Los dos atentados que Franco burl¨® la semana previa al alzamiento militar del 36
Un libro del historiador Ramiro Rivas detalla los intensos 120 d¨ªas que el caudillo pas¨® en Tenerife previos al estallido de la Guerra Civil

La historia del golpe de Estado que desencaden¨® la Guerra Civil de 1936 podr¨ªa haber sido otra si dos hechos sucedidos la semana previa al alzamiento militar hubiesen resultado exitosos para sus organizadores: dos intentos de asesinato contra Franco. El investigador y doctor en Historia Ramiro Rivas asegura ser el primero en confirmar el detalle de ambos sucesos tras descartar ¡°mitos y bulos¡± y despu¨¦s de un largo proceso de investigaci¨®n y consulta de documentos civiles y militares. En su libro ¡Y Franco sali¨® de Tenerife, que acaba de publicar, relata c¨®mo fueron los 120 d¨ªas del caudillo en la isla antes del estallido del conflicto, y en especial, la fren¨¦tica ¨²ltima semana antes de abandonarla para encabezar el levantamiento.
El autor relata c¨®mo Francisco Franco Bahamonde pisa Tenerife el 13 de marzo de aquel a?o como comandante militar de Canarias. Mientras la derecha y el estamento militar lo reciben enfervorizados y con honores, la izquierda organiza una huelga general y llena la ciudad de Santa Cruz de pintadas: ¡°Fuera Franco¡±, ¡°Muera Franco¡±. El futuro golpista piensa que Jos¨¦ Carlos Schwartz, alcalde de Santa Cruz de Tenerife, es el impulsor de ese rechazo, y no mucho despu¨¦s le har¨¢ pagar por ello.
¡°Franco sali¨® de Madrid de una reuni¨®n de la conspiraci¨®n y ven¨ªa a organizar el golpe¡±, apunta Rivas. A?ade que era el general m¨¢s prestigioso del Ej¨¦rcito despu¨¦s de haber servido a la represi¨®n de la revoluci¨®n asturiana del 34: ¡°La Rep¨²blica le ten