R¨¦cord de demanda de asilo con un sistema colapsado
Las solicitudes son ya 14.000, casi como todo el a?o pasado, pero hay 21.000 expedientes atrasados y se concede pr¨¢cticamente solo a sirios
Espa?a se dirige hacia su r¨¦cord de solicitudes de asilo, de personas que huyen perseguidas por sus ideas, religi¨®n, raza, nacionalidad o grupo social, pero sigue teniendo un sistema de gesti¨®n insuficiente y refractario. Seg¨²n datos oficiales, a 30 de junio de 2017 el n¨²mero de peticiones asciende a 14.080 y a este ritmo se doblar¨¢ a final de a?o. Ya se acerca a la de todo el a?o pasado, cuando se registraron 15.755 peticiones, y del anterior, con 14.881. Y hay que sumar los 21.000 expedientes atrasados, seg¨²n Eurostat.
En el aeropuerto de Barajas hay grandes colas para pedir asilo desde hace tres meses en la Polic¨ªa Nacional. Pasan hasta diez d¨ªas esperando si se admite a tr¨¢mite en una sala para 60 personas, deficiente e insuficiente, seg¨²n las ONG. ¡°Si esto sigue as¨ª tendr¨¢n que ampliarla¡±, dice Cruz Roja. La desorganizaci¨®n y el desinter¨¦s pol¨ªtico producen graves paradojas. Mientras se niega el asilo con un criterio muy estrecho, Barajas a veces es un colador. La Oficina de Asilo, que centraliza los expedientes y debe dar la respuesta, est¨¢ saturada y este a?o han entrado m¨¢s de 200 personas por silencio administrativo, seg¨²n fuentes de Interior, porque el plazo de 48 horas para responder a sus recursos coincid¨ªa con el fin de semana y la Oficina de Asilo est¨¢ cerrada. No ha organizado un calendario de guardias. El malestar en la Polic¨ªa Nacional es patente. Hace dos semanas los agentes se hartaron y comenzaron a dar salida a los formularios de inmediato. As¨ª han entrado unas 150 personas m¨¢s.
La respuesta a la petici¨®n de asilo tarda dos a?os o m¨¢s. Y casi siempre es un portazo: el a?o pasado solo se concedi¨® a un 3,4% de quienes lo deseaban ¡ªfrente al 41% de Alemania o el 21% de Francia¡ª, aunque la cifra sube al 67% si se a?ade la protecci¨®n subsidiaria, modalidad de segunda categor¨ªa que otorga menos derechos. Pero el dato decisivo, apunta la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR), es que pr¨¢cticamente solo se da asilo o protecci¨®n a sirios. El 93% de los beneficiados en 2016 eran de este pa¨ªs.
Wasim, un refugiado sirio que lleg¨® en 2014 esper¨® dos a?os y cuatro meses: "Mi experiencia ha sido muy mala. A los sirios les gusta Espa?a y su gente, pero se acaban yendo a Alemania, a Francia, que les gustan menos, pero les ayudan m¨¢s". "El Gobierno deber¨ªa pensar qu¨¦ falla. El sistema no funciona y no da abasto. Y no se arregla poniendo m¨¢s plazas, hay que trabajar por su integraci¨®n", apunta Mar¨ªa Jes¨²s Vega, portavoz de ACNUR, alto comisionado de la ONU para los refugiados. Amnist¨ªa Internacional juzga el sistema ¡°discriminatorio, arbitrario, obsoleto e ineficaz¡±. Cruz Roja, que gestiona 1.800 plazas de un total de 5.200, cree que la acogida es "bastante buena". "No se queda nadie en la calle", aclara. A final de a?o habr¨¢ 8.000 plazas.
Una ley sin desarrollar
Portavoces de Interior alegan que las solicitudes de asilo "son procedimientos complejos" y niegan que haya "criterios restrictivos en las nacionalidades". Se?alan que el a?o pasado concedi¨® protecci¨®n a solicitantes de 45 nacionalidades. "Que los sirios reciban mayor protecci¨®n no es una realidad exclusiva espa?ola, sino del conjunto de la UE", explican.
Un embudo que pasa por el filtro de un solo despacho
El sistema de asilo en Espa?a es un embudo en el que, aunque parezca incre¨ªble, el destino de miles de personas que huyen de persecuciones pasar¨ªa por la mesa de una sola persona: la subdirectora de la Oficina de Asilo y Refugio, nombrada en 2015, cuyo criterio "es restrictivo a ultranza, deniega peticiones por sistema y acaba por decidir casi personalmente sobre cada caso". Esta es al menos la sorprendente denuncia que llega desde ONGs, instituciones implicadas y tambi¨¦n de sus propios subordinados, una oficina de 150 empleados en la que reina el malestar. Al menos cinco funcionarios se han ido, descontentos con esta l¨ªnea de trabajo e incluso por motivos de conciencia. "Hay casos que se te parte el alma, flagrantes, y no les conceden asilo. Te llega a afectar personalmente, vuelves a casa amargado", confiesa uno de ellos, que prefiere no dar su nombre.
