Nuestra mejor historia de ¨¦xito
Quer¨ªamos ser europeos y contar en el mundo, y lo conseguimos. Europa se tom¨® en serio nuestra petici¨®n de adhesi¨®n
Hace hoy 40 a?os ech¨® a andar la mejor historia de ¨¦xito que los espa?oles hemos puesto en marcha juntos. Las elecciones de aquel 15 de junio de 1977 estrenaron el mayor periodo de prosperidad, progreso y bienestar que ha conocido Espa?a. Tras una campa?a electoral excepcionalmente vibrante, casi un 80% de los espa?oles mayores de 21 a?os acudi¨® a las urnas para elegir libremente a los representantes del pueblo espa?ol. Espa?a vot¨® masivamente por la reconciliaci¨®n, la concordia, la modernizaci¨®n, la moderaci¨®n, el europe¨ªsmo y la apertura. La Espa?a moderada ya hab¨ªa dicho, en el refer¨¦ndum de la Ley de Reforma Pol¨ªtica celebrado a finales de 1976, que no quer¨ªamos ni rupturas ni inmovilismos. Quer¨ªamos, desde la reforma, un sistema pol¨ªtico democr¨¢tico que devolviera la convivencia en libertad a todos los espa?oles.
Los espa?oles votamos y decidimos que la democracia no es s¨®lo la mejor forma de convivencia, es tambi¨¦n el sistema m¨¢s eficaz para que una sociedad libre y moderna pueda prosperar y progresar, pueda transformarse a diario para ser cada d¨ªa mejor. Y los representantes del pueblo espa?ol ¡ªlos 350 diputados y 207 senadores elegidos aquel 15 de junio¡ª dise?aron el marco de la nueva convivencia democr¨¢tica de todos los espa?oles: la Constituci¨®n de 1978, la primera Constituci¨®n de todos, hecha desde y para el entendimiento.
Aquellas elecciones las gan¨® la UCD, entonces el partido del centro-derecha, y llevaron a la presidencia del Gobierno a Adolfo Su¨¢rez. Sirva tambi¨¦n esta efem¨¦ride para rendir sincero homenaje a su figura, por el idealismo realista con el que siempre ejerci¨® un mandato ejemplo de di¨¢logo.
Cuando, un mes despu¨¦s de la cita con las urnas, el rey Juan Carlos inaugur¨® solemnemente aquellas Cortes Constituyentes, pidi¨® a diputados y senadores que trabajaran por ¡°una Espa?a arm¨®nica en lo pol¨ªtico, justa en lo social, din¨¢mica en lo cultural y progresiva en todos los aspectos, basada en la concordia y con capacidad de protagonismo en el mundo¡±. Es una petici¨®n que no ha dejado de cumplirse pese a todas las dificultades, porque es una demanda de presente y de futuro, y es una exigencia que nos sigue comprometiendo a todos.
Supimos superar extremismos y rupturismos entonces y debemos superarlos ahora. Tenemos la democracia de nuestra parte
Hoy, 40 a?os despu¨¦s, creo que los espa?oles podemos estar leg¨ªtimamente orgullosos del proceso de profundo cambio social, econ¨®mico y pol¨ªtico que se puso en marcha en Espa?a aquel 15 de junio. Un proceso que fue capaz de arrancar a pesar de la dur¨ªsima crisis econ¨®mica que Espa?a viv¨ªa en aquellos a?os. Aunque no fue tan dura como la que acabamos de superar, aquella crisis nos familiariz¨® con problemas econ¨®micos como los shocks del petr¨®leo y la inflaci¨®n desbocada. Y entonces a¨²n no ten¨ªamos la red del Estado del bienestar que hemos tejido entre todos en estas cuatro d¨¦cadas. Junto a la crisis econ¨®mica, tambi¨¦n hubo que lidiar con el extremismo pol¨ªtico que amenazaba la convivencia, y con el creciente estremecimiento social que el terrorismo de ETA inflig¨ªa cada semana con su macabro y creciente goteo de asesinatos y atentados.
Pero la Espa?a moderada quer¨ªa prosperar, quer¨ªa abrirse al mundo, quer¨ªa ser moderna, pujante y abierta y volver a su sitio en Europa. Y esta Espa?a fue capaz de agrupar a la inmensa mayor¨ªa por la v¨ªa de forjar los mejores acuerdos para alzar un proyecto de futuro sin caer en revanchismos.
