Con el cigarro en la puerta del colegio
El 12,5% de los escolares de entre 14 y 18 a?os fuma a diario, en dos a?os solo se ha reducido un 0,02%
El fr¨ªo arrecia a las puertas del CES Santa B¨¢rbara, en la plaza de San Andr¨¦s, en pleno centro de Madrid. Son las ocho y cuarto de la ma?ana. Dos adolescentes conversan en un banco a la espera de que el instituto abra y comiencen las clases. De sus bocas emana un humo, pero no es el vaho que producen las g¨¦lidas temperaturas, sino la huella del tabaco. "Todas las ma?anas fumamos un cigarro cuando venimos de casa, nos quita el estr¨¦s para pasar las primeras horas, que nos agobian un poco", comenta Ana P¨¦rez ¡ªnombre ficticio¡ª, de 15 a?os, que prob¨® por primera vez?un pitillo con 13. En Espa?a, el 12,5% de los j¨®venes de entre 14 y 18 a?os fuma a diario, seg¨²n las ¨²ltimas cifras del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, de 2013, solo un 0,02% menos que en 2011 ¡ªlos informes son bienales¡ª, pese a las persistentes campa?as de prevenci¨®n en torno a los peligros que implica la nicotina.
Un primer paso hacia el c¨¢ncer de pulm¨®n, cuyo D¨ªa Internacional se celebra este martes, es el inicio en el consumo de tabaco. La Asociaci¨®n de Afectados por el C¨¢ncer del Pulm¨®n (AECaP) advierte de que fumar es el primer factor de riesgo en esta enfermedad, que padecen 21.000 personas m¨¢s cada a?o en Espa?a, como indican las ¨²ltimas cifras publicadas este lunes. Y ese primer paso, lamentablemente, se da siendo a¨²n muy j¨®venes. La edad m¨ªnima a la que los menores fuman su primer cigarrillo contin¨²a siendo muy baja y aumenta progresivamente pero de forma muy lenta. Seg¨²n los ¨²ltimos datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) ¡ªcon cifras de 2010¡ª, los menores caen en la trampa del tabaco por primera vez con solo 13,5 a?os, un 0,02 m¨¢s que en 2008.
"Ves a todos tus amigos fumando y, lo t¨ªpico, una me dio a probar y as¨ª empec¨¦", cuenta P¨¦rez. "En el fondo fue por tonter¨ªa, era por la moda de esos momentos", a?ade Jos¨¦ Ram¨ªrez ¡ªnombre ficticio¡ª, de 17 a?os, que tambi¨¦n se inici¨® en el tabaquismo a los 13. Ambos coinciden en que la mayor¨ªa de su grupo de amistades fuma. M¨¢s del 90% de los escolares consideran que encenderse un cigarrillo al d¨ªa es peligroso para la salud, seg¨²n el ¨²ltimo estudio del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad de 2013. Pero, pese a la alta concienciaci¨®n,?un 12,5% de los j¨®venes de entre 14 y 18 a?os fuma a diario ¡ªun 0,02% menos que en 2011¡ª.
Entre las causas que llevan a probar el tabaco, el psic¨®logo sanitario Jos¨¦ El¨ªas apunta a que los principales motivos son dos: los adolescentes quieren "hacerse los mayores" y se sienten atra¨ªdos por "transgredir las normas". Algunos tambi¨¦n buscan en la nicotina la relajaci¨®n que se supone que "produce", como le ocurre a Ana P¨¦rez. "Me produce satisfacci¨®n psicol¨®gicamente porque me tranquiliza", asegura.
