El incendio de La Palma sigue sin control entre condiciones desfavorables
Efectivos terrestres han trabajado durante toda la noche para intentar controlar el fuego
El incendio que arde descontrolado en el lado suroeste de la isla de La Palma ha quemado de forma irregular 3.600 hect¨¢reas. Mar¨ªa Isabel Tejerina, ministra de Medio Ambiente, tras sobrevolar la zona calcinada, puso el fin del fuego en manos de las condiciones climatol¨®gicas, que seg¨²n las ¨²ltimas previsiones no son precisamente favorables: viento, falta de humedad y mucho calor. 2.500 personas permanecen evacuadas. Ayer se procedi¨® a incinerar el cuerpo de Francisco Santana, el agente forestal fallecido, que recibi¨® un adi¨®s ¨ªntimo.
La Palma sigue sometida a las llamas del fuego que desde hace tres d¨ªas quema sus laderas. El incendio avanz¨® desbocado el mi¨¦rcoles y el jueves y, aun con los medios a¨¦reos m¨¢s cuantiosos puestos en marcha en la historia de los incendios en Canarias, no se logr¨® ponerle freno el viernes, cuando intentaba avanzar hacia la l¨ªnea divisoria de la isla para buscar el pinar del suroeste y a dentelladas trotaba hacia el sur, cercando al pueblo de Fuencaliente. 12 hidroaviones y helic¨®pteros y m¨¢s de 300 personas se desempe?aban para intentar acotar las llamas y perimetrar [cercar en el lenguaje t¨¦cnico] el desastre, que mantiene a miles de vecinos evacuados y a muchos otros con incertidumbre, mirando al monte.
Fuencaliente es un pueblo fantasma. El sal¨®n de plenos se ha convertido en un improvisado comedor. La mayor¨ªa de los habitantes han sido trasladados, pero all¨ª se qued¨® la denominada resistencia. Est¨¢ compuesta por los trabajadores municipales y un ej¨¦rcito de voluntarios compuesto por vecinos que se niegan a abandonar sus viviendas.
¡°A m¨ª no me saca nadie¡±
¡°?En manos de qui¨¦n voy a poner yo mi casa? A m¨ª no me saca de aqu¨ª ni la ministra ni Rajoy ni nadie¡±, dice Felito, que repone fuerzas almorzando su raci¨®n de una paella preparada para 100 personas. Lo dice delante de Luis Rom¨¢n, el alcalde, que tambi¨¦n come. Lleva dos noches sin dormir, corriendo de colina en colina. ¡°No me voy de aqu¨ª por muy importante que sea la cita, aqu¨ª me tienen los vecinos, aqu¨ª me quedo¡±, sostiene Rom¨¢n.
Valeria y Aitor observan c¨®mo el fuego crece a una distancia de apenas 500 metros. Las llamas se elevan desaforadas y vuelven a contraerse. El viento traslada las chispas a gran velocidad y saben que ¡°cuando llega la noche, el fuego entra en las casas; nos lo dec¨ªa mi abuelo¡±, explica Aitor. Ambos j¨®venes decidieron no salir de su casa y all¨ª estar¨¢n hasta que les obliguen a marcharse.
Javier es vecino de Las Indias. Un pago del municipio de Fuencaliente que se vio afectado por el incendio de madrugada. Lo sucedido el jueves por la noche no se borrar¨¢ de su memoria en mucho tiempo. Se reuni¨® con siete amigos. Uno de ellos ten¨ªa una cuba de agua e hicieron guardia en el barrio de Las Indias, para tratar de evitar que el fuego entrase en las casas. Y lo consiguieron parcialmente, porque a las cinco de la ma?ana tuvieron que huir. ¡°Nos fuimos pensando que las casas no estar¨ªan en pie al volver¡±, dice. A la ma?ana siguiente, continuaban intactas. El fuego se qued¨® a 10 metros de una de las viviendas.
Jaime es bombero del aeropuerto de La Palma y ayer com¨ªa un men¨² en una gasolinera. Con los brazos llenos de ceniza explicaba que contra las condiciones climatol¨®gicas no hay medio material que pueda luchar. El term¨®metro marcaba 40 grados a las cinco de la tarde y el viento soplaba con intensidad.
La ola de calor persistir¨¢ hasta el domingo y, hasta entonces, aseguran t¨¦cnicos forestales con responsabilidad en la extinci¨®n de este incendio, solo se puede ¡°parchear y tratar de que no llegue a las zonas pobladas¡±.
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