Basagoiti y el parque tem¨¢tico
Arantza Quiroga se dio cuenta de que el PP deb¨ªa adaptarse a una Euskadi sin terrorismo
El 22 de octubre de 2012, al d¨ªa siguiente de las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas vascas, Antonio Basagoiti, l¨ªder del PP vasco, se encontr¨® en la sede nacional de su partido con una Esperanza Aguirre, a¨²n poderosa, que le reproch¨® su mal resultado recalc¨¢ndole la ca¨ªda electoral progresiva de los populares vascos desde los tiempos de Jaime Mayor (19 esca?os en 2001); pasando por Mar¨ªa San Gil (15 y 13 en 2005 y 2009) hasta los 10 de Basagoiti.
Para Aguirre y otros dirigentes nacionales del PP no cab¨ªa duda de que el fracaso electoral de los populares vascos con Basagoiti era la consecuencia de haber perdido las esencias, de no seguir siendo el partido referente de la resistencia contra el terrorismo etarra. Lo que, ciertamente, en su momento, cuando ETA asesinaba y hab¨ªa hecho de los populares vascos una de sus dianas preferentes -en los tiempos del liderazgo de Mayor y San Gil- fue reconocido por la sociedad vasca con un importante apoyo electoral.
Pero los tiempos de Basagoiti eran otros. ETA ya no mataba ni actuaba y la vida en el Pa¨ªs Vasco cambiaba muy r¨¢pido y eso lo ve¨ªa el l¨ªder vasco del PP. Al margen de Aguirre, Basagoiti comprendi¨® que su fracaso electoral iba aparejado a una p¨¦rdida de influencia en las cuestiones vascas de las que hab¨ªa gozado en la direcci¨®n nacional del PP y en el propio Rajoy; que no le quedaba margen para hacer en el Pa¨ªs Vasco una pol¨ªtica adaptada a los nuevos tiempos del final de ETA, y termin¨® por irse de manera discreta.
Casi tres a?os despu¨¦s y con otras circunstancias singulares, como sus rivalidades internas con los influyentes populares alaveses en la Moncloa y sus problemas en Gipuzkoa que no ha gestionado con habilidad, a Arantza Quiroga le ha venido a ocurrir lo mismo que a Basagoiti. Quiroga se hab¨ªa dado cuenta, especialmente tras el desastroso resultado de las elecciones municipales, que si el PP vasco quer¨ªa salir del agujero ten¨ªa que dejar atr¨¢s al partido de la resistencia, adaptarse a una Euskadi sin terrorismo y tomar la iniciativa en los debates pol¨ªticos actuales, sea la ponencia parlamentaria de paz y convivencia o la econom¨ªa.
Pero Quiroga se ha encontrado con el muro de un Gobierno que, al parecer, quiere seguir haciendo del PP vasco una especie de parque tem¨¢tico de la ¡°firmeza¡± contra un terrorismo que hace cuatro a?os que termin¨®, una pol¨ªtica que cada vez resulta m¨¢s alejada de la realidad. Y es una pena para el PP vasco que cuenta con un activo en la pol¨ªtica vasca, que nadie le podr¨¢ arrebatar, y es haber sido la avanzadilla, en parte con el PSE, en la defensa de los derechos y en el reconocimiento a las v¨ªctimas del terrorismo, una cuesti¨®n que hoy est¨¢ en el centro del debate vasco.
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