?Qui¨¦n pone flores frescas en la tumba de Franco?
Secretos, verdades y mentiras del Valle de los Ca¨ªdos
Siempre hay flores frescas sobre la tumba de Francisco Franco. Las ponen personas que aseguran que el r¨¦gimen franquista ¡°se caracteriz¨® por su defensa de la libertad¡± y que ¡°el Caudillo fue, es y ser¨¢ la soluci¨®n a todos los problemas que se plantean en ¨¦pocas convulsas y falsarias de la democracia¡±. Personas que creen que Billy el Ni?o, el polic¨ªa imputado por torturas, era ¡°un honesto defensor de la legalidad¡± y que hoy lamentan c¨®mo ¡°la sociedad se ha afeminado considerablemente¡±. Personas que integran la Fundaci¨®n Nacional Francisco Franco y que recuerdan con flores, cada d¨ªa desde hace cuatro d¨¦cadas, que no le han olvidado. Desde 2004 no reciben subvenciones del gobierno, pero en su p¨¢gina web hacen saber que ser socio tiene ¡°interesantes ventajas fiscales¡±.
A veces el de la Fundaci¨®n no es el ¨²nico ramo. Cuarenta a?os despu¨¦s de la muerte del dictador todav¨ªa hay nost¨¢lgicos que se acercan a rendirle homenaje frente a la atenta mirada de una vigilante de seguridad que, apostada a cuatro pasos, no quita ojo a la l¨¢pida. Su ¨²nica misi¨®n es evitar que alguien fotograf¨ªe o pise la tumba. El pasado 1 de noviembre, d¨ªa de difuntos, un despistado grupo de turistas espa?oles fue expulsado del recinto por este motivo. ¡°Es por su seguridad¡±, les explic¨® la vigilante. La mayor¨ªa de los hombres y mujeres presentes aquella ma?ana en el mausoleo no eran turistas y, seg¨²n la advertencia de la empleada, pod¨ªan reaccionar de forma agresiva a ¡°su provocaci¨®n¡±.
?Qu¨¦ dice el cura en las misas de la bas¨ªlica? Durante la misa, los asistentes rezan, a petici¨®n del cura, ¡°por la unidad de Espa?a¡± y contra ¡°la apostas¨ªa generalizada, la ley del aborto, la legislaci¨®n de g¨¦nero y el matrimonio homosexual¡±. El actual ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, ha acudido en varias ocasiones a meditar a este lugar.
?Qui¨¦n manda en el Valle de los Ca¨ªdos? El Gobierno de Adolfo Su¨¢rez y el primero de Felipe Gonz¨¢lez trataron de crear sendas comisiones para actuar sobre el monumento y ambos fracasaron. El Ejecutivo de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero convoc¨® al final de su segunda legislatura a un comit¨¦ de expertos para que volviera a intentarlo. Los especialistas comprobaron que la actual situaci¨®n jur¨ªdica del Valle est¨¢ determinada por un decreto ley del 23 de agosto de 1957 que atribuye la administraci¨®n y titularidad del lugar a la Fundaci¨®n de la Santa Cruz del Valle de los Ca¨ªdos. Los fines de esta fundaci¨®n eran "rogar a Dios por las almas de los muertos en la Cruzada Nacional, impetrar las bendiciones del Alt¨ªsimo para Espa?a y laborar el conocimiento e implantaci¨®n de la paz entre los hombres sobre la base de la justicia social cristiana". La Abad¨ªa benedictina asumi¨® estas tareas por un convenio suscrito en mayo de 1958. Para el comit¨¦ de expertos tal fundaci¨®n en realidad, no existe, porque carece de patrimonio -sus bienes son de dominio p¨²blico-, en la pr¨¢ctica sus rentas son las transferencias peri¨®dicas de los Presupuestos Generales del Estado y sus dotaciones se han adquirido directamente por Patrimonio Nacional. Por eso, en su informe final, instaban a modificar ese ¡°anacronismo¡± de forma que? el monumento se rija por la ley reguladora de Patrimonio Nacional, es decir, por el Estado. Pero el documento se present¨® con el Gobierno ya en funciones y tras ganar el PP las elecciones de 2011, la propuesta de sacar a Franco del Valle y levantar all¨ª un museo de la memoria fue a parar a alg¨²n caj¨®n de La Moncloa. As¨ª que 40 a?os despu¨¦s de la muerte del dictador y 56 desde su inauguraci¨®n, el Valle de los Ca¨ªdos se rige por los mismos principios que Franco dej¨® atados y bien atados.
