M¨¢s demanda de ¨®vulos que donantes
El aumento de la edad de las mujeres que buscan quedarse embarazadas incrementa el mercado de la ovodonaci¨®n
"Estaba en primero de bachillerato en clase de ciencias y la profesora empez¨® a hablar de un tema que era la reproducci¨®n. Se le ocurri¨® decirnos que a d¨ªa de hoy exist¨ªa donaci¨®n de ¨®vulos¡ Y yo, curiosa total, le dije pero profe ?eso c¨®mo es? Y dijo: tiene una compensaci¨®n que no s¨¦ si est¨¢ por 3.000 ¨® 6.000 euros. Entonces toda la clase se qued¨® como ?qu¨¦? Todas las chicas. Y empec¨¦ a buscar cl¨ªnica". No eran ni 6.000 ni 3.000 euros, pero a Rebeca que acababa de cumplir 18 a?os le son¨® bien lo que le contaron en el centro de Madrid que encontr¨® por internet. "S¨ª te pagan, pero no te pagan por donar ¨®vulos. Te pagan por las molestias. Porque en Espa?a est¨¢ prohibido pagar por donar ¨®vulos y es una compensaci¨®n. Y dije, aparte de que ayudas a personas, tambi¨¦n ganas algo para ti que lo necesitas".
A punto de cumplir 22 a?os, Rebeca ya ha donado en cuatro ocasiones. La primera en una cl¨ªnica en la que decidi¨® no repetir. Pero tres a?os despu¨¦s prob¨® en otro centro de Madrid, Tambre. Este vez todo fue bien. Tan bien que ya se ha sometido a tres donaciones consecutivas en los ¨²ltimos meses. La compensaci¨®n es en cada ocasi¨®n de 1.100 euros. "Luego ya recomend¨¦ a m¨¢s amigas m¨ªas que tambi¨¦n fueron. Aparte a las donantes de all¨ª les dan 150 euros por cada persona que vaya si al final las aceptan".
La doctora Roc¨ªo N¨²?ez Calonge es subdirectora de la cl¨ªnica Tambre. Ha tratado a Roc¨ªo en estos ¨²ltimos meses. Reconoce que sigue habiendo controversia alrededor de la compensaci¨®n, incluso entre los profesionales. "Algunos piensan, como ocurre en otros pa¨ªses, que la donaci¨®n tiene que ser totalmente altruista. Pero, ?qu¨¦ ocurre en otros pa¨ªses? Que no hay donantes. Porque seamos sinceros, no podemos pensar que de forma totalmente altruista alguien va a someterse a este proceso".
No es f¨¢cil encontrar nuevas donantes. Ni es f¨¢cil que superen todos los ex¨¢menes. Las pruebas gen¨¦ticas son ahora m¨¢s exigentes y muchas ni siquiera llegan a ese paso, se quedan en el gabinete del psic¨®logo. De las quinientas candidatas que acudieron a Tambre en 2016, solo cien han pasado el corte. La doctora Roc¨ªo N¨²?ez Calonge explica c¨®mo ha cambiado el perfil. Ya no existe lo que llama la cantera universitaria. "Tanto la parte conservadora como la parte feminista coinciden en que la donaci¨®n es una explotaci¨®n. Hicimos el a?o pasado una campa?a en una universidad y cero. Nada. Es que hasta te arrancan los carteles".
"Hay m¨¢s demanda de ¨®vulos que donantes" reconoce Agust¨ªn Ballesteros, presidente de la Sociedad Espa?ola de Fertilidad. "Es un problema serio". Serio porque el n¨²mero de mujeres que necesitan una donante para lograr un embarazo aumenta cada a?o. Eso ha provocado un desequilibrio entre la oferta y la demanda. Seg¨²n Ballesteros, la ovodonaci¨®n "puede suponer un 20% de los ciclos de reproducci¨®n asistida que se hacen en Espa?a. Estamos en situaci¨®n cr¨ªtica en cuanto a la edad a la que se buscan embarazos". Esa es la clave: el aumento de la edad de las pacientes. Seg¨²n los ¨²ltimos datos de la SEF, en 2014 se hicieron 13.083 transferencias con ovocitos de donante. Sin embargo, no es f¨¢cil saber cu¨¢ntas chicas se prestaron a ceder sus ¨®vulos. El sector lleva esperando un registro desde que se promulg¨® la ley, pero la administraci¨®n todav¨ªa no lo ha puesto en marcha.
El proceso es largo y complicado. Y acaba en la camilla de un quir¨®fano, donde la donante es anestesiada para una punci¨®n ov¨¢rica. ¡°No est¨¢ exento de riesgos¡±, dice la doctora N¨²?ez Calonge. ¡°No es algo sin importancia como una donaci¨®n de semen¡±. Lo sabe bien Charlie Masdeu. ¡°La m¨ªa era una buena cl¨ªnica. Pero todo lo que puede salir mal, me toc¨® a m¨ª¡±. Es editora de un blog de moda y hace cuatro a?os fue a donar en Barcelona. Ten¨ªa 27 y estaba a punto de marcharse a Estados Unidos para pasar los tres meses de verano. Se decidi¨® porque ten¨ªa un caso cercano de una pareja con problemas de fertilidad. Ya con las primeras inyecciones, empez¨® el malestar. Lo que no sab¨ªa Charlie es que le quedaba todav¨ªa lo m¨¢s duro. Cuando despert¨® de la operaci¨®n le dijeron que no hab¨ªa funcionado. ¡°Vi a una chica mirando y me dijo que no me hab¨ªa podido sacar ning¨²n ¨®vulo. No te preocupes, te damos otra inyecci¨®n y te vienes aqu¨ª en 48 horas¡±. Estaba aturdida, sola, acababa de salir de la anestesia y ni siquiera se le ocurri¨® preguntar por los efectos secundarios. ¡°Si lo hubiese sabido a lo mejor les hubiese dicho: mira os qued¨¢is con el dinero y me voy a mi casa¡±.