Hoy, cuando unos pocos extremistas pretenden impugnar nuestro mejor periodo de prosperidad y convivencia pac¨ªfica en libertad con un contrarrelato que busca la ruptura de nuestra democracia por la v¨ªa de revivir el enfrentamiento y azuzar la divisi¨®n entre espa?oles, podremos recordarles lo mucho que los espa?oles hemos conseguido juntos en estos 40 a?os de nuestra democracia.
Hoy somos m¨¢s, y vivimos m¨¢s y mejor. Quiz¨¢ ¨¦sta sea la mejor medida del progreso de una sociedad. La poblaci¨®n espa?ola ha aumentado en 10 millones de personas en estas cuatro d¨¦cadas y la esperanza de vida en ocho a?os, hasta convertirnos en el segundo pa¨ªs m¨¢s longevo del mundo y el que goza de mayor esperanza de vida de toda Europa. El excepcional sistema sanitario espa?ol y la garant¨ªa de las pensiones no son ajenos a esta mejora.
Hemos multiplicado por seis nuestra renta per capita y la riqueza global de Espa?a, tal como la mide el PIB. Las mujeres espa?olas han logrado duplicar su participaci¨®n en el mercado de trabajo. Y han conseguido m¨¢s que duplicar su participaci¨®n en los centros de decisi¨®n, empezando por la pol¨ªtica: recordemos que, de los 350 diputados de aquellas Cortes Constituyentes, s¨®lo 21 eran diputadas. Hoy son 140, y una de ellas es la presidenta del Congreso.
Hoy somos una potencia en el mundo. Batimos cada a?o el r¨¦cord de personas que nos visitan, nuestros productos y servicios se venden fuera cada d¨ªa mejor, nuestras empresas invierten en los cinco continentes, los estudiantes europeos nos eligen como destino predilecto en los programas Erasmus y los j¨®venes espa?oles saben que pueden ampliar sus estudios e investigar en las mejores universidades internacionales.
Nada de esto nos debe llevar a la autocomplacencia, porque es s¨®lo un acicate para seguir trabajando. Para acertar, podemos tomar el ejemplo de aquel 1977. En oto?o se firmaron los Pactos de la Moncloa. Y fueron muchos, y tremendamente variados, los cambios sociales que se impulsaron y que formaron parte del elenco de medidas sociales, econ¨®micas y fiscales que acompa?aron a aquellos Pactos firmados un 25 de octubre en el palacio de la Moncloa.
Quer¨ªamos ser europeos y contar en el mundo, y lo hemos conseguido. Europa se tom¨® en serio nuestra petici¨®n de adhesi¨®n a las Comunidades Europeas cuando lo pedimos, en julio de aquel a?o, con un Parlamento ya democr¨¢ticamente elegido. Despu¨¦s nos unimos a la OTAN, y en estos 40 a?os hemos sido cinco veces miembro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Y, desde 1978, nada menos que 138.000 militares espa?oles han participado en operaciones de mantenimiento de la paz en el mundo.
Quer¨ªamos ser una Espa?a unida en su diversidad, y ya en 1977 pusimos en marcha las preautonom¨ªas de Catalu?a y del Pa¨ªs Vasco. Y en 1978, a la vez que se redactaba y pactaba nuestra Constituci¨®n, fueron poni¨¦ndose en marcha los distintos organismos preauton¨®micos de los que, tras la aprobaci¨®n del texto constitucional, emanar¨ªan los Estatutos de todas las comunidades aut¨®nomas.
Han sido 40 a?os excepcionales, 40 a?os de una historia que dista de haber acabado: la del ¨¦xito de la pac¨ªfica convivencia en libertad de todos los espa?oles. Nuestra obligaci¨®n, la de todos hoy, es proseguir esa tarea de modernizaci¨®n, colaboraci¨®n, integraci¨®n, apertura y af¨¢n de superaci¨®n que han caracterizado a nuestra democracia en estas d¨¦cadas. Supimos superar extremismos y rupturismos entonces y debemos superarlos ahora. Tenemos la democracia de nuestra parte. Una democracia ejemplar que hoy cumple sus primeros 40 a?os, que ha sabido dotarse de leyes e instituciones democr¨¢ticas y que sabr¨¢ plantar cara, desde el Estado de derecho, a quienes pretendan su voladura.
Este aniversario es m¨¢s que una efem¨¦ride. Es la constataci¨®n de la fortaleza de las convicciones democr¨¢ticas de la muy tolerante sociedad espa?ola. Es la constataci¨®n de que la democracia espa?ola merece la pena. Es, en definitiva, la constataci¨®n del mejor ¨¦xito de nuestra historia. Cuid¨¦moslo para que, dentro de otros 40 a?os, los espa?oles puedan seguir celebr¨¢ndolo.