?Qui¨¦n puede decidir un traslado de los restos de Franco? Francisco Ferr¨¢ndiz, antrop¨®logo del CSIC, afirma que durante las reuniones de trabajo de la comisi¨®n de expertos les hicieron saber que asociaciones profranquistas ten¨ªan ¡°querellas preparadas por profanaci¨®n de tumbas¡± en caso de que su dictamen final aconsejara mover los restos. El comit¨¦ propuso finalmente sacar a Franco del Valle, puesto que no era un ca¨ªdo de la Guerra Civil; trasladar a Primo de Rivera ¨Cque s¨ª lo es- del lugar privilegiado, junto al altar mayor, donde est¨¢ ahora, hasta las criptas laterales donde yacen el resto de enterrados, y enviar a un equipo de expertos internacionales a comprobar si es posible exhumar a los republicanos que fueron all¨ª inhumados sin el consentimiento de sus familias. De esta forma, explica Ferr¨¢ndiz, ¡°se romp¨ªa la jerarqu¨ªa funeraria franquista, es decir, se evitaba que hubiera cad¨¢veres de primera y de segunda, como ahora, y se cambiaba de significado el monumento¡±.
El comit¨¦ consideraba las criptas laterales como un ¡°cementerio p¨²blico especial¡±, donde el Estado es competente para actuar, pero en el caso de las tumbas de Franco y Primo de Rivera advert¨ªa que era necesario el consentimiento de la autoridad eclesi¨¢stica, ya que est¨¢n en el interior de la bas¨ªlica, ¡°inviolable por la autoridad estatal¡± de acuerdo con el derecho can¨®nico. ¡°De negar ese consentimiento, la Iglesia se convertir¨ªa en custodia de un dictador¡±, afirma Ferr¨¢ndiz. Pero las negociaciones nunca llegaron a iniciarse. Fueron ignorados todos los planes, incluido el de construir un museo, un centro de interpretaci¨®n hist¨®rica a la entrada del recinto que convirtiera lo que hab¨ªa detr¨¢s, es decir, el actual monumento, ¡°en una maqueta del franquismo¡±.
?Cu¨¢ntos ca¨ªdos est¨¢n en el Valle? El Valle de los Ca¨ªdos alberga los restos de, al menos, 33.833 personas (el equivalente a la ciudad de Teruel). Pero conocer el n¨²mero exacto es imposible porque, como explica el historiador Juli¨¢n Casanova, ¡°ni siquiera hay fichas de entrada de todos los enterados all¨ª¡±. Entre ellos, apuntados como ¡°desconocidos¡±, est¨¢n los huesos de centenares de republicanos que fueron trasladados de ¡°forma clandestina¡± sin el consentimiento de sus familiares.
El R¨¦gimen termin¨® vendiendo esa convivencia entre muertos de ambos bandos como un gesto de reconciliaci¨®n, pero no hab¨ªa sido ese el objetivo. El propio Franco explicaba as¨ª sus intenciones en un decreto del 1 de abril de 1940: ¡°La dimensi¨®n de nuestra Cruzada (...) no puede quedar perpetuado por los sencillos monumentos con los que suelen conmemorarse en villas y ciudades (...) es necesario que las piedras que se levanten tengan la grandeza de los monumentos antiguos, que desaf¨ªen al tiempo y al olvido (...) para que las generaciones futuras rindan tributo de admiraci¨®n a los que les legaron una Espa?a mejor (...) los h¨¦roes y m¨¢rtires de la Cruzada¡±. Es decir, el dictador quer¨ªa el equivalente a una gran pir¨¢mide egipcia que sirviera para inmortalizar su victoria, y en ella solo ten¨ªan cabida los muertos del bando nacional. Por si quedaran dudas, cuatro d¨ªas despu¨¦s, una orden en el BOE exig¨ªa a los ayuntamientos que tomaran medidas para proteger las fosas de ¡°las v¨ªctimas de la sa?a marxista¡± hasta que pudieran sus restos ser recogidos en el Valle de los Ca¨ªdos.
