El PP se plantea ya que Cifuentes no vuelva a ser candidata en 2019

El PP se enfrenta a una situaci¨®n potencialmente catastr¨®fica para sus intereses electorales. Madrid deb¨ªa ser el dique con el que contener la marea del auge de Ciudadanos en las elecciones de 2019. Ante la moci¨®n de censura avalada por el PSOE y Podemos contra Cifuentes, el PP depende ahora precisamente de este partido para que no deje caer a la presidenta. La formaci¨®n conservadora, adem¨¢s, carece de un plan b que le permita impulsar inmediatamente a un candidato con el potencial de Cifuentes. Y eso provoc¨® ayer que el PP arrancara su convenci¨®n nacional, celebrada en Sevilla, estremecido por el terremoto del caso del m¨¢ster.

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Los pol¨ªticos m¨¢s pr¨®ximos a Rajoy llegaron a Sevilla convencidos de que deb¨ªan elaborar su estrategia alrededor de dos hechos incontestables. El primero, que Cifuentes no dimitir¨ªa. Y el segundo, que Rajoy no pondr¨ªa en peligro el Gobierno de Madrid por defenderla. Por ello, fuentes de la direcci¨®n nacional reconocieron la existencia de tres opciones.

La primera, dejar el futuro de la presidenta en manos de la investigaci¨®n judicial abierta, hasta que sus conclusiones fuercen una decisi¨®n del partido o su dimisi¨®n. La segunda, permitir la continuidad de Cifuentes en una situaci¨®n de extrema debilidad hasta el final de legislatura, para luego sustituirla por otro candidato para 2019. Y la tercera, precipitar su ca¨ªda y sustituci¨®n por uno de los diputados del PP en Madrid si Ciudadanos se suma a la moci¨®n de censura de PSOE y Podemos. Esa es la l¨ªnea roja de Rajoy, seg¨²n uno de sus consejeros: no perder el Gobierno auton¨®mico.

Si el partido de Albert Rivera no se suma a la votaci¨®n para descabalgar a Cifuentes ¡ªofreciendo, por ejemplo, cambiar de posici¨®n si el PP la sustituye por otro diputado¡ª, los dirigentes de la formaci¨®n conservadora se dejar¨¢n mecer por el ritmo parsimonioso que prefiere su presidente, y esperar¨¢n ¡°a ver c¨®mo acaba todo¡±. El debate sobre qu¨¦ se debe hacer en el futuro se abrir¨¢ entonces con m¨¢s claridad. Y quedar¨¢n reflejadas las discrepancias internas. En el PP no hay ya unanimidad en la apuesta de Cifuentes como candidata. Y hay dirigentes que hasta reconocen un temor: que Cifuentes resista hasta el final, incluso si el partido le retira la candidatura de 2019, para mantener el puesto org¨¢nico de presidenta regional de la formaci¨®n conservadora. Lo mismo, record¨® este interlocutor, que hizo Pedro Antonio S¨¢nchez en Murcia.

Pase lo que pase, el PP se enfrenta a una crisis de consecuencias nacionales. Si Cifuentes cae, el partido habr¨¢ perdido a uno de los cinco presidentes auton¨®micos que le quedan y a la pol¨ªtica que ha enarbolado la bandera de la regeneraci¨®n. La direcci¨®n reconoce que pocos nombres del partido pueden igualar el tir¨®n electoral de la l¨ªder madrile?a.

As¨ª, el vicesecretario Pablo Casado parece destinado a luchar por la alcald¨ªa de la capital; la vicepresidenta Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa quiere continuar en el Ejecutivo; y la direcci¨®n nacional considera una locura contar con la presidenta del Congreso, Ana Pastor, para el puesto. Optar por la pol¨ªtica gallega supondr¨ªa poner en riesgo el control de la C¨¢mara baja, que el PP obtuvo en una ajustad¨ªsima votaci¨®n, justo cuando m¨¢s lo necesita el Gobierno, que est¨¢ en minor¨ªa. Algo impensable, seg¨²n aseguran desde la sede de la calle G¨¦nova.

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