Para¨ªso del turismo reproductivo
"En el extranjero lo que se dice, en el ¨¢mbito del Derecho y la Bio¨¦tica, es que Espa?a se ha convertido en un pa¨ªs de turismo reproductivo. Se ha convertido en eso, s¨ª". El catedr¨¢tico Romeo Casabona busca la explicaci¨®n en nuestra legislaci¨®n, "que es m¨¢s permisiva que la legislaci¨®n europea. Incluso vienen personas a tratarse de fuera de Espa?a". Del mismo modo que los espa?oles viajan a Canad¨¢, Estados Unidos o Ucrania buscando la gestaci¨®n subrogada, los europeos acuden a las cl¨ªnicas de nuestro pa¨ªs para someterse a distintas t¨¦cnicas de fertilidad. La mayor¨ªa porque no es legal en su pa¨ªs, o no est¨¢ permitido para mujeres solas o parejas del mismo sexo. Otros, atra¨ªdos por la calidad de las cl¨ªnicas, por el ¨¦xito de la ovodonaci¨®n o por el atractivo de los precios.
Seg¨²n el ¨²ltimo registro nacional, de los cerca de 100.000 ciclos realizados en 2014, 12.240 fueron de pacientes extranjeras. De Catalu?a a la Comunidad Valenciana muchas cl¨ªnicas se han especializado en clientes de otros pa¨ªses. Seg¨²n la doctora Roc¨ªo N¨²?ez Calonge, ¡°hay centros de reproducci¨®n asistida donde m¨¢s del 90% de las pacientes son extranjeras. Sobre todo en la costa¡±.
Pero en Europa no lo ven con buenos ojos. Por eso la Sociedad Espa?ola de Fertilidad redact¨® un c¨®digo ¨¦tico en 2012 con varios ep¨ªgrafes dedicados a este asunto. Desde entonces es obligatorio que en las cl¨ªnicas hablen su idioma para poder explicarles el proceso. Adem¨¢s, todo se programa para que puedan llevar los controles en su pa¨ªs. "Tratamos de hac¨¦rselo llevar lo mejor posible. Tener que buscar soluciones fuera de tu pa¨ªs es muy triste. No tenemos la culpa los espa?oles", se queja Agust¨ªn Ballesteros, presidente de la SEF.
Lo peor llegar¨ªa por la noche. ¡°A eso de las seis, cuando vi que era imposible dormir por el dolor baj¨¦ a la cocina y fue una sensaci¨®n muy extra?a. Not¨¦ como una rampa en el ¨²tero. Como si se me cayera. Me tir¨¦ al suelo con un sudor fr¨ªo que no me pod¨ªa mover. Me qued¨¦ paralizada¡±. All¨ª la encontr¨® su madre que es enfermera. Charlie estaba teniendo contracciones. Ya en Estados Unidos empezaron los trastornos del sue?o. En un primer momento no lo asoci¨® con el tratamiento al que se hab¨ªa sometido, pero de vuelta a Barcelona fue al m¨¦dico a hacerse una anal¨ªtica. ¡°Me dijeron: hemos encontrado un pico muy bestia de hormonas. Esto que tienes es ansiedad provocada por las hormonas. ?Qu¨¦ has hecho para tener este pico? Y les dije: he donado ¨®vulos. Y ya at¨¦ cabos¡±.
Con la cantera de donantes en retroceso se aviva la duda de hasta d¨®nde los 1.000 o 1.100 euros de compensaci¨®n son determinantes para tomar la decisi¨®n. Carlos Romeo Casabona, catedr¨¢tico de Derecho Penal en la Universidad del Pa¨ªs Vasco y miembro del Comit¨¦ de Bio¨¦tica de Espa?a, recuerda que el debate se arrastra desde que la Comisi¨®n Nacional de Reproducci¨®n Humana Asistida aprob¨® la ley de 1998. "Cuando la comisi¨®n se lo plante¨®, yo me mostraba contrario. Era una cantidad suficiente para promover que para las chicas de un perfil determinado -estudiantes o chicas con pocos ingresos o sin ingresos- eso fuera un acicate para donar. Ahora 1.000 euros para una joven sigue siendo dinero".
Lo es para Rebeca, que ahora que tiene trabajo en una empresa de seguridad ha decidido darse un descanso. "Que no es por el trato, que si tengo que volver a donar¡". Rebeca nunca ha tenido problemas f¨ªsicos y todav¨ªa puede donar m¨¢s veces. El l¨ªmite, seg¨²n la ley, es de seis embarazos llevados a t¨¦rmino. Pero ella prefiere no saber qu¨¦ ha pasado con sus ¨®vulos. "Si hay ni?os por ah¨ª, como dice la gente, que tienen tu cara me da igual. Ni los he parido yo, ni los he criado yo, ni los quiero. En la cl¨ªnica tampoco me lo han dicho. Pero para que me digan un s¨ª o un no¡ ?qu¨¦ gano yo?". Hace la pregunta consciente de que ya tiene la respuesta. Y se queda apurando su refresco en una terraza cualquiera de una barriada al nordeste de Madrid.
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