Pero entonces, en 1940, el dictador todav¨ªa pensaba que la cripta estar¨ªa construida en un a?o y el resto del complejo monumental en cinco. Fueron 19. Cuando el 1 de abril de 1959 se inaugur¨® finalmente el mausoleo hab¨ªan cambiado muchas cosas. ¡°El entusiasmo que pod¨ªa haber en 1940 para que las familias accediesen a trasladar los restos al monumento de la victoria fue decayendo¡±, explica la historiadora Queralt Sol¨¦ (Los muertos clandestinos, Editorial Afers). Y cuando fueron requeridos por una circular para informar de la existencia de fosas en su municipio, muchos Ayuntamientos, como el de Cogul (Lleida) contestaron: ¡°Existen muchos enterramientos en este t¨¦rmino, pero son ca¨ªdos del Ej¨¦rcito Rojo, a lo que no hace referencia dicha circular¡±.
Los restos de republicanos empezaron a llegar al Valle en 1958, un a?o antes de la inauguraci¨®n. En cualquier caso, en ninguno de los dos largos discursos que Franco pronunci¨® aquel d¨ªa habl¨® de reconciliaci¨®n. Al contrario, el dictador advert¨ªa el 1 de abril de 1959: ¡°No sacrificaron nuestros muertos sus preciosas vidas para que nosotros podamos descansar (...) La anti-Espa?a fue vencida y derrotada, pero no est¨¢ muerta. Peri¨®dicamente la vemos (sic) levantar cabeza...¡±
?Qui¨¦n se atrevi¨® a decirle no a Franco? El R¨¦gimen contaba con los 11.000 cuerpos que cre¨ªa enterrados en Paracuellos, seg¨²n consta en varias actas de las reuniones del Consejo de Obras del Valle de los Ca¨ªdos. Pero familiares de las v¨ªctimas se opusieron a que tocaran a sus muertos. En Espa?a ese rechazo pas¨® desapercibido, pero tal y como recoge Fernando Olmeda en El Valle de los Ca¨ªdos, una memoria de Espa?a (Ediciones Pen¨ªnsula), el corresponsal de The Times s¨ª public¨® una noticia sobre el malestar de las familias en marzo de 1959. Finalmente, los m¨¢rtires de Paracuellos nunca se movieron.
?Hay un hombre vivo enterrado en el Valle? ¡°Yo estoy enterrado en el Valle de los Ca¨ªdos¡±, dec¨ªa, cargado de raz¨®n y lleno de vida, Eugenio Azc¨¢rraga, cuyo nombre figura por error en el libro de inhumaciones de los monjes benedictinos. Le confundieron con un alf¨¦rez que cay¨® en la batalla de Teruel y llevaba en el bolsillo la carta de una madrina de guerra dirigida a ¨¦l. Cuando los nacionales volvieron a entrar en la ciudad recogieron los cad¨¢veres, los llevaron a un cementerio y posteriormente los trasladaron al Valle de los Ca¨ªdos. La madre de Azc¨¢rraga lleg¨® a recibir un telegrama comunic¨¢ndole su muerte, pero su hijo no hab¨ªa fallecido, hab¨ªa ca¨ªdo prisionero. Pas¨® cerca de un a?o recluido por los republicanos en el castillo de Montju?c (Barcelona) y finalmente, logr¨® escapar tir¨¢ndose de un tren en marcha. A?os despu¨¦s descubri¨® que estaba enterrado en el mausoleo: era el muerto 8.273. No hizo nada por subsanar el error. ¡°Ahora hubiese puesto m¨¢s inter¨¦s, pero entonces segu¨ªan interes¨¢ndome m¨¢s las mujeres que la pol¨ªtica¡±, contaba a este diario en 2011, a los 94 a?os.
