El 11-M en las aulas
El colegio Salesianos de Atocha en Madrid es uno de los m¨¢s involucrados en el recuerdo de este suceso
¡°?No os vais a olvidar de ¨¦l, verdad?¡±. Esas fueron las palabras que Isabel Casanova dirigi¨® a los profesores de su hijo Jorge Rodr¨ªguez Casanova el d¨ªa de su entierro. Jorge ten¨ªa 22 a?os y era alumno de rob¨®tica industrial en el colegio Salesianos de Atocha?en Madrid. El 11 de marzo de 2004 viajaba, junto a su padre, en el tren uno de los cuatro trenes que explotaron en el atentado m¨¢s cruel de la historia de Espa?a, concretamente en el que sali¨® de Alcal¨¢ de Henares direcci¨®n a la estaci¨®n de cercan¨ªas de Atocha.
Desde entonces, obedeciendo a la s¨²plica de su madre, en el que era su colegio celebran todos los a?os un memorial en su homenaje y explican a los alumnos lo que ocurri¨® aquel d¨ªa. ¡°Por las ma?anas, en lo que nosotros llamamos ¡®los buenos d¨ªas¡¯, contamos a los alumnos los temas que vamos a tratar o las actividades que vamos a hacer. Cuando llega el momento del memorial a Jorge, les explicamos a los alumnos qui¨¦n era ¨¦l, por qu¨¦ lo celebramos, y qu¨¦ ocurri¨® en los atentados del 11-M¡±, explica Emilio Redondo, profesor de rob¨®tica y tutor de Jorge en el momento de su muerte.
La fecha escogida para recordar al antiguo alumno es el 31 de enero, el d¨ªa del patr¨®n de los salesianos y de la formaci¨®n profesional, una rama que tiene mucha presencia en este centro concertado. Ese d¨ªa todos los alumnos se re¨²nen, los profesores les muestran v¨ªdeos de lo sucedido, de anteriores memoriales, y les cuentan lo ocurrido en la tragedia. Despu¨¦s, celebran un torneo de f¨²tbol sala, deporte que practicaba Jorge, hasta las 11 de la noche ataviados con camisetas en las que aparece su cara. De 2.500 alumnos del centro, suelen competir unos 1.000 y formar alrededor de 100 equipos. ¡°Muchos de los ni?os que estudian aqu¨ª no hab¨ªan nacido cuando ocurrieron los atentados. Muchos tienen una nebulosa y no saben si lo han vivido o lo han aprendido vi¨¦ndolo despu¨¦s. Creemos que la naturalidad es buena en todos los ¨®rdenes de la vida, por eso hay que expresar lo que pas¨® y que la gente lo sepa. Es un hecho real y lo tenemos que conocer¡±, sostiene Redondo.
Eulogio Paz, presidente de la Asociaci¨®n 11-M Afectados del Terrorismo, defiende que la explicaci¨®n de los atentados se incluya en los libros de texto, aunque confiesa que le preocupa que el relato de los mismos ¡°sea objetivo y acorde a lo que pas¨®¡±. Una petici¨®n que se asemeja a la que en diciembre mencion¨® la defensora del Pueblo, Soledad Becerril, y que volvi¨® a recordar la semana pasada en el Senado. La Defensora cuestion¨® el tratamiento que se le da al terrorismo en general en los libros de texto, y concretamente al terrorismo de ETA. Becerril solicit¨® que esta cuesti¨®n se trate en el marco del futuro Pacto Nacional por la Educaci¨®n.
Al memorial de Jorge no solo asisten alumnos del colegio, su madre y sus amigos, compa?eros de clase entonces, est¨¢n presentes todos los a?os. Casanova asegura que la insuperable p¨¦rdida de su hijo, solo ha sido aliviada con este homenaje anual. ¡°A m¨ª me han levantado los profesores de mi hijo, ha sido como una terapia. Cuando iba al psic¨®logo me dec¨ªa que lo que realmente me ayudaba era esto. Los primeros a?os era muy duro, ve¨ªa a mi hijo en todos los rincones. Ahora lo celebro con una sonrisa en la boca y muy contenta de que todos los alumnos se acuerden de ¨¦l y aprendan lo que es la solidaridad¡±, asegura Casanova.
En el colegio Montpellier de Madrid, situado muy cerca de la mezquita de la M-30, los profesores tambi¨¦n tienen presente los atentados, ya que afectaron a algunos familiares de alumnos. Este viernes en la megafon¨ªa del centro se pudo escuchar el recuerdo a las 193 personas que murieron en la tragedia, y los estudiantes de educaci¨®n secundaria visionaron esta semana parte del concierto homenaje a las v¨ªctimas que se celebr¨® el 8 de marzo. Juan Luis Hidalgo, director y profesor del centro, explica que, aunque los atentados no forman parte del programa oficial, s¨ª se hace ilusi¨®n cuando hablan del 11 de septiembre y desarrollan otras actividades que complementan la explicaci¨®n de esta tem¨¢tica. Por ejemplo, celebran el D¨ªa de la Paz, igual que otros colegios, visitan la mezquita para ¡°acercarse a otras culturas y formas de vida¡±, as¨ª como los monumentos que se encuentran en la capital en recuerdo de las v¨ªctimas del 11-M.
Juan Pedro de la Morena es director del colegio Madrid Sur en el barrio de El Pozo en Madrid, una de las zonas m¨¢s afectadas el 11-M. En el centro, aunque si suelen homenajear a las v¨ªctimas con un minuto de silencio todos los a?os, y poner flores junto a la placa en recuerdo que hay en el centro, no se imparte ninguna ense?anza concreta sobre los atentados de 2004. ¡°Creo que la iniciativa deber¨ªa nacer desde el Ministerio o la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, igual que se ha establecido el D¨ªa de la paz o el D¨ªa de la igualdad de g¨¦nero. Tambi¨¦n ser¨ªa conveniente que los profesores contasen con una gu¨ªa pr¨¢ctica que incluyese algunas pautas sobre c¨®mo abordar este un tema. Es delicado y hay que cont¨¢rselo a los ni?os de forma adecuada¡±, concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.