El ultracuerpo de Soria
La teor¨ªa de una suplantaci¨®n pone al PP y al Gobierno en la tesitura de apoyar a un ministro con serios problemas de credibilidad
Exige cierto esfuerzo creer en la teor¨ªa de la suplantaci¨®n de Soria. Exige incluso acordarse de La invasion de los ultracuerpos, aquella pel¨ªcula de terror de Don Siegel que nos estremeci¨® de ni?os y en cuya trama unas extra?as vainas extraterrestres crec¨ªan hasta adquirir el aspecto id¨¦ntico de los humanos que las cultivaban.
Ha podido ocurrirle algo parecido a Soria mientras dorm¨ªa. Pens¨¢bamos que su doble era Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, a cuenta el asombroso parecido f¨ªsico y hasta ideol¨®gico, pero la teor¨ªa del ministro implica que su papel ejecutivo en una sociedad de Bahamas y en otra brit¨¢nica ¡ªlas dos con el mismo nombre, UK Lines¡ª proviene de una falsificaci¨®n identitaria. Una falsificaci¨®n familiar, din¨¢stica, que arrastra a su padre y hasta su hermano, cuyas firmas en los documentos fundacionales tampoco reconoce como leg¨ªtimas pese a haber acreditado su autenticidad los peritos caligr¨¢ficos.
Soria tiene un problema de credibilidad por la confusi¨®n que ha aportado ¨¦l mismo a las diferentes explicaciones ¡ªha dado hasta tres¡ª. Y porque ya ha incurrido en una mentira. Dijo que se desvincul¨® de toda actividad empresarial en 1995, al iniciar su carrera pol¨ªtica, pero ocurre que en 1997 todav¨ªa figuraba como administrador de Ocean Lines, una sociedad radicada en Londres que formaba parte del holding familiar.
Semejantes circunstancias complican las hip¨®tesis de la clonaci¨®n o del sabotaje identitario, pero Soria ha encontrado la inmediata solidaridad de sus compa?eros de Gobierno. Margallo, De Guindos y Catal¨¢, tres superministros, se han apresurado a legitimar las versi¨®n del colega, exactamente como hizo de oficio el portavoz parlamentario Rafael Hernando, mencionando una conspiraci¨®n medi¨¢tica que Jos?e Manuel Soria piensa atajar en la comparecencia del Congreso.
Ser¨¢ la manera de solemnizar su teor¨ªa exculpatoria. De lo contrario, Soria habr¨ªa provocado un da?o descomunal a su partido. Por haber tenido y ocultado una sociedad offshore. Por haber mentido al respecto. Y por haber movilizado al PP para sostenerlo, forz¨¢ndolo a encubrir sus desmanes en los proleg¨®menos de la campa?a electoral.
Tal como ocurre en La invasi¨®n de los ultracuerpos, Jos¨¦ Manuel Soria ha sido v¨ªctima de una clonaci¨®n. La culpa fue de su doble. Pero no es el doble del ministro sino el ministro mismo quien ha intoxicado la separaci¨®n de poderes dando instrucciones a la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n para agilizar la aclaraci¨®n de su caso. Un disparate que carece de todo sentido porque Soria no est¨¢ investigado y porque no existe sospecha de la comisi¨®n de un delito. Y porque es ¨¦l quien debe pedir explicaciones al bufete paname?o del que han salido los documentos comprometedores.
Soria o su clon no tienen un problema judicial. Tienen un problema pol¨ªtico. Que pone a prueba su credibilidad. Y que pone a prueba la pol¨ªtica de tolerancia del PP con las ovejas descarriadas camino del 26-J. Cuidado con Rajoy. Es un cocodrilo inm¨®vil, pero tambi¨¦n inmisericorde cuando pasa delante el cordero sacrificial cuando est¨¢ en juego su hambre y su supervivencia.
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