Donde nunca acaba la crisis
Ana Gonz¨¢lez y su familia, en paro y desahuciados, siguen sufriendo los efectos de la recesi¨®n, como miles de espa?oles
Esta es una historia de apretar los dientes. De "rabia". De "frustraci¨®n". De "impotencia". De polic¨ªas irrumpiendo en la cocina tras atravesar la pared a primera hora de la ma?ana para echarte de tu propia casa. De correos electr¨®nicos al banco sin respuesta. De la b¨²squeda sin ¨¦xito de un trabajo estable. De noches en vela. De unas vacaciones con tu hija que no llegan. Este es un relato que los gobernantes obvian al presentar sus victoriosos balances de empleo. Y que dejan en un segundo plano para destacar que ya acab¨® la recesi¨®n. Pero esta es la vida de Ana y Roberto. La cr¨®nica de a quien la crisis contin¨²a dejando en la cuneta.
El paro baj¨® un 4,5% en el segundo trimestre de 2016, seg¨²n los datos de la EPA. Pero m¨¢s de 4,5 millones de personas siguen sin encontrar un trabajo. Los desahucios se redujeron en 2015 un 2,4%, recalca el Banco de Espa?a. Pero m¨¢s de 29.000 familias perdieron su vivienda a lo largo de ese mismo a?o. Y m¨¢s de 60 millones de turistas extranjeros desembarcaron en el pa¨ªs el pasado ejercicio, mientras que un 40% de los espa?oles no puede permitirse marcharse ni una sola semana de vacaciones o afrontar gastos imprevistos, como detalla la ¨²ltima Encuesta de Condiciones de Vida. "Nuestra angustia empez¨® en oto?o de 2014, cuando recibimos en casa una carta de desahucio dirigida a nuestro casero", se arranca Ana Gonz¨¢lez, de 34 a?os, sentada en un parque de un humilde barrio de M¨®stoles (Madrid), a apenas unos metros de su nuevo hogar.
Hace ya casi un mes que la comisi¨®n judicial la ha expulsado de ese piso donde llevaba viviendo casi cuatro a?os y donde su marido, Roberto, resid¨ªa desde hace una d¨¦cada. Aquel que el propietario hab¨ªa dejado de pagar al banco. "Pero nunca nos lo dijo". Lo supieron cuando recibieron el "maldito" aviso que puso una primera fecha a su agon¨ªa. El juzgado hab¨ªa fijado el 23 de octubre de 2014 para desalojar la casa. Solo que dentro no estaba el due?o, el que hab¨ªa incumplido con las letras; sino la familia que abonaba cada mes el alquiler de 500 euros.
M¨¢s de 4,5 millones de personas se encuentran en paro y cerca de 29.000 familias perdieron su casa en 2015
Lo que lleg¨® como misiva deriv¨®, entonces, en una pelea en los tribunales. Y, por supuesto, en m¨¢s noches en vela. Y en peleas en la pareja. "Est¨¢bamos irritados constantemente y salt¨¢bamos a la m¨ªnima", subraya Roberto. El magistrado sentenci¨® a principios de 2015 que la entidad financiera, Bankia, deb¨ªa respetar el contrato de arrendamiento. Una primera victoria que pronto se vio empa?ada. "El problema surgi¨® porque, hasta que el juez nos dio la raz¨®n, pasaron unos meses durante los que no pagamos. Pero, ?a qui¨¦n ten¨ªamos que pagarle? Al due?o le hab¨ªan quitado la casa y nosotros no ten¨ªamos a¨²n ning¨²n contrato con el banco", detalla Ana Gonz¨¢lez, camarera en paro, que asegura que acudieron a los juzgados para preguntar qu¨¦ deb¨ªan hacer: "Nos recomendaron que no pag¨¢semos hasta que se resolviera". Y as¨ª hicieron.
En abril de 2015, tras darle la raz¨®n la primera sentencia, empezaron a abonar el alquiler a Bankia. Estuvieron haci¨¦ndolo durante un a?o. "En ese tiempo, contactamos con la entidad y hablamos para que nos prorrateasen esos meses adeudados. Me dijeron que no me preocupara. Pero fue todo por tel¨¦fono", asegura Gonz¨¢lez, que explica por qu¨¦ no se extra?¨® ante la falta de respuesta por escrito: "Pens¨¢bamos que, como siempre pasa con los bancos, estas cosas van lentas...". Pero la entidad financiera hab¨ªa puesto en marcha el procedimiento judicial para echarlos. Y les lleg¨® otro aviso de desahucio ¡ªeste ya dirigido a ellos¡ª. Y, de nuevo, tuvieron que acudir a los tribunales.
S¨ªntomas de una crisis que sigue
- Empleo: 4,57 millones de personas se encontraban en paro en el segundo trimestre de 2016, seg¨²n los datos de la EPA. Esta cifra supone el 20% de la poblaci¨®n activa. Entre abril y junio de este a?o se han creado 271.400 puestos de trabajo, muy lejos de los m¨¢s de 400.000 contabilizados en el mismo periodo de 2014 y 2015.
- Desahucios: Los ¨²ltimos datos del Banco de Espa?a revelan que 29.327 familias perdieron su residencia principal en 2015, un 2,4% menos que en 2014. M¨¢s de la mitad de las viviendas (15.500) se entregaron a los bancos de forma voluntaria. Las 13.000 restantes se desalojaron por orden judicial.
- Precariedad laboral: Los contratos m¨¢s cortos, de una semana o menos, suponen m¨¢s del 26% de los firmados en los primeros siete meses de 2016. La duraci¨®n media de los contratos temporales ha bajado a 50,9 d¨ªas, seg¨²n los datos del Ministerio de Empleo: 30 menos que hace una d¨¦cada.
En esta ocasi¨®n, perdieron. El juez dijo que ten¨ªan que abandonar su hogar por una deuda de 2.000 euros. "Nos han echado pese a que nosotros siempre hemos querido pagar. Al principio, le dijimos a Bankia que nos la repartiera en varios meses porque no pod¨ªamos afrontar esa cantidad de una sola vez", insiste la mujer, que acumula contratos temporales en su historia laboral y que, desde el pasado 15 de julio, cobra la prestaci¨®n por desempleo. Su marido, carpintero de profesi¨®n, tambi¨¦n est¨¢ en paro. "Despu¨¦s, incluso, hemos reunido el dinero, gracias a la ayuda de familiares y amigos, para entreg¨¢rselo al banco. Pero no lo quisieron. No hab¨ªa marcha atr¨¢s", sentencia Gonz¨¢lez.
Nunca olvidar¨¢n aquel 22 de julio, el d¨ªa de su desahucio. Los golpes resuenan en el interior de la casa de Ana y Roberto. La polic¨ªa trata de derribar la puerta, apuntalada con electrodom¨¦sticos viejos y sillas de madera. No lo consiguen. Entonces, buscan otra v¨ªa. Atraviesan la pared que comunica con la cocina. "No queremos jaleo, ?vale?", dice uno de los primeros agentes que entra en el domicilio. "Nosotros tampoco", responde la familia y los activistas de Stop Desahucios que la acompa?an. Fuera, en la calle, decenas de personas protestan. "Hoy se cometer¨¢ una injusticia. Bankia, que ha sido rescatado con el dinero de todos, desahuciar¨¢ a una familia por una deuda de 2.000 euros. Menos que lo que costar¨¢ el despliegue policial. No tiene sentido", grita un hombre, meg¨¢fono en mano.
Cuando la polic¨ªa entra, el matrimonio y su hija de 12 a?os ya han asumido que deber¨¢n dejar su casa. Durante semanas han buscado otra. Pero les ha costado encontrarla. "Nosotros ¨ªbamos con la verdad por delante y le coment¨¢bamos a los caseros cu¨¢l era nuestra situaci¨®n. Que nos iban a desahuciar, pero no porque no quisi¨¦ramos pagar", explica Gonz¨¢lez, que detalla c¨®mo el banco no les dej¨® quedarse con un alquiler social y c¨®mo, finalmente, han conseguido encontrar un nuevo hogar, gracias a que un amigo se ha puesto tambi¨¦n en el contrato y a que su madre les ayuda con el aval y la fianza. "Sin su ayuda, no s¨¦ qu¨¦ habr¨ªamos hecho. No ten¨ªamos para afrontar ese gasto". Otra marca de esta crisis: la familia como ¨²nico sost¨¦n.
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