?Hay que cambiar!
Pensando en la izquierda, por encima de sus dislates, Pablo Iglesias es mucho m¨¢s inteligente. Como Rivera en relaci¨®n a un Rajoy acabado.
As¨ª se titulaba el himno que acompa?¨® a la victoria del PSOE en 1982. En su letra, sobre un fondo de amargura, desde esta ¡°tierra maltratada¡± que acababa de sufrir el impacto del 23-F, el Gobierno venidero de Felipe Gonz¨¢lez representaba la esperanza. Hoy, despu¨¦s de otra ¨¦poca oscura, a favor de la recuperaci¨®n econ¨®mica, se abr¨ªa la posibilidad de enlazar con ese pasado, volviendo al cl¨¢sico papel de la socialdemocracia como fuerza pol¨ªtica reformadora, actuante contra la desigualdad e impulsora de la ciudadan¨ªa social.
La campa?a electoral, y en particular el debate a dos entre Rajoy y Pedro S¨¢nchez, acaban de cancelar esa expectativa. Ha sido un caso ins¨®lito en que un buen programa electoral es destrozado por un mal l¨ªder. Desde el abandono de Felipe Gonz¨¢lez, el PSOE ha tenido enormes dificultades para encontrarle sucesor, y solo falt¨® la h¨¢bil jugada de Rubalcaba, evitando un congreso donde hubiese tenido que dar cuentas de su gesti¨®n, para celebrar antes unas primarias, en las cuales iba a triunfar con algo de oratoria una reina por un d¨ªa. El congreso hubiese servido para discutir cuestiones de fondo y acreditar calidad y errores de aspirantes: pensemos en la intervenci¨®n de Carme Chac¨®n en Sevilla. Hasta ahora se le ve¨ªa a S¨¢nchez aquejado de rigidez, con extra?as derivas, como su elogio de un personaje tan nebuloso como el padre ?ngel, en su visita a Bert¨ªn, pero ha sido en la campa?a cuando sus grandes limitaciones salieron a la luz. Despu¨¦s de sufrir a Rajoy, ?era este quien nos iba a sacar del marasmo?
Un reformador isl¨¢mico escribi¨® que Mahoma no era el papagayo de Al¨¢. Asimismo, en una intervenci¨®n p¨²blica, un l¨ªder no puede ser el papagayo de las notas proporcionadas por sus asesores. La intervenci¨®n de S¨¢nchez me recordaba esos ex¨¢menes en que un alumno se queda pegado a su chuleta. Dec¨ªa adem¨¢s Pasionaria que a un mal orador se le conoce porque no sabe acabar. Es lo que le ocurre a S¨¢nchez repitiendo obsesivamente lo aprendido, sea al insistir en que cuando la Constituci¨®n no hab¨ªa Internet, para defenderla, o ahora citando a B¨¢rcenas y Rato hasta la saciedad. Y como un papagayo repiti¨® los mejores puntos del programa socialista, sin desarrollarlos. Cuando Rajoy le formul¨® objeciones de respuesta f¨¢cil, sobre el aborto o el pacto fiscal, ni enterarse. Y a navajazos no se aclara la corrupci¨®n. Eso s¨ª, de ser la pol¨ªtica solo un combate a garrotazos, gan¨®. Pero pensando en la izquierda, por encima de sus dislates, Pablo Iglesias es mucho m¨¢s inteligente. Como Rivera en relaci¨®n a un Rajoy acabado. ?Hay que cambiar!
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