De s¨ªmbolo del avance de la mujer a acosada por ser madre
Una de las primeras conductoras de autob¨²s de Galicia sufre ocho a?os de calvario laboral desde que ejerci¨® su derecho a adaptar la jornada para cuidar a su hija enferma
Hubo un tiempo en que N¨¦lida Pisco fue un s¨ªmbolo del avance en los derechos de las mujeres. En 2006 se convirti¨® en una de las primeras conductoras de autobuses de Galicia y ese mismo a?o, como prueba de que la igualdad hab¨ªa agarrado por fin el volante, fue elegida por su empresa para escenificar con una comitiva de ufanas autoridades la puesta en marcha en Santiago de Compostela del primer servicio de transporte metropolitano. Cuando Pisco, poco despu¨¦s, tuvo una hija y ejerci¨® su derecho al permiso de lactancia y la reducci¨®n de jornada, el progreso de cart¨®n piedra se hizo trizas.
De icono de la igualdad Pisco pas¨® en 2009 a ser acosada y despedida por ser madre. Algo intuy¨® ella cuando, al conocerse su embarazo de riesgo, llegaron a sus o¨ªdos ciertos comentarios de sus superiores. ¡°Puede coger todo el tiempo que quiera porque por aqu¨ª no va a volver a trabajar¡±, cuenta ella que dec¨ªan. Su ni?a naci¨® prematura y con una enfermedad cong¨¦nita que empeque?ec¨ªa sus defensas, por lo que la lactancia materna se convirti¨® en fundamental para su supervivencia. Le negaron una jornada reducida y un horario adaptado a las necesidades del beb¨¦ y cuando los tribunales s¨ª le reconocieron este derecho, su empresa, Hedegasa, SL, conocida como Autobuses de Calo, la ech¨® a la calle.
La justicia oblig¨® a la compa?¨ªa a readmitirla en 2011, pero desde entonces sus jefes impusieron a su ¨²nica trabajadora unas condiciones de castigo que la Inspecci¨®n de Trabajo calific¨® de ¡°psicoterrorismo¡± y que le han valido a Hedegasa una reciente condena firme por acoso laboral y moral. Durante un mes, recuerda Pisco, los responsables de la empresa la enviaron a trabajar a las oficinas: al llegar siempre se las encontraba cerradas, por lo que ten¨ªa que soportar su jornada laboral sin tareas asignadas a la intemperie, en pleno invierno, arrebujada en su coche para no congelarse.
La sentencia del pasado octubre describe un hostigamiento que, seg¨²n se?ala Pisco, se ha mantenido hasta hoy. Al contrario que sus compa?eros, a ella no se le proporciona uniforme (la empresa le adjudic¨® una vez ropa de corte masculino que de forma evidente le quedaba grande); no se le pagan los cursos de formaci¨®n; no puede coger el autob¨²s a su cargo en la nave de la empresa sino en una parada; la empresa no le responde siquiera al tel¨¦fono cuando su bus registra una aver¨ªa o accidente; y tiene que solicitar las vacaciones por v¨ªa judicial. El contacto con Pisco est¨¢ terminantemente prohibido para el resto de la plantilla y ¡°han despedido a personas por no cumplirlo¡±, se?ala el sindicato CIG. Y as¨ª d¨ªa tras d¨ªa. Durante seis a?os.
Ella fue una vez un s¨ªmbolo de los avances contra el machismo y hoy, sobre todo, es un icono de la dura lucha de las mujeres por sus derechos. ¡°Le han ofrecido delante de m¨ª mucho dinero por irse [de la empresa], mucho m¨¢s de lo que le corresponder¨ªa, y no lo ha aceptado¡±, subraya In¨¢cio Pav¨®n, de la CIG, que ha asistido a Pisco durante todos estos a?os. ¡°Resisto porque tengo dos hijas y quiero un mundo mejor para ellas. Abandonar la empresa sin conseguir que se respeten mis derechos ser¨ªa huir y dejarles el mismo mundo¡±, explica esta conductora de autob¨²s de 42 a?os.
Hedegasa disfruta desde hace mucho tiempo de una concesi¨®n de transporte de viajeros en el ¨¢rea metropolitana de Santiago otorgada por la Xunta. Uno de los requisitos que impuso en 2009 la Administraci¨®n auton¨®mica a las adjudicatarias de estas l¨ªneas era desarrollar un plan de empleo femenino. Cuando comenz¨® el calvario de N¨¦lida Pisco en Autobuses de Calo, otras dos mujeres trabajaban en la compa?¨ªa. Hoy en d¨ªa ella es la ¨²nica.
La Conseller¨ªa de Infraestruturas alega que ese plan de promoci¨®n del empleo femenino dej¨® de ser una exigencia en Galicia para los adjudicatarios de l¨ªneas de transporte hace un a?o y que no puede informar si Hedegasa lo present¨® en alg¨²n momento durante los a?os en los que s¨ª lo fue. Este departamento del Gobierno gallego se?ala que la condena por acoso laboral a Pisco no entra dentro de las causas objetivas que permiten revocar una concesi¨®n y afirma que la Conseller¨ªa de Econom¨ªa, con competencias en relaciones laborales, ha abierto un expediente sobre el caso.
El ¨²ltimo golpe de Hedegasa le lleg¨® a Pisco hace solo tres meses, justo despu¨¦s de hacerse firme la condena por acoso laboral y con la colaboraci¨®n del Ministerio del Interior. la empresa solicit¨® en diciembre a la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico (DGT) que retirara a su conductora todos los permisos de circulaci¨®n porque, esgrim¨ªa, padec¨ªa un trastorno psiqui¨¢trico y que supon¨ªa un peligro para la ¡°seguridad de la conducci¨®n y la posible integridad de los viajeros¡±.
La DGT as¨ª lo hizo, sin comprobar previamente la veracidad de las acusaciones, y bas¨¢ndose en esa resoluci¨®n del Gobierno la compa?¨ªa aprovech¨® para imponerle una suspensi¨®n de contrato que la dej¨® sin sueldo, sin cotizaci¨®n y sin prestaci¨®n alguna. Despu¨¦s de dos meses y medio sin que esta madre de dos ni?as ingresara un euro, Tr¨¢fico acaba de restituirle sus carn¨¦s de conducir admitiendo que la denuncia de sus jefes no era cierta. ¡°No existe ning¨²n impedimento a nivel mental para que esta paciente pueda conducir¡±, ha dictaminado el servicio gallego de salud.
Pisco est¨¢ ahora pendiente de reincorporarse al trabajo y de que Hedegasa, que no ha contestado a los requerimientos de este peri¨®dico para recabar su versi¨®n, cumpla el mandato judicial de equiparar sus condiciones laborales a las de sus compa?eros hombres. ¡°No reclamo un trato especial¡±, concluye esta profesional. ¡°Solo quiero ejercer mi trabajo de conductora de autob¨²s y ser madre. Simplemente¡±.
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