Independientes y heterodoxos, no disidentes
?lvarez de Toledo (PP), Irene Lozano (PSOE), Toni Cant¨® (Ciudadanos) y el exjuez Yllanes (Podemos) debaten en EL PA?S de regeneraci¨®n democr¨¢tica
Desleales, tr¨¢nsfugas, traidores y deshonestos. Son los adjetivos que tienden a degradar las trayectorias de Cayetana ?lvarez de Toledo (PP), Irene Lozano (PSOE), Toni Cant¨® (Ciudadanos) y el juez Juan Pedro Yllanes (Podemos), pero unas y otros se identifican mejor en la categor¨ªa de los independientes. Tan independientes que han sido depurados de sus partidos -es el caso de ?lvarez de Toledo- o que han preferido emigrar de ellos. Lozano y Cant¨® salieron del mismo (UPYD) a formaciones distintas, mientras que Yllanes ha aparcado un tiempo la carrera judicial para encabezar la lista de Palma de Mallorca, renunciando incluso ¡°a presidir un juicio de campanillas¡±, como ¨¦l mismo sostiene en castiza alusi¨®n al tribunal del caso N¨®os.
Los cuatro, por tanto, forman parte de los heterodoxos, extra?os de la pol¨ªtica que se han entregado a ella y art¨ªfices de un debate o de una tertulia organizados en EL PA?S en torno a la idea de la regeneraci¨®n democr¨¢tica. Partiendo de una contradicci¨®n evidente -la independencia dentro de un partido- y de un conflicto embrionario: ?Puede regenerarse la democracia cuando escasea en los propios partidos o cuando algunos de ellos ejercen el imperativo del dedazo y el principio jer¨¢rquico?
¡°Hay dos ejes¡±, explica Cayetana ?lvarez de Toledo. ¡°Uno es la lealtad y otro la libertad. Hay que encontrar un equilibrio razonable. Un partido debe preservar y promover el esp¨ªritu cr¨ªtico, pero normalmente sucede lo contrario. El diputado contrae una responsabilidad individual. Tienes que asumirla. Quien discrepa no debe ser catalogado como un sospechoso. Un discrepante es un discrepante, no un disidente¡±.
Del Juzgado al Parlamento
Nacido en Sevilla hace 55 a?os y juez en Palma de Mallorca, Juan Pedro Yllanes concedi¨® a la opini¨®n p¨²blica el mes pasado mes de noviembre dos golpes de efectos complementarios: se incorporaba a Podemos al tiempo que renunciaba a presidir el juicio de Urdangarin y de la Infanta Cristina en el caso N¨®os. Explic¨® entonces y explica ahora que la decisi¨®n correspond¨ªa a un compromiso ciudadano. Y a la utilidad de una experiencia profesional desde la que aspira a despolitizar la justicia y a recuperar la justicia universal. Es uno de los podemistas seguros en el hemiciclo entrante porque Iglesias lo ha coronado como n¨²mero uno por Palma. En Baleares conden¨® al alcalde del PP Eugenio Idalgo por el caso Andratx y consolid¨® una reputaci¨®n de magistrado progresista, independiente y cin¨¦filo.
Toni Cant¨® localiza su responsabilidad en el tri¨¢ngulo de la libertad individual, la disciplina y los deberes con los ciudadanos, mientras que Irene Lozano otorga la redundante o aspirada independencia de los independientes el valor de un puente contaminado con la realidad, m¨¢s o menos como si los partidos pol¨ªticos, especialmente los grandes, se resintieran de un cierto gigantismo y aislamiento.
¡°Ya no estamos en los tiempos de la brocha gorda, cuando los partidos eran monol¨ªticos, sino en los tiempos de los matices¡±, explica el fichaje socialista. ¡°Hay suficientes m¨¢rgenes de discusi¨®n y de debate. Estando en un partido, no tiene sentido hacer la guerra por tu cuenta, pero me parece inquietante que las discrepancias necesarias y saludables se perciban desde fuera como una divisi¨®n o una ruptura, cuando, en realidad, definen una pluralidad necesaria¡±.
No termina de coincidir Toni Cant¨®. Su experiencia como vig¨ªa de los partidos grandes desde el esca?o de un partido modesto le demuestra que los aparatos depuran el menor atisbo de discrepancia. ¡°Sobre todo con los hechos, puesto que al diputado rebelde que estaba en la segunda fila se le condena a la ¨²ltima para represaliarlo".
Es una de las posibilidades. Otra, no menos habitual, consiste en eludir los debates internos que pueden originar discrepancias. ?lvarez de Toledo lo ha experimentado en el PP cuando se procrastinaba la reforma de la ley del aborto. Que estaba en el programa. Y que se evitaba en una especie de conveniencia org¨¢nica o de prevenci¨®n infantil.
