El pueblo vasco al que Pablo Iglesias no puede seducir
Orexa, en Gipuzkoa, es la ¨²nica aldea vasca en la que el 20-D Bildu sali¨® indemne del zarpazo de Podemos
"Podemos tiene un proyecto que se llama Espa?a, que es muy leg¨ªtimo, pero nosotros tenemos otro que se llama Euskal Herria", afirma rotundo Be?at Leunda. Este joven de 25 a?os vive en Orexa, un pueblo gipuzkoano de 126 habitantes oculto en las monta?as que colindan con Navarra. Frente al zarpazo que Podemos asest¨® a Bildu en las elecciones generales de 2015 (la formaci¨®n independentista perdi¨® al 36% de su electorado), en esta aldea nadie vot¨® al partido de Iglesias, convirti¨¦ndose en el ¨²nico del Pa¨ªs Vasco en la que el recuento les dio cero. Nunca nadie ha apoyado tampoco a PP, PSOE, Izquierda Unida o Ciudadanos: Orexa es un baluarte de la izquierda abertzale. "Hay un ambiente muy familiar y un sentimiento nacional vasco muy fuerte", afirma Eneko Maioz, el alcalde. "Solo hablamos en euskera y esto hace que otras formaciones pol¨ªticas queden muy lejanas", se?ala.
En los pueblos de alrededor, Podemos consigui¨® arrebatar a la izquierda abertzale parte de su electorado, como Gaztelu (en el que consigui¨® el 27% de los votos), Larraul (27%), Altzaga (19%) o Leintz-Gatzaga (17%). En Orexa ni un sola papeleta. "Hay una gran incertidumbre sobre lo que puede suponer Podemos, nos genera algunas dudas el tema organizativo: tiene grupos para Catalu?a y Galicia que son independientes, pero los vascos se sienten representados por la ejecutiva estatal [y no por una agrupaci¨®n aut¨®noma]. Creo que no atienden a las particularidades de aqu¨ª", explica el joven Leunda. Los orexarras consideran que el Pa¨ªs Vasco tiene una realidad y unas competencias que Podemos no entiende y prefieren no arriesgarse: "Somos independentistas internacionalistas: queremos que los espa?oles vivan mejor, pero no a nuestra costa", indica.
Orexa cuenta, como todo pueblo vasco, con un Ayuntamiento, una iglesia y un front¨®n. Tampoco falta un letrero en la plaza que reza Etxera ("A casa"), que reclama el acercamiento de los presos del Pa¨ªs Vasco. La plaza est¨¢ coronada al otro lado por otro cartel m¨¢s grande: Egia bide, askatasuna amets ("La verdad, el camino; la libertad, el sue?o"). En la entrada del municipio hay una sociedad: un bar solo para los aut¨®ctonos, cuyo sal¨®n est¨¢ coronado por un cartel grande con un gallo, el emblema del pueblo. Aparte de los vecinos, no hay m¨¢s vida en unos kil¨®metros a la redonda, adem¨¢s de unas pocas vacas de algunos orexarras ya jubilados y la bandada de golondrinas que vuela en c¨ªrculos al atardecer. Aparte de las aves gorjeando, a esta hora solo se oye alg¨²n mugido y el eco de alguna pelota que resuena en el front¨®n.
Este silencio solo se rompe un momento al d¨ªa: a la hora de comer, cuando los ni?os y adolescentes salen en tromba del autocar que los trae de vuelta de los colegios e institutos de los pueblos de alrededor. Mientras el resto de peque?os pueblos agoniza ante el envejecimiento de sus habitantes, en Orexa hay 30 j¨®venes con menos de 18 a?os, el 25% de la poblaci¨®n. Este hecho tambi¨¦n tiene una explicaci¨®n pol¨ªtica. El municipio se organiza mediante un sistema participativo al que denominan auzolan. Consiste en que las tareas del pueblo las consens¨²an de manera asamblearia y las ejecutan entre todos, como por ejemplo, las obras p¨²blicas. Hace un par de d¨¦cadas iniciaron un proyecto de retorno mediante un plan de vivienda participativo que consigui¨® que los orexarras emigrados a pueblos de alrededor regresaran. Los hijos de los retornados ahora integran cuadrillas de amigos y se sienten parte de una identidad local muy fuerte.
Los j¨®venes, que ya participan en la vida pol¨ªtica del pueblo, no se ir¨¢n de all¨ª, por lo que consideran que la singularidad pol¨ªtica de Orexa no corre peligro. En las elecciones generales de 2011 y 2015, Bildu recibi¨® un 98% y un 96% respectivamente. Los vecinos no dudan: estos porcentajes no variar¨¢n el 26-J. "Creo que es muy dif¨ªcil que apoyemos aqu¨ª a Podemos. Es bastante lejano a nuestra realidad cotidiana. Tienen que entender que es muy dif¨ªcil llevar un cambio a Espa?a. Es muy dif¨ªcil con la correlaci¨®n de fuerzas que hay. Si alg¨²n d¨ªa los apoyamos ser¨¢ porque se han unido a nosotros en nuestro proyecto independentista y socialista que estamos empezando", sentencia el joven orexarra.
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