Una concienciaci¨®n insuficiente
"Son preocupantes las cifras de tabaquismo que manejamos en la poblaci¨®n joven y sobre todo en poblaci¨®n femenina en nuestro pa¨ªs", subraya la doctora Rosario Garc¨ªa Campelo, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Espa?ola de Oncolog¨ªa M¨¦dica (SEOM) y onc¨®loga del Complexo Hospitalario Universitario de A Coru?a. La AECaP ha alertado este lunes de los riesgos del tabaco, cuyo consumo deriva en una alta mortalidad por este tipo de c¨¢ncer. Seg¨²n la asociaci¨®n, durante este 2015 los fallecimientos provocados por este tumor van a superar por primera vez al de mama en Europa.
La probabilidad de padecer c¨¢ncer de pulm¨®n es directamente proporcional al n¨²mero de a?os en los que se ha fumado y de cigarrillos?
Jos¨¦ Ram¨ªrez ha conocido muy de cerca c¨®mo el tabaco te destruye por dentro. Su madre, fumadora desde muy joven, sufri¨® una grave enfermedad que la dej¨® al borde de tener que utilizar un respirador. Afortunadamente no fue as¨ª, consigui¨® dejar los cigarrillos, pero no ha logrado que su hijo le siga en la haza?a. "Yo al principio fumaba una cajetilla por d¨ªa. Lo empec¨¦ a rebajar porque me di cuenta de que fumaba como un carretero, y ahora compro una cada tres d¨ªas", asegura el joven Ram¨ªrez. Afirma "trabajar por ah¨ª sacando dinero" para costearse un vicio cuyo precio va en aumento por el incremento de los impuestos disuasorios, cuyo fin primordial es alejar a los ciudadanos de la nicotina.?
Aunque no est¨¢ comprobado que los pulmones j¨®venes se vean m¨¢s afectados de cara a padecer un c¨¢ncer de pulm¨®n como consecuencia del tabaquismo temprano, s¨ª es cierto que el factor de riesgo es directamente proporcional al n¨²mero de a?os que una persona es fumadora y las cajetillas que consuma. "Hay un mayor riesgo de padecer c¨¢ncer de pulm¨®n seg¨²n el tiempo que el paciente haya fumado a lo largo de su vida: si empieza a fumar antes, la probabilidad es mayor", asevera el doctor Bartomeu Massuti, secretario general del?Grupo Espa?ol del C¨¢ncer de Pulm¨®n (GECP) y?jefe de oncolog¨ªa del Hospital General de Alicante.
Luis Fern¨¢ndez ¡ªnombre ficticio¡ª s¨ª ha sabido entender los riesgos de la nicotina. Tiene solo 16 a?os y ya es exfumador. Sol¨ªa encenderse unos tres cigarros al d¨ªa. "Sobre todo en fiestas y en el recreo, aunque me controlaba bastante. Me gustaba, pero este a?o me he encontrado un poco mal f¨ªsicamente y lo he dejado. Ahora ni toso, ni me duele nada, estoy mucho mejor", relata.?Como Fern¨¢ndez, que comenz¨® a rendirse a la nicotina porque su novia le ofreci¨® un pitillo y pens¨® "por qu¨¦ no", el 43,8% de los escolares ha fumado alguna vez en su vida, como se desprende del estudio del Ministerio de Sanidad de 2013; pese a que desde el 2006, cuando entr¨® en vigor la Ley antitabaco en Espa?a, las campa?as en contra de su consumo son m¨¢s intensivas y persistentes.?
Ana P¨¦rez y Jos¨¦ Ram¨ªrez se encuentran tambi¨¦n dentro de ese porcentaje. Ellos cayeron y, a diferencia de Fern¨¢ndez, no han podido escapar del vicio. Consumen unos seis cigarros al d¨ªa. Acaban de apagar el m¨¢s temprano. Son las ocho y media de la ma?ana y las clases est¨¢n a punto de empezar. Se adentran en el centro escolar, cuyo patio es la propia plaza de San Andr¨¦s. Adem¨¢s del pitillo "obligado" que se encienden nada m¨¢s salir por la puerta de su casa, prender¨¢n otro m¨¢s en el primer recreo, volver¨¢n a hacerlo en el segundo y un ¨²ltimo de camino a casa.
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