Virginia Ferrad¨¢s, una vida dedicada al futuro y a su familia
La mujer fue asfixiada por su esposo diez despu¨¦s de que le salvara la vida
Diez d¨ªas antes de ser asesinada por su esposo, Jos¨¦ Al¨¦n, Virginia Ferrad¨¢s le hab¨ªa salvado la vida a ¨¦l. El hombre se hab¨ªa encaramado al tejado de la vivienda familiar desde donde amenazaba con lanzarse al vac¨ªo. Asomada a una ventana, con medio cuerpo fuera y armada de paciencia, tras llamar a los servicios de emergencias, consigui¨® convencerle de que entrase de nuevo en casa. Inmediatamente, lo llev¨® a Urgencias en donde le dieron el alta en unas horas. Al cabo de poco m¨¢s de una semana ¨¦l la asfixi¨® ¡ªcoloc¨¢ndole un coj¨ªn o pa?uelo sobre la boca¡ª y se autolesion¨® en el est¨®mago con un cuchillo, provoc¨¢ndose heridas de escasa gravedad, en cuanto se percat¨® de que las fuerzas de seguridad llegaban a la vivienda.
A ella apenas la recuerdan en O Carballi?o. Ni siquiera en su pueblo natal de O Irixo, en la misma comarca, que abandon¨® a los 25 a?os, reci¨¦n casada con Al¨¦n, en busca de un futuro laboral en la emigraci¨®n. El matrimonio repiti¨® un patr¨®n secular de la Galicia rural; el mismo que d¨¦cadas atr¨¢s hab¨ªa llevado a los padres de Virginia a emprender su propia di¨¢spora a Francia dejando en el pueblo a sus dos hijas peque?as al cuidado de la abuela.
La joven Virginia conoci¨® en las fiestas del pueblo al hombre que habr¨ªa de acabar con su vida y que, actualmente con un diagn¨®stico de demencia, no llora su muerte: solo reprocha que ella no vaya a verlo, seg¨²n el testimonio de sus allegados.
A Virginia, que no tuvo hijos, la lloran su hermana y sus padres, ya mayores y rotos. ¡°La madre ni siquiera puede salir de casa; ten¨ªa cita en el Ayuntamiento estos d¨ªas para gestionar unos asuntos y pidi¨® un aplazamiento¡±, afirma el alcalde de O Irixo, Manuel Penedo.
El regidor explica el motivo por el que resulta pr¨¢cticamente imposible encontrar alguna amiga de la infancia de la mujer en su pueblo natal: ¡°Esto se est¨¢ despoblando, aqu¨ª no queda casi gente de su edad¡±.
Virginia Ferrad¨¢s y Jos¨¦ Al¨¦n se asentaron en Suiza a finales de los ochenta y apenas regresaban a su tierra para pasar un mes de vacaciones al a?o, siempre coincidiendo con las fechas navide?as. Siempre juntos. Penedo describe a una mujer ¡°muy discreta y agradable¡±, como asegura que ¡°tambi¨¦n lo era ¨¦l¡±. Los vio a ambos pocos d¨ªas antes del crimen, cuando acudieron a O Irixo, a comienzos del pasado diciembre, como todos los a?os, para la tradicional matanza del cerdo, una aut¨¦ntica fiesta familiar en los pueblos gallegos.
El matrimonio llevaba desde agosto viviendo en la casa que hab¨ªan construido en O Carballi?o con los ahorros de tres d¨¦cadas de trabajo en la emigraci¨®n. Ella hab¨ªa comenzado a percibir algunos cambios en el comportamiento de su marido y decidi¨® regresar antes a Espa?a en esta ocasi¨®n en busca de una ayuda que no encontr¨® a tiempo.
En el mismo mes de diciembre en el que los salud¨® el alcalde en el pueblo natal, le diagnosticaron a Al¨¦n la demencia. Virginia comenz¨® las gestiones para pedir una ayuda que no lleg¨® a tramitarse: ¨¦l la mat¨® antes.
Estaba preocupada. ¡°Sabemos que acudi¨® con ¨¦l a la unidad de salud mental para ver qu¨¦ le ocurr¨ªa¡±, afirma la concejala de Servicios Sociales, Marina Ortega. ¡°Le diagnosticaron una demencia pero estaban en estudio otras posibles causas que pudieran originar su comportamiento¡±, sostiene. Virgina Ferrrad¨¢s no tuvo oportunidad de hacer amistades en O Carballi?o; ni siquiera en los bares pr¨®ximos a su vivienda sab¨ªan de su existencia. Los vecinos tuvieron la primera noticia de la presencia del matrimonio en el municipio cuando, diez d¨ªas antes del crimen, asistieron al espect¨¢culo, retransmitido por la televisi¨®n auton¨®mica gallega, del marido subido al tejado de la vivienda amenazando con tirarse mientras la mujer le extend¨ªa un brazo rog¨¢ndole que se agarrara a ella y se metiera en casa.
Despu¨¦s de tres d¨¦cadas de duro trabajo en Suiza, el regreso a los or¨ªgenes supuso para la v¨ªctima una nueva emigraci¨®n agravada por la convivencia con un hombre que reclamaba su cuidado constante. Ella intent¨® liberarse. Crey¨® que regresando a su tierra podr¨ªa descansar tras una vida de esfuerzos. No pudo: su marido cerr¨® el c¨ªrculo con ella dentro.
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