?Por qu¨¦ hay un chileno enterrado en la cripta? Hubo madres y viudas, como las de Paracuellos, que rechazaron que sus seres queridos fueran trasladados al Valle, y otras que fueron rechazadas por el R¨¦gimen. As¨ª ocurri¨® en el caso un aviador alem¨¢n y varios soldados italianos a cuyos familiares contest¨® el Ministerio de la Gobernaci¨®n que se trataba de una tumba solo para ¡°ca¨ªdos en nuestra guerra de liberaci¨®n que tengan nacionalidad espa?ola¡±. Pese a todo, entre los m¨¢s de 33.000 cuerpos enterrados en el Valle de los Ca¨ªdos se incluy¨® finalmente a un extranjero: un ciudadano de origen chileno que viv¨ªa en Barcelona desde los a?os veinte y hab¨ªa sido condenado a muerte por un tribunal popular, fusilado y enterrado en Montju?c.
?Por qu¨¦ encarg¨® Franco las esculturas a un rojo? El dictador supervisaba cada detalle de la construcci¨®n del monumento, hasta el punto de que, seg¨²n la gu¨ªa oficial del Patrimonio Nacional, seleccion¨® personalmente en la sierra segoviana el enebro con el que est¨¢ hecho el madero de la cruz del Cristo del altar mayor y el ¨¢rbol en cuesti¨®n fue talado en su presencia. Tambi¨¦n fue suya la elecci¨®n de Juan de ?valos para realizar las esculturas del Valle de los Ca¨ªdos. Le conoci¨® en una exposici¨®n donde qued¨® fascinado por una obra suya titulada El h¨¦roe muerto. Republicano, afiliado a las juventudes socialistas en su juventud, ?valos hab¨ªa sido ¡°depurado por falta de adhesi¨®n al R¨¦gimen¡± siete a?os antes, motivo por el cual se hab¨ªa tenido que ir a vivir con su familia a Portugal. Su hijo asegur¨® en una entrevista con C¨¦sar Vidal que cuando Fernando Fuertes de Villavicencio, jefe de la casa civil de Franco, inform¨® al dictador de que ?valos era ¡°un rojillo¡±, este contest¨® que todos los artistas lo eran. Pese a todo, no fue invitado a la inauguraci¨®n del monumento. Una de sus nietas se cas¨® muchos a?os despu¨¦s all¨ª. El artista, que sol¨ªa decir que solo hab¨ªa visto a Franco una vez en su vida, cobr¨® por aquel trabajo 300.000 pesetas. El Valle de los Ca¨ªdos le persigui¨® durante toda su carrera, pero ?valos sigui¨® esculpiendo hasta poco antes de su muerte, en 2006, a los 94 a?os, y es autor, entre otras, de las figuras de los Amantes de Teruel, la estatua de Roc¨ªo Jurado en Chipiona o el monumento a Manolete en C¨®rdoba.
?Se est¨¢ cayendo el monumento? Seg¨²n la gu¨ªa oficial de Patrimonio Nacional, el coste total de las obras de construcci¨®n del Valle de los Ca¨ªdos fue de 1.086.460.331 pesetas (el equivalente a 247,5 millones de euros hoy). Los miles de euros invertidos en democracia en el complejo no han evitado el deterioro. El acceso a la gran cruz de 130 metros de altura est¨¢ actualmente cerrado porque las grandes esculturas que la rodean se caen a pedazos. En 2008 un desprendimiento casi hiere a una turista. El interior de la bas¨ªlica est¨¢ lleno de grandes tinajas negras. Un turista mira curioso en el interior de la primera y comprueba que su ¨²nico fin es recoger agua. El Valle de los Ca¨ªdos est¨¢ atestado de goteras y se ha convertido en la mayor fosa com¨²n de Espa?a, con cientos de huesos mezclados tras las h¨²medas paredes de las criptas. Seg¨²n el informe elaborado por los forenses enviados por el Gobierno en 2011 para comprobar mediante catas, el estado de los restos, el agua ha deshecho las cajas de madera en las que fueron inhumados y los huesos se han apilado de forma que tratar de identificarlos individualmente ser¨ªa de una ¡°complejidad extrema¡±. Pese a todo, los familiares de republicanos enterrados junto a su verdugo no se resignan. Fausto Canales, cuyo padre fue trasladado all¨ª sin su consentimiento, llev¨® su caso hasta el tribunal de Estrasburgo, que ignor¨® su reclamaci¨®n.
El Valle de los Ca¨ªdos sigue siendo, 40 a?os despu¨¦s de su muerte, lo que el dictador quiso que fuera. Sepultado bajo una losa de granito de 1.500 kilos, Franco resiste desafiando al tiempo y al olvido.
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