La subdirecci¨®n de la Oficina de Asilo, que no es un puesto pol¨ªtico, ocupa un lugar clave en la cadena de decisiones, porque es quien eleva la lista de expedientes seleccionados a cada reuni¨®n de la comisi¨®n interministerial, donde se aceptan o rechazan las solicitudes. Pero all¨ª la lista llega ya purgada. "Se re¨²ne consigo misma y empieza a tachar, aunque los instructores del expediente hayan dado el visto bueno", afirma un letrado que trabaja con refugiados. Y seg¨²n la ley, ante la duda, debe optarse por la decisi¨®n favorable al solicitante.
Esta situaci¨®n se ha convertido en fuente de cr¨ªticas en el sector. Contactada por EL PA?S, esta funcionaria no querido replicar a las acusaciones. Se ha remitido a portavoces de Interior, que han explicado por escrito que "la subdirectora de Asilo, como cualquier responsable de una unidad de gesti¨®n, debe supervisar, y as¨ª lo hace de hecho, el trabajo de la oficina, incluyendo la documentaci¨®n y expedientes (...) Con independencia de las nacionalidades y perfiles, se aplican en todo momento criterios de ¨ªndole t¨¦cnica, que en ning¨²n caso responden a una consigna, fuera esta restrictiva o no, y por supuesto, en ning¨²n caso corresponden a criterios opacos". Tambi¨¦n precisan que realiza la supervisi¨®n "en colaboraci¨®n con su equipo". "Es un procedimiento t¨¦cnicamente complejo, no se circunscribe de ning¨²n modo a criterios personales". La oficina, concluyen, trabaja con "las mismas garant¨ªas para para todos los solicitantes de asilo".
El plan de 2015 para acoger 17.337 refugiados sirios antes del 26 de septiembre de 2017 es el ¨²ltimo fracaso: quedan dos meses y han llegado 1.487. Fue en 2015, a ra¨ªz de la crisis siria, cuando la Oficina de Asilo triplic¨® su personal, de 50 a 150 funcionarios. Pero son insuficientes.
Las ONG opinan que falta una pol¨ªtica de asilo y la gesti¨®n est¨¢ marcada por el miedo al efecto llamada. La ley de asilo es de 2009 pero no se ha desarrollado con un reglamento. El Defensor del Pueblo ha pedido subsanar un punto sangrante: la ley, de un Gobierno del PSOE, suprimi¨® la posibilidad de pedir asilo en embajadas. Hay que llegar a Espa?a para hacerlo. Luego los esfuerzos se concentran en que no lleguen. En 2011, en cuanto los primeros sirios aterrizaron en Barajas, se les impuso el visado. Otra vez fueron los socialistas.
"Conciben la pol¨ªtica de asilo como contenci¨®n, no como protecci¨®n¡±, sostiene Paloma Favieres, abogada de CEAR. Otra de las t¨¦cnicas es aparcar un par de a?os las solicitudes de pa¨ªses en crisis para esperar si se resuelven. La guerra de Siria estall¨® en 2011, pero hasta 2014 no comenzaron a resolver expedientes. Luego ha ocurrido con Ucrania (5.555 casos pendientes) y Mali (1.025 solicitudes rechazadas el a?o pasado, ninguna aceptada). "No hay estudios individuales, se decide en bloque, por nacionalidades", denuncia Ver¨®nica Barroso, de Amnist¨ªa Internacional. A quien huye de las maras, las bandas criminales de Honduras (512 peticiones este a?o, m¨¢s 535 pendientes atrasadas) y El Salvador (632 este a?o, m¨¢s 555 pendientes), se les niega pr¨¢cticamente siempre el visado. En los expedientes de estos pa¨ªses suele haber casos de transexuales que constituyen algunos de los relatos m¨¢s tremendos, pero se deniegan. Las ONG admiten que se ha avanzado mucho en la atenci¨®n a la discriminaci¨®n por orientaci¨®n sexual, pero sigue habiendo lagunas. Por ejemplo, los homosexuales marroqu¨ªes y argelinos a veces se tiran m¨¢s de un a?o en el centro de estancia temporal de Melilla. "Hay una doble discriminaci¨®n hacia los refugiados del colectivo LGTBI", denuncia Cindy, solicitante de asilo de Colombia (120 peticiones tramitadas el a?o pasado, todas denegadas). Lleg¨® con su esposa hace ocho meses huyendo de amenazas de muerte y ante el auge de grupos armados hom¨®fobos.
Todo esto cuando, seg¨²n una encuesta de Metroscopia del pasado enero, el 80% de los espa?oles est¨¢ a favor de que su ciudad acoja refugiados.
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