El doctor Rajoy salva a Espa?a
El PP estrena un cortometraje que plantea la recuperaci¨®n en los t¨¦rminos de una alegor¨ªa m¨¦dica
En sospechosa coincidencia con el festival de cine fant¨¢stico de Sitges, el Partido Popular ha estrenado un cortometraje que plantea la recuperaci¨®n de Espa?a en los t¨¦rminos de una alegor¨ªa m¨¦dica, una paciente en estado cr¨ªtico ¡ªdebi¨® atropellarla Zapatero, pero la escena no aparece en la pel¨ªcula¡ª consigue salvarse y volver a caminar gracias a la terapia de los facultativos y al abnegado esfuerzo propio.
La paciente es Espa?a y el m¨¦dico es Rajoy, para entendernos, aunque el papel del presidente del Gobierno en este ejercicio de onanismo propagand¨ªstico lo representa un alter ego idealizado, un hombre atractivo cuyos mensajes redundan en las met¨¢foras del milagro espa?ol ¡ª"es incre¨ªble"¡ª y se recrea en la prudencia del voto ¨²til: "No podemos permitir la reca¨ªda (¡) Ha pasado lo peor, no hay que rendirse".
He esperado hasta el final de la pel¨ªcula para congratularme con los t¨ªtulos de cr¨¦dito y para averiguar qui¨¦n ha vuelto a sabotear al PP desde dentro. Un esfuerzo in¨²til porque el v¨ªdeo no tiene un autor reconocible, pero dar¨ªa la impresi¨®n de que se lo ha realizado la CUP o cualquier formaci¨®n adversaria, a no ser, admit¨¢moslo, que el PP se haya propuesto ocupar a la vez el Gobierno y la oposici¨®n en la recta final de la campa?a.
No parece que el v¨ªdeo vaya a enderezarla. Porque ya lo han mortificado las redes sociales y porque cabe preguntarse si la mujer del prosopop¨¦yico anuncio es aquella misma ni?a, ya crecida, que Rajoy dio a conocer en su debate con Rodr¨ªguez Zapatero de 2008.
?La recuerdan? Fue su recurso providencial, su "jumping the shark", su manera acaramelada de empatizar con los espectadores, dirigi¨¦ndose a una criatura abstracta ¡ª"me dirijo a ti..."¡ª y prometi¨¦ndole una Espa?a mejor, m¨¢s pr¨®spera.
Perdi¨® el debate y perdi¨® las elecciones, pero ha llegado a tiempo de salvar a la ni?a despu¨¦s de los trastornos del Gobierno de Zapatero. Que se nos ha hecho mujer, la ni?a, como Chabeli en la canci¨®n de Julio Iglesias y que ha salido de la UCI despu¨¦s de haber superado no tanto una crisis como un trasplante de patriotismo.
Lo digo porque la escena final, in crescendo, plantea a los absortos espectadores la cara de la paciente pintada con los colores de la bandera espa?ola, como si fuera al Bernab¨¦u a apoyar a la selecci¨®n y como si las atenciones hospitalarias tambi¨¦n concernieran a la identidad.
El doctor Rajoy ha salvado la econom¨ªa y la patria, se deduce del cortometraje, aunque ha de admitirse que el g¨¦nero de la ocurrencia es m¨¢s bien la ciencia ficci¨®n que el melodrama con final feliz. Por eso alud¨ªamos a Sitges. Y por la misma raz¨®n sospechamos que el rodaje se ha realizado en un hospital privado, ajeno a los recortes y las restricciones.
Es la propaganda y la pol¨ªtica de la idealizaci¨®n, aunque debe reconoc¨¦rsele al PP que este repertorio lo domina mejor que el del terror. Ya recordar¨¢n el v¨ªdeo en blanco y negro con que despidieron la campa?a catalana. Mostraban a los l¨ªderes del PP hablando catal¨¢n en la intimidad y retratando a Rajoy como si fuera Nosferatu.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.