El terror y la broma infinita
No todo es motivo de risa, o al menos no lo es el hijo de la Tomasa ni su forma de hablar
Re¨ªr es saludable, pero no siempre. Por ejemplo, no es saludable re¨ªrse de otros, y sobre todo del mal de otros. Tampoco es saludable reducir a risa aquello que requiere reflexi¨®n, sensatez, seriedad, silencio. Y estamos ante una de esas circunstancias. Lo que ha ocurrido estos d¨ªas en Barcelona y en Cambrils es un asunto que convoca al estupor, ya se sabe, pero no s¨®lo: obliga esa estupefacci¨®n a considerar a todas las partes de la horrible ecuaci¨®n como elementos de una gravedad extrema. T¨² no te r¨ªes cuando est¨¢s llorando.
El enemigo no se rinde, o no deja la maldad, porque t¨² te r¨ªas de ¨¦l. Re¨ªr es una mueca que, si carece de contenido, se queda en la sorda expresi¨®n de la tonter¨ªa. Ahora se considera heroico re¨ªrse de los asesinos, como si el alma de ¨¦stos sufriera por la risa, como si se detuviera su dedo de acetona porque haya un pa¨ªs ri¨¦ndose del lado salvaje de esta historia.
Y como se considera heroico re¨ªr, seguir riendo, para que no ganen otra batalla los malevos, esto se ha llenado de risas. ?Para que no digan que han ganado! Han causado dolor, no hay risa que valga. La risa no es un arma de combate. Es un refugio de la memoria, pero no hay que celebrar la risa cuando no hay motivo de burla sino de escarnio.
El detonante de esta carcajada tonta ha sido ese muchacho de historia triste, alma de fan¨¢tico y cara de ¨¢ngel que, adem¨¢s, habla andaluz, o ¨¢rabe y andaluz, o los dos acentos juntos, o un galimat¨ªas con el que amenaza otra vez a Espa?a con las bombonas de gas. Imaginen que hubiera hablado alem¨¢n, o sueco, o ingl¨¦s, cualquiera de esos idiomas que no han sido marcados a¨²n por la sospecha o por la broma. Y no lo ha dicho en ¨¢rabe, ese estigma, o no completamente. Lo ha dicho en lo que le queda del habla andaluza. Entonces la gente se ha partido de re¨ªr. ?Ja, habla andaluz! Como si hablar andaluz fuera, digamos, cosa de broma, cuando fue cosa de Federico Garc¨ªa Lorca, por ejemplo, aquella voz dram¨¢tica de Espa?a, sus ojos helados ante la metralla de otros fan¨¢ticos.
Los estudiosos han alertado sobre la naturaleza de la lengua de la que se ha armado ISIS esta vez. Que esto es m¨¢s serio: esa voz apunta a un objetivo, cuidado, dicen analistas con experiencia internacional, esa flecha est¨¢ ardiendo y nos sigue apuntando. Pero una zona de la cara de Espa?a se est¨¢ riendo: ?chico, si habla andaluz el chico de la Tomasa! Un nadie.
Y tanto se ha puesto de moda el asunto que esa risa, en forma de gifs, memes y otras delicadezas de las redes, se multiplica hasta llegar a los tops del trending topic. La madre de Rafael Azcona, escritor de cine y de comedias, dec¨ªa en las sobremesas de posguerra, cuando se re¨ªan en casa los amigos: ¡°Ya pagaremos esas risas¡±. Esta broma infinita con la que ahora queremos reducir el terror a la nada la pagaremos; es decir, la seguimos pagando. Pasa con la risa: mientras r¨ªes no aprendes de lo que te est¨¢ pasando.
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