67 euros al d¨ªa por alcanzar un veredicto como el del ¡®caso Asunta¡¯
Los miembros del jurado popular, elegidos por sorteo y contemplados en la Constituci¨®n, deciden sobre delitos como homicidios o cohechos
Alejandro Pajares, de 46 a?os, fue miembro de un jurado popular en la Audiencia Provincial de Guadalajara que particip¨® en el proceso a un hombre que hab¨ªa matado a su mujer. Este restaurador de arte, que trabajaba en Morella (Castell¨®n) pero segu¨ªa empadronado en el pueblo de sus padres, tuvo que volver a Pastrana (Guadalajara) las dos semanas que dur¨® el juicio. "Me inquietaba moralmente, no me sent¨ªa capacitado para decir si era culpable o no", recuerda ahora.?
El juicio por el caso Asunta, en el que un jurado popular ha declarado culpables de la muerte de la ni?a a sus padres, Rosario Porto y Alfonso Basterra, reabre el debate sobre esta figura. Sus detractores no ven apropiado que ciudadanos legos en derecho decidan el futuro de un acusado. Tras su propia experiencia, Pajares coincide: "No estamos preparados para decidir objetivamente".
Un miembro de un jurado popular debe ser espa?ol, mayor de edad, saber leer y escribir y no estar incapacitado a tal efecto. Las provincias eligen a los candidatos con un sorteo del censo electoral. A cada juicio acuden 36 seleccionados, que pueden ser recusados o alegar para salir del proceso. "La gente suele poner muchas excusas. Si se pueden librar, se libran", se?ala un funcionario de la Oficina del Jurado de Madrid. Tras la primera criba, en la que quedan 20 personas, se hace otro sorteo y quedan nueve miembros y dos suplentes.
El Ministerio de Justicia establece una retribuci¨®n m¨ªnima de 67 euros al d¨ªa por ser miembro de un jurado, y 33,50 para los candidatos que acuden al proceso, pero no son nombrados finalmente. Solo el Pa¨ªs Vasco ha elevado esta cifra: 84,29 euros y 43, respectivamente.
Pese a la retribuci¨®n econ¨®mica, para algunos ciudadanos puede suponer un problema por la interrupci¨®n de su rutina diaria. Juan P¨¦rez ¡ªnombre ficticio¡ª es camarero y participa estos d¨ªas como jurado en la Audiencia Provincial de Madrid. "Llevo m¨¢s de un mes faltando por la ma?anas al bar donde trabajo", manifiesta. La ley recoge como una de las excusas para evitar participar en un juicio que el seleccionado tenga un empleo "de relevante inter¨¦s general". Pero, "?qu¨¦ trabajo es m¨¢s importante que otro?", plantea el funcionario de la Oficina del Jurado de Madrid, y a?ade un problema que se viene manifestando estos a?os: "Hay j¨®venes que acaban de conseguir un contrato, con lo dif¨ªcil que es estos d¨ªas, y les toca venir".
En 2014, 364 juicios se celebraron con jurado. La cifra ha ca¨ªdo a la mitad desde su implantaci¨®n hace 20 a?os. Juzgar con jurado popular "es m¨¢s costoso porque suele durar m¨¢s d¨ªas", explica Joaqu¨ªn Delgado, magistrado de la Audiencia Provincial de Madrid. Al estipendio diario se suman gastos por desplazamientos y pernoctaciones.
Un jurado popular puede juzgar hasta 11 delitos, entre los que se encuentran homicidio, cohecho, tr¨¢fico de influencias o malversaci¨®n de caudales p¨²blicos. Joaquim Bosch, presidente de Jueces para la Democracia, pide una "reflexi¨®n" sobre el cat¨¢logo: "Hay algunas cuestiones t¨¦cnicas, como en casos de corrupci¨®n, que suponen un problema para el jurado. Cuanto m¨¢s simples sean los hechos, mejor".
Las preguntas del magistrado
Para el veredicto, los miembros del jurado tienen que responder a una serie de preguntas que les plantea el magistrado presidente. En el caso Asunta, el pasado lunes se plantearon 21 cuestiones que fueron respondidas este viernes. La mediatizaci¨®n de procesos como el de la hija de Porto y Basterra o el de Roc¨ªo Wanninkhof plantea la duda de si los jurados pueden verse contaminados por la presi¨®n social. Joaqu¨ªn Delgado rechaza este argumento: "Nadie puede vivir en una urna, tampoco los magistrados".
Alejandro Pajares apunta a una diferencia fundamental entre el proceso en el que ¨¦l particip¨® como jurado y el de Asunta Basterra. "En mi juicio yo no ten¨ªa ni idea de lo que hab¨ªa pasado, estaba trabajando, me llamaron y me expusieron el caso, pero Asunta ha sido como muy medi¨¢tico. Si me pongo en la piel de los jurados puede que est¨¦n mediatizados, pero estoy seguro de que el juez les va a triturar muy bien el caso para que no se lleven de forma visceral por el tema". El restaurador de arte explica que las cuestiones sobre los hechos est¨¢n "muy dirigidas" por el juez, y que no hay margen de duda. En su caso, el veredicto fue un¨¢nime. El acusado fue declarado culpable de haber matado a su esposa. "Pude dormir tranquilo porque las pruebas eran muy claras, estaba cantado", subraya.
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