La musa "outsider" de Pedro S¨¢nchez
Madrile?a, escritora y periodista, Irene Lozano (1971) ha protagonizado una controvertida mutaci¨®n pol¨ªtica de UPYD al PSOE. Tanto apuesta por ella el secretario general de los socialistas que ha decidido colocarla de n¨²mero 4 por Madrid. De ser elegida, proseguir¨ªa con una actividad parlamentaria que se remonta a la anterior legislatura y que permiti¨® a Lozano asumir un papel de peso en la comisi¨®n del caso Rato y en la defensa de la comandante Zaida Cantera. Ha sido periodista en El Mundo, ha colaborado en EL PA?S y tiene publicados varios ensayos sobre la degeneraci¨®n del lenguaje y de la democracia, asumiendo como causas propias las profec¨ªas de Orwell. Fue Lozano muy dura con el bipartidismo y tambi¨¦n con el PSOE, aunque sostiene que su incorporaci¨®n al socialismo no contradice su independencia.
¡°Urge una reforma esencial la del parlamento respecto a la relevancia de los diputados. Ocurre que en los grupos grandes tienes voto, pero no tienes voz. No existe el individuo, el diputado en sentido individual. Impera la grupocracia. Mandan las direcciones de los grupos parlamentarios de una manera total y termina sofoc¨¢ndose, en perjuicio del propio partido, la salud de las reflexiones y de los contrastes¡±.
Asiste estupefacto al debate el juez o ex juez Yllanes (est¨¢ en excedencia). Estupefacto porque reprocha a las grandes fuerzas pol¨ªticas avenirse a plantearse ahora ¡°cuestiones tan elementales como la democracia interna, las listas abiertas, la voluntad de los militantes¡±. ¡°Lo que me temo, desgraciadamente, es que todas estas urgencias han sobrevenido por la presi¨®n que hemos creado las fuerzas emergentes. Han tenido que tambalearse las estructuras del sistema, y ah¨ª est¨¢ Podemos, para que los partidos antiguos reconsideren su estado de esclerosis¡±.
Es la raz¨®n por la que el superjuez de Podemos sostiene que ¡°el pol¨ªtico no debe responder al partido, sino al ciudadano. Est¨¢ obligado a responder de lo que ha hecho y no ha hecho, en lugar de insistir en ese juego endog¨¢mico y autocomplaciente que prima la dial¨¦ctica de la sumisi¨®n al aparato y que olvida el compromiso con el votante¡±.
Cuando amar no es para siempre
Toni Cant¨® (Valencia, 1965) fue militante de Ciudadanos antes que de UPYD, pero fue diputado de UPYD antes de aspirar a serlo ahora en Ciudadanos. No caben dudas de su elecci¨®n porque Albert Rivera le ha dado la segunda plaza en la circunscripci¨®n de Valencia, incit¨¢ndolo a continuar en una trayectoria pol¨ªtica que empez¨® por accidente, que proporcion¨® aparatosas pol¨¦micas tuiteras y que se ha demostrado tan comprometida como su carrera de actor. Especialmente en la defensa de la unidad territorial y ling¨¹¨ªstica, de la separaci¨®n de poderes y de la transparencia contra la corrupci¨®n. Reapareci¨® en las c¨¢maras en junio para representar el papel de m¨¦dico de Franco en una serie de Antena 3 ("Amar es para siempre¡±), aunque sin poderes suficientes para obrar un magnicidio.
Comprende uno la estupefacci¨®n del juez, no tanto en la dimensi¨®n partidista, como porque el testimonio de ?lvarez de Toledo, Cant¨® y Lozano, los tres diputados, redunda en la impresi¨®n de un Parlamento que ha perdido su peso y hasta sus obligaciones democr¨¢ticas, hasta el extremo de que candidato de Ciudadanos por Valencia reconoce que ¡°el 80% del trabajo del Congreso no vale para nada¡±.
No le contradicen sus camaradas. Casi al contrario, aportan argumentos en la misma direcci¨®n. Lozano sostiene, por ejemplo, que ¡°los ¨²ltimos cuatro a?os han sido letales¡± por el rodillo del PP y la consiguiente neutralizaci¨®n de cualquier debate a los pies de la mayor¨ªa absoluta, mientras que la diputada popular relaciona la defunci¨®n parlamentaria con el impacto que ha tenido la pol¨ªtica fuera de ¨¦l.
¡°La pol¨ªtica se hace en los plat¨®s¡±, explica. ¡°Estamos en los tiempos de la sharecracia¡±, un neologismo que alude a la disputa por la audiencia en las tertulias y en los espacios cat¨®dicos. Y que podr¨ªa relativizarse o contenerse ¡°si el Parlamento consagra los plenos a las cuestiones capitales, en lugar de malograrse en debates est¨¦riles¡±. ¡°Tiene¡±, a?ade, ¡°que recuperar su posici¨®n de eje democr¨¢tico. La ha perdido por su propia burocratizaci¨®n y reglamentos".
Y es entonces cuando Toni Cant¨® identifica el diagn¨®stico de su colega con una experiencia personal en sus inicios. Mantuvo una ingenua conversaci¨®n con el Rodr¨ªguez Zapatero. Ingenua y anorg¨¢smica, pues el entonces presidente socialista lo desenga?¨®: ¡°Aqu¨ª se empieza con mucha ilusi¨®n, pero luego terminan imponi¨¦ndose los procedimientos¡±.
Procedimientos. Una abstracci¨®n, una expresi¨®n elefanti¨¢sica de la pol¨ªtica que irrita a Juan Pedro Yllanes en cuanto la escucha. ¡°La gran novedad que incorpora Podemos al escenario es que se ha acabado el ping-pong entre el PP y el PSOE. Ya no se puede hacer la pol¨ªtica sin consenso, sin di¨¢logo, sin conversar. No hemos venido a cargarnos las cosas, sino a cambiarlas. Ha habido muchos a?os para relanzar la democracia. Y es ahora cuando el PP y el PSOE se dan cuenta porque les asusta que llegue gente rara. Rara como yo, un juez que antepone su compromiso ciudadano sobre cualquier otra circunstancia y que deja a un lado la ocasi¨®n de presidir un juicio de campanillas¡±.
La excepci¨®n cr¨ªtica del PP
Militar en un partido no significa simpatizar con ¨¦l. Y , menos a¨²n, hacerlo con su jerarqu¨ªa. Podr¨ªa ser una manera de definir la relaci¨®n actual de Cayetana ?lvarez de Toledo (Madrid, 1974) con el PP. Ha cumplido dos legislaturas con los populares, pero ha renunciado a participar en la pr¨®xima -o la han constre?ido a ello- porque sostiene que su partido no aprovech¨® la mayor¨ªa absoluta ni para regenerar la democracia ni para defenderla. As¨ª lo public¨® el pasado mes de octubre en las p¨¢ginas de El Mundo, el mismo diario en el que despunt¨® como periodista (2000) antes de convertirse en jefa de gabinete de ?ngel Acebes cuando era secretario general del PP. Cayetana ?lvarez de Toledo forma parte de los impulsores de la plataforma "Libres e iguales" y est¨¢ vinculada a las FAES del ex presidente Aznar.
Transcurre la conversaci¨®n en la rotativa de EL PA?S a la hora en que las m¨¢quinas descansan. Hay c¨¢maras, pero mimetizadas entre las bambalinas de una escenograf¨ªa industrial que en nada se parece a un plat¨® televisivo y que contiene la tentaci¨®n de sobreactuar.
Discrepar, en cambio, se discrepa. Y hasta se colisiona en t¨¦rminos verbales. Sobre todo cuando Cayetana ?lvarez y Juan Pedro Yllanes expresan sus diferencias sobre la responsabilidad de la sociedad misma en tantos problemas que identificamos mec¨¢nicamente con la clase pol¨ªtica.
Seg¨²n la diputada saliente, ¡°se ha producido una infantilizaci¨®n de la sociedad porque la clase pol¨ªtica la trata como a ni?os y tiene miedo a contar las verdades¡±, mientras que el diputado entrante sostiene todo lo contrario, de modo que el 15M y la creaci¨®n de Podemos ¡°constituyen la demostraci¨®n de un movimiento ciudadano que se declaraba activo, comprometido, hastiado y carente de representaci¨®n¡±.
No es la ¨²nica discrepancia. Tanto considera ?lvarez de Toledo improcedente reformar la Constituci¨®n -¡°no es el problema y cambiarla no es la soluci¨®n¡±- , tanto el ex juez recomienda una profunda transformaci¨®n de la Carta Magna. Mucho m¨¢s profunda de cuanto defiende necesaria Irene Lozano, aunque la protodiputada socialista sostiene la conveniencia de un modelo federal cuya urgencia se a?ade a ¡°la independencia de las instituciones de control y supervisi¨®n¡±, especialmente la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores, el Tribunal de Cuentas y, con m¨¢s raz¨®n todav¨ªa, el Tribunal Constitucional.
¡°Es ¨¦ste ¨²ltimo un ejemplo categ¨®rico de la injerencia de la pol¨ªtica en la independencia de la justicia. Y no me preocupa la politizaci¨®n, porque la pol¨ªtica es una parte de la sociedad, sino la partidizaci¨®n de la justicia", un t¨¦rmino cacof¨®nico y tambi¨¦n eficaz que Yllanes ha creado, esta vez s¨ª, con la plena aquiescencia de sus interlocutores, ensayando, como ensayaban una nueva edad de la pol¨ªtica espa?ola que los obliga a entenderse.
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