El Camino digiere su cr¨®nica negra

Cuando al fin fue detenido en 2013, lo bautizaron como ¡°el violador de las peregrinas¡± porque confes¨® que en diferentes pueblos del Camino Franc¨¦s, entre Palencia y Le¨®n, hab¨ªa atacado a una coreana y una alemana, ambas de 36 a?os, y a una estadounidense de 26. Pero este vallisoletano, condenado a prisi¨®n, no ha sido el ¨²nico agresor sexual que ha abordado en el ¨²ltimo lustro a mujeres, en su inmensa mayor¨ªa extranjeras, a lo largo de esas rutas jacobeas que atraviesan Espa?a dando vida a pueblos ag¨®nicos, que enfilaban los a?os noventa abocados a la extinci¨®n. En las hemerotecas se cuentan unos 15 casos que muchas veces no trascendieron m¨¢s all¨¢ de las noticias locales y que no tuvieron, ni por asomo, la repercusi¨®n de la muerte violenta de la caminante Denise Thiem. En 2014, un ciudadano paquistan¨ª fue condenado a 10 a?os por robar, golpear y obligar a hacerle una felaci¨®n a una peregrina sueca en Deba (Camino Norte, Gipuzkoa). El mismo a?o, la Guardia Civil arrestaba a un peregrino irland¨¦s en Portomar¨ªn (Lugo) como presunto violador de una alemana la noche anterior en una pensi¨®n.

En 2011, un pontevedr¨¦s de 20 a?os fue detenido por otro ataque a una joven estonia que atravesaba la ciudad gallega por el Camino Portugu¨¦s. Cuando lo encontr¨® la polic¨ªa, el chico ten¨ªa todav¨ªa los ojos irritados por el espray paralizante con el que ella, sin suerte, hab¨ªa intentado defenderse. En 2010, en Santo?a (Camino Norte, Cantabria), cogieron a otro hombre por intentar violar a una coreana de 25 a?os. El ¨²ltimo agresor apresado, este mismo mes, mostraba sin embargo predilecci¨®n por las alemanas. El hombre, asturiano de Villaviciosa, 73 a?os cumplidos, hab¨ªa sido denunciado por tocamientos y abusos por tres peregrinas de entre 23 y 30 a?os. Cuando la Guardia Civil lo detuvo, se estaba acercando a una cuarta.

La relaci¨®n de agresiones es m¨¢s larga, hay incluso un caso de violaci¨®n continuada (tres veces, a una canadiense), pero es mucho mayor la de robos y asaltos. La Operaci¨®n Santiago de la Polic¨ªa Foral de Navarra acab¨® en 2011 con la detenci¨®n de dos marroqu¨ªes que entraban en los albergues de noche y desvalijaban a los peregrinos dormidos. En total, llevaban m¨¢s de 30 robos. En septiembre de 2014, un vecino de Le¨®n fue cazado in fraganti en Boadilla del Camino, cuando ya acumulaba 20 hurtos. El mismo mes, unos ladrones se llevaban un bot¨ªn de varios miles de euros despu¨¦s de rociar con gas picante los dormitorios del albergue de O Cebreiro (Lugo).

Los robos y los hurtos de mochilas y bicis, los asaltadores y los falsos peregrinos se repiten desde que el camino es Camino. Y antes que la de Denise, a principios de siglo hay registradas otras dos desapariciones: en los Pirineos, un peregrino brasile?o y otro franc¨¦s, que luego aparecieron muertos. Pero las autoridades no se cansan de repetir estos d¨ªas que el ¨ªndice de riesgo y criminalidad en las rutas que llevan a una de las tumbas m¨¢s visitadas del planeta est¨¢ ¡°por debajo de la media¡±. As¨ª lo defiende la Iglesia compostelana (¡°la seguridad es casi total o total¡±, dice el de¨¢n de la catedral, Segundo P¨¦rez), y otro tanto aseguran los pol¨ªticos. ¡°No hay inseguridad¡±, afirma Nava Castro, directora de la Axencia de Turismo. Otro portavoz de este departamento de la Xunta recuerda que, al menos en Galicia, los Caminos est¨¢n custodiados por ¡°polic¨ªa montada, agentes de paisano y Guardia Civil¡±, aunque un mando de este cuerpo en Lugo describ¨ªa en verano a este diario la reducci¨®n de efectivos en las rutas jacobeas, que eran desplazados a localidades tur¨ªsticas de la costa.

El jueves, el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, sal¨ªa al paso del revuelo: ¡°Los peregrinos tienen la seguridad garantizada¡±, pero al mismo tiempo promet¨ªa ¡°reforzarla¡±.

Unos d¨ªas antes, el embajador surcoreano, Park Hee-kwon, hab¨ªa realizado unas pol¨¦micas declaraciones en las que cuestionaba la seguridad de la Ruta que tras una reuni¨®n con la responsable de Turismo de la Xunta de Galicia, se apur¨® a puntualizar y achac¨® a un error de ¡°interpretaci¨®n¡±. Seg¨²n la nota oficial de rectificaci¨®n, Hee-kwon ¡°no tiene ninguna duda¡± de que el Camino es un ¡°lugar seguro¡± y su ¡°preocupaci¨®n¡± solo se explica por el ¡°notable aumento de visitantes coreanos en Espa?a¡± (en el Camino, ocupan el noveno puesto entre los extranjeros, con 3.842 en 2014). No obstante, tras la desaparici¨®n de la estadounidense cerca de Castrillo de los Polvazares, el presidente de la Asociaci¨®n Coreana de Amigos del Camino, Diego Yoon, dec¨ªa en un congreso que el ¡°miedo¡± se hab¨ªa instalado entre sus compatriotas, sobre todo las mujeres, por casos de presuntos abusos sexuales.

Lo cierto es que los Caminos a Santiago representan una poblaci¨®n en movimiento equivalente a una ciudad de m¨¢s de 200.000 habitantes. El a?o pasado la Oficina del Peregrino registr¨® la llegada de 237.810, m¨¢s de la mitad extranjeros de 109 pa¨ªses (sobre todo italianos, alemanes, portugueses y estadounidenses), y en 2015 se va a batir un nuevo r¨¦cord, porque esta semana se superaron los 215.000. Pero estas solo son cifras oficiales. Seg¨²n varios hosteleros consultados, la cantidad real podr¨ªa ser, ¡°al menos, un 20% mayor¡±, ya que muchos ¡°nunca recogen la Compostela¡±, el certificado que da la Iglesia al llegar y que sirve de base para contabilizar a los caminantes. Ante semejante volumen de botas andando sin tregua hacia la misma meta, el gerente de la empresa p¨²blica Plan Xacobeo, Rafael S¨¢nchez Bargiela, siempre ha defendido que ¡°la delincuencia¡± en estos pueblos salvados del abandono por la masificaci¨®n del fen¨®meno ¡°es inferior a la media¡±.

Mientras, Conchi Alonso, due?a del albergue donde pas¨® su ¨²ltima noche Denise Thiem, dice que los peregrinos llegan a una Astorga conmocionada por el homicidio, antes de internarse en el tramo ahora blindado por la polic¨ªa, ignorantes del suceso. ¡°No saben nada de nada. El camino es una burbuja. Siguen saliendo a andar a las cinco de la ma?ana, muchos de ellos solos¡±.