Los Toros de Guisando
Rajoy y Rivera firman un pacto como el que fue ridiculizado en marzo por el PP: con valor pol¨ªtico, pero sin valor pr¨¢ctico
Mariano Rajoy se arrepentir¨¢ de haber ridiculizado en marzo un pacto como el de PSOE y Ciudadanos que era insuficiente para sacar adelante una investidura. Igual que estos d¨ªas se habr¨¢ arrepentido de las duras cr¨ªticas al anterior presidente del Congreso por demorar la investidura de Pedro S¨¢nchez o por convocar el debate con un formato dise?ado a mayor gloria del candidato, es decir, por hacer lo mismo que ahora ha hecho su fiel Ana Pastor.
¡°Toda esta representaci¨®n ha venido precedida de otra no menos teatral y altisonante. Me refiero a la solemn¨ªsima firma de un acuerdo de muy limitada relevancia, pero que se ha presentado sin el menor sentido del rid¨ªculo con una escenograf¨ªa que nos hac¨ªa pensar que est¨¢bamos ante una p¨¢gina hist¨®rica de dimensiones solo comparables al Pacto de los Toros de Guisando. Este gran paso hist¨®rico, se?or¨ªas, que sin duda los ni?os estudiar¨¢n en las escuelas con el Compromiso de Caspe y los Pactos de la Moncloa¡±, le dijo Rajoy a S¨¢nchez el 2 de marzo en referencia al acuerdo del PSOE con Ciudadanos.
Ahora el l¨ªder del PP ya tiene su acto de firma, comparable al de r¨²brica del Pacto de los Toros de Guisando o del acuerdo S¨¢nchez-Rivera. Con la solemnidad del Congreso, abierto expresa e inusualmente un domingo por la ma?ana. Este 28 de agosto es como el d¨ªa de febrero que se firm¨® aquel pacto.
Rajoy llegar¨¢ al Congreso el martes con un pacto que no suma y dando por hecho, como hizo el s¨¢bado, que ser¨¢ una investidura fallida, es decir, lo que tanto descalific¨® entonces el l¨ªder del PP. Este acuerdo, como el de entonces, tiene un valor pol¨ªtico, pero muy escaso valor pr¨¢ctico o efectivo.
Por un lado, porque no suma los 176 votos necesarios para la investidura, por lo que va a durar lo que duren los 350 diputados levant¨¢ndose a exponer el sentido de su voto entre el mi¨¦rcoles y el viernes. Como aquel acuerdo, este no suma para la investidura, aunque eleve ligeramente el n¨²mero de apoyos. El viernes habr¨¢ deca¨ªdo y septiembre ser¨¢ como marzo viendo pasar el calendario hasta las nuevas elecciones, entre reproches y repartos de culpas.
Adem¨¢s, la inmensa mayor¨ªa de las medidas que contiene no podr¨¢n en ning¨²n caso trasladarse a leyes tambi¨¦n por falta de mayor¨ªa suficiente. Por ejemplo, para la reforma del sistema de elecci¨®n del Poder Judicial necesitar¨ªan 176 esca?os que no tienen y no es probable que PSOE y Podemos vayan a apoyar esas medidas.
No basta con que Rivera haya hablado de todas esas medidas casi como si estuvieran ya aprobadas, obviando que hace falta mayor¨ªas que no tiene. Mucho m¨¢s realista ha sido Rajoy admitiendo que el acuerdo es "insuficiente" y hasta ha dejado en el aire reformas constitucionales que el l¨ªder de Ciudadanos ve¨ªa ya en el BOE.
Otras medidas pactadas son llamativas como la referida a la amnist¨ªa fiscal y a intentar recaudar m¨¢s de los que regularizaron con ella, porque supone admitir que no se ha hecho lo posible para recuperar ese dinero.
O la elecci¨®n directa del alcalde, sorprendente medida aceptada por Ciudadanos porque favorece el bipartidismo que tanto han combatido los nuevos partidos.
Llamativo que hable de despolitizar la Justicia y al tiempo deje en manos del Parlamento, que no es el que le nombra, la destituci¨®n del fiscal general del Estado, ?si hay una mayor¨ªa absoluta, c¨®mo queda la inamovilidad del fiscal?
El acuerdo s¨ª tiene el valor pol¨ªtico de una declaraci¨®n de intenciones y, sobre todo, por el hecho de que es el primer pacto que firma el PP en mucho tiempo. Despu¨¦s de cuatro a?os en el Gobierno sin sentarse siquiera a hablar con nadie tiene cierto valor ser capaz de firmar un acuerdo pol¨ªtico con medidas concretas.
Le sirve a Rajoy para sacudirse en parte la imagen del PP de partido t¨®xico con el que es imposible pactar, para blanquearse ligeramente, y, sobre todo, sirve para presionar al PSOE, porque el acuerdo con Ciudadanos era imprescindible para que alguien se pueda plantear aunque sea remotamente la abstenci¨®n de los socialistas.
Por el momento, a d¨ªa de hoy no hay opci¨®n alguna de que el PSOE cambie de posici¨®n, no s¨®lo porque Pedro S¨¢nchez y sus colaboradores no quieren, sino tambi¨¦n porque ni uno solo de los barones o l¨ªderes regionales plantean ahora que se permita la investidura de Rajoy. Entienden que no hay opciones a una abstenci¨®n que ser¨ªa entendida como apoyo al l¨ªder del PP.
Tienen ahora otra raz¨®n: las medidas contenidas en el pacto que, en todo caso, tendr¨ªa que ser revisado para que hubiera abstenci¨®n socialista.
Ciudadanos arriesga con el pacto porque crece su imagen de partido de consenso y dispuesto a llegar a acuerdos, que arrastra al PP a aceptar medidas que antes eran inaceptables para los populares, pero de forma directamente proporcional a c¨®mo se difuminan algunas de sus posiciones ideol¨®gicas y su perfil pol¨ªtico. El partido de Rivera muestra cintura negociadora, pero ya tiene al menos tres posiciones sobre algunos asuntos: la del programa, la del pacto con el PSOE y la del pacto con el PP.
Un ejemplo es la propuesta de desaparici¨®n de las diputaciones que aparece y desaparece de sus documentos. O la del Poder Judicial que pasa de elecci¨®n parlamentaria a corporativa seg¨²n el color del partido que est¨¦ al lado en cada pacto.
Obviamente, desaparece su gran mantra de la imposibilidad de pactar con Rajoy y muchas de sus grandes descalificaciones p¨²blicas contra el PP. Su trofeo es el de las medidas anticorrupci¨®n, aunque algunas tengan un valor relativo.
Otro ejemplo: una de esas medidas es la limitaci¨®n de mandatos de presidente del Gobierno, cuando ninguno de los casos de corrupci¨®n tiene que ver con eso y, precisamente, el problema en Espa?a es elegir a uno, no echar a uno que se eternice en el cargo. Algo parecido ocurre con la l¨ªnea quebrada y esquiva del significado de corrupci¨®n que recuerda la m¨¢xima pol¨ªtica de que no es conveniente hacer (o decir) lo que no se pueda explicar.
En todo caso, Ciudadanos ya tiene dos fotos de pactos y el viernes Rajoy y S¨¢nchez habr¨¢n perdido una investidura cada uno y Rivera llevar¨¢ dos perdidas.
¡°Se?or S¨¢nchez, el Diccionario de la Real Academia define la palabra bluf como montaje propagand¨ªstico para crear un prestigio que posteriormente se revela falso. Me parece que est¨¢ muy bien descrito¡±, concluy¨® Rajoy en marzo en la tribuna del Congreso.
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