Lecciones en sepia
Los tres padres vivos de la Constituci¨®n dieron lecciones magistrales, con el inconveniente de poner en evidencia un nivel pol¨ªtico que est¨¢ a a?os luz de los que ten¨ªan delante
La sala donde ha tenido lugar la comisi¨®n para revisar la Constituci¨®n tiene colores ocres, ambiente antiguo y luz de trasatl¨¢ntico, hasta un carill¨®n que da las horas. En el fondo, los retratos en sepia de los siete padres de la Constituci¨®n, y los ¨²nicos tres vivos pasaron como abuelos sabios por el hogar familiar a contar sus secretos a los nietos. Herrero de Mi?¨®n, con sombrero y malet¨ªn, parec¨ªa que acababa de bajarse del tranv¨ªa de otra ¨¦poca. Pero qu¨¦ ¨¦poca, y qu¨¦ personajes. Dieron lecciones magistrales y, en efecto, en demasiadas ocasiones los diputados actuales parec¨ªan chiquillos, perdidos en sus risibles politiqueos del d¨ªa o a a?os luz de estatura. Cuando dejaba de hablar alguno de los ponentes se ca¨ªa el alma a los pies al comprobar la ca¨ªda de nivel. Los discursos de Adriana Lastra, del PSOE, pod¨ªan haber servido igual para inaugurar un pantano y apenas hizo preguntas.
El azar ha querido que sobrevivieran tres ponentes originales de derechas ¡ªP¨¦rez-Llorca el m¨¢s a la derecha¡ª y ninguno de izquierda, y los socialistas quiz¨¢ no preguntaron por temor a que les contestaran lo que no quer¨ªan o¨ªr, aunque sobre el modelo federal lo oyeron de todas maneras, pero tal prevenci¨®n a las ideas contrarias no hizo m¨¢s que aumentar la a?oranza del libre flujo de ideas y el debate a tumba abierta del 78. Casi parec¨ªa que era el PP el impulsor de la comisi¨®n, porque aparentaba m¨¢s curiosidad, cuando est¨¢ ah¨ª, como Ciudadanos, para asegurarse de que no se toca nada. A los tres les preguntaron si era el momento de cambiar la Constituci¨®n, y todos dijeron que no, pero puede que en sus adentros pensaran que mucho menos con los que ten¨ªan delante.
Tambi¨¦n por los que no estaban. Es probable que en Unidos Podemos se dieran cabezazos en la pared al ver el juego que pod¨ªan haberle sacado ellos, que braman contra el r¨¦gimen del 78, y all¨ª ten¨ªan en carne y hueso a sus padres, una ocasi¨®n irrepetible para matar al padre en directo, o al menos para que los dem¨¢s comprob¨¢ramos si eran capaces, porque lo cierto es que lo hubieran tenido realmente dif¨ªcil. Herrero de Mi?¨®n, Roca, los m¨¢s brillantes, y P¨¦rez-Llorca hablaron desde la experiencia, la sabidur¨ªa, la distancia, la retranca y, tambi¨¦n, el cari?o. En fin, con libertad. Llamaba la atenci¨®n que incluso escuchaban a todos con atenci¨®n, y es que eran los ¨²nicos sin m¨®vil. Contaron batallitas, paradojas que chirr¨ªan en los esquemas de hoy, se cargaron tranquilamente el Senado como una triste concesi¨®n a los pol¨ªticos para colocar a sus ac¨®litos y dieron repasos hist¨®ricos y de pol¨ªtica comparada hasta con el federalismo en India. Con ellos parec¨ªa posible hablar y entenderse. No dio la impresi¨®n de que nadie les hiciera sombra, solo la pelota.
S¨ª aparecieron por sorpresa Campuzano y Xucl¨¤, del PDeCAT a escuchar a Roca, que pese a ser de su estirpe no deja de ser un hombre de lo que fue Converg¨¨ncia, que se declar¨® fan de la Constituci¨®n y ha defendido como abogado a la Infanta. Tambi¨¦n a ellos les cay¨® alg¨²n palo. "Ha estado maravilloso", dijo incluso Mart¨ªnez Maillo, del PP, cuando termin¨®. Roca les dese¨® lo mejor, y desde luego es lo mejor lo que har¨ªa falta.
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