilio, entr¨® a formar parte de ¨¦l, junto a Juan Iglesias y Jos¨¦ Antonio Maturana. La lucha contra ETA aquellos a?os horribles (1978 a 1986), era una batalla perdida. Est¨¢bamos solos. Espa?a estaba sola y aislada en Euskadi. Txiki clamaba por un ¡°Frente Democr¨¢tico contra ETA¡±. ?l era la voz que ped¨ªa unidad contra la violencia. La construy¨® cuando gan¨® las elecciones de 1986 y renunci¨® a ser lehendakari por un gobierno de coalici¨®n en el que el PNV y en particular el lehendakari Ardanza, encabezara, protagonizara, la lucha contra el terrorismo.
All¨ª cambi¨® todo. Con el Pacto de Ajuria-Enea y con los gobiernos de coalici¨®n PNV-PSE, que se han reanudado ahora. Fueron a?os duros, pero fueron los mejores. All¨ª empez¨® a gestarse la paz, dando al nacionalismo vasco el liderazgo social contra unos terroristas que mataban en nombre de y por Euskadi. Txiki estuvo all¨ª. ?l fue el pol¨ªtico generoso que renunci¨®, el negociador brillante que pact¨®. A ¨¦l se lo debemos. ?l fue el h¨¦roe de aquel tiempo.
Ram¨®n J¨¢uregui es eurodiputado.
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