Una investigaci¨®n manifiestamente mejorable

Se estrella un Eurofighter en Albacete, el pasado 12 de octubre, y cinco d¨ªas despu¨¦s lo hace un F-18 en Torrej¨®n de Ardoz (Madrid). Caen dos helic¨®pteros en Canarias en solo 19 meses, en marzo de 2014 y octubre de 2015. Pasados los funerales y las condecoraciones, nunca se conoce p¨²blicamente las causas de estos siniestros.

La Comisi¨®n de Investigaci¨®n T¨¦cnica de Accidentes de Aeronaves Militares (CITAAM), el organismo encargado de aclararlas, elabora un informe que remite al juez castrense. Y la justicia militar, que atribuye a los informes de la CITAAM ¡°eficacia probatoria, sin necesidad de contradicci¨®n procesal¡±, se basa en ellos para concluir los procedimientos, casi siempre sin responsabilidad. Hasta ahora.

La juez togado n¨²mero 12, que instruye diligencias por el accidente de un caza F-5 en la base a¨¦rea de Talavera la Real (Badajoz) el 2 de noviembre de 2012, en el que muri¨® un comandante-instructor y result¨® gravemente herido un alf¨¦rez-alumno, cit¨® en enero como testigos a los miembros de la CITAAM y sus declaraciones dejaron en evidencia las lagunas y falta de rigor de la investigaci¨®n oficial.

M¨¢s informaci¨®n

Emergencia fatal en la base a¨¦rea

Fallece un piloto al estrellarse cerca de la base de Talavera

El jefe del equipo, un teniente coronel piloto, admiti¨® que no verificaron si el instructor cumpl¨ªa los requisitos para ejercer como tal, pues se limitaron a tomar nota de la calificaci¨®n que le dio la unidad. Cuando la juez le record¨® que no reun¨ªa las horas de misi¨®n ni de simulador exigidas por la normativa, respondi¨® que, de saberlo entonces, ¡°se hubiera puesto¡± en el informe oficial y habr¨ªa preguntado por ello.

Por su parte, el ingeniero de la CITAAM admiti¨® que ignoraba d¨®nde hab¨ªa estado montado anteriormente el disco cuya rotura por fatiga caus¨® el accidente, ya que se hab¨ªa perdido su historial, y no supo explicar por qu¨¦ no se cambi¨® en la ¨²ltima revisi¨®n, aunque estaba previsto que caducara antes de la siguiente, ni por qu¨¦ no se pidi¨® ayuda a la empresa fabricante del motor, mientras que s¨ª se hizo con la del sill¨®n eyectable, irrelevante para la investigaci¨®n.

¡°Que no es perito judicial, ni perito de nada, que no llevan a cabo ninguna investigaci¨®n de lo que hace el Ala 23 [la unidad del F-5], sino una revisi¨®n de sus registros¡±, contest¨® el ingeniero airado. La paradoja radica en que el informe oficial se bas¨® en los datos aportados por el taller de mantenimiento del Ala 23, cuando se supone que hab¨ªa que aclarar si el mantenimiento que hizo del avi¨®n fue el correcto.

Por su parte, la m¨¦dico militar de la CITAAM admiti¨® ante la juez que consign¨® en el informe una supuesta contractura en el brazo derecho del alumno sin haberle hecho ning¨²n reconocimiento y solo en base a una charla en la cafeter¨ªa del hospital.

Lo m¨¢s inexplicable es que la comisi¨®n de investigaci¨®n nunca interrog¨® al ¨²nico superviviente del accidente, al que impl¨ªcitamente culp¨® en sus conclusiones, pues el general de la CITAAM ¡°no lo consider¨® necesario¡±, seg¨²n el jefe del equipo.

El fiscal togado se opuso por todos los medios y hasta el final a que los miembros de la CITAAM declarsen ante la juez e incluso les advirti¨® de que incurrir¨ªan en delito si revelaban alg¨²n secreto. Pero el mayor secreto es que nunca se hizo una investigaci¨®n digna de tal nombre.