M¨¦ndez de Vigo, el ¡®ministro bombero¡¯
Tras sustituir al pol¨¦mico Wert, repite puesto en Educaci¨®n y asume adem¨¢s la portavoc¨ªa del Gobierno que ocupaba S¨¢enz de Santamar¨ªa
??igo M¨¦ndez de Vigo (Tetu¨¢n, 1956) lleva un a?o y medio de sorpresa en sorpresa. Tras m¨¢s de media vida dedicado a asuntos europeos, recibi¨® la llamada de Mariano Rajoy en junio de 2015 para sustituir al ministro m¨¢s odiado, el titular de Educaci¨®n, Cultura y Deporte?Jos¨¦ Ignacio Wert. En la nueva legislatura repite puesto y ser¨¢ adem¨¢s portavoz del Gobierno en sustituci¨®n de Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa.
Abogado, profesor y pol¨ªglota, M¨¦ndez de Vigo asumi¨® el puesto pensando que ser¨ªa ??igo I el Breve. Nadie auguraba que la interinidad de un Gobierno en funciones acabara durando casi un a?o. Tras este periodo, sale reforzado en el nuevo gabinete, del que ser¨¢ la cara visible. Y mantiene las tres carteras, algo que en el mundo de la cultura no ha sido bien recibido. Se albergaba la esperanza de que este ¨¢rea recuperase un ministerio propio.
En su primera comparecencia en el Congreso de los Diputados brome¨® sobre meter goles en la pr¨®rroga y en su primera entrevista, con EL PA?S, admit¨ªa que de educaci¨®n sab¨ªa lo justo: ¡°Hago lo que puedo, estudio por las noches, me esmero¡±.
¡°La LOMCE no la he hecho yo, no es hija m¨ªa¡±, proclam¨® tambi¨¦n entonces este militante del PP desde 1989, de familia militar. Sab¨ªa que le tocaba bailar con la m¨¢s fea, defender una reforma educativa que los populares sacaron adelante en solitario y calmar los ¨¢nimos que su predecesor dej¨® caldeados tras endurecer el sistema de reparto de becas, propiciar una subida nunca vista de las matr¨ªculas universitarias, rescatar las rev¨¢lidas o torpedear la interlocuci¨®n con toda la comunidad educativa.
Nieto de la escritora Carmen de Icaza, popular autora de novelas rosas y de quien hered¨® el t¨ªtulo de bar¨®n de Claret en 1980, ha intentado cambiar el relato del ministerio cita a cita. Durante las ¨²ltimas semanas, y estando ya en funciones, se ha reunido con sindicatos, asociaciones y estudiantes para intentar poner los cimientos de un pacto educativo in¨¦dito en Espa?a que Mariano Rajoy quiere cerrar en un plazo de seis meses.
Todos admiten en privado que su predisposici¨®n y talante ¡°no tienen nada que ver¡± con Wert. Mejor en la forma pero escaso en el fondo, le afean. En a?o y medio no le ha dado tiempo a dejar huellas de calado m¨¢s all¨¢ de deshacer entuertos. Ni siquiera puso en marcha ninguna de las grandes medidas que su gabinete prometi¨® contra la lacra del acoso escolar. Seg¨²n su equipo, porque estar en funciones deja poco margen de maniobra.
En la protesta masiva que sac¨® a miles de estudiantes a la calle hace apenas una semana, el rostro y las consignas contra su predecesor se o¨ªan y le¨ªan mucho m¨¢s que cualquier referencia a M¨¦ndez de Vigo, a la sombra del exministro. Wert se march¨®, tras dejar el puesto en llamas, con el premio de la Embajada de Espa?a ante la OCDE en Par¨ªs.
Las manifestaciones del 26 de octubre y el rechazo expreso de toda la C¨¢mara han propiciado que finalmente se aparquen las rev¨¢lidas. Ya no habr¨¢ que aprobar un examen para sacarse el t¨ªtulo de ESO y Bachillerato, un asunto al que se opon¨ªa incluso parte de su propio partido. Pero a¨²n hace falta definir el examen de acceso a la Universidad, el sustituto de la Selectividad.
El responsable de Educaci¨®n, Cultura y Deporte tendr¨¢ como primera tarea publicar los contenidos y caracter¨ªsticas de esa prueba y como examen para nota la negociaci¨®n para un pacto de Estado de Educaci¨®n. El mismo que, seg¨²n ha repetido estos meses el ministro bombero, la gente le pide de viva voz cuando se cruza con ¨¦l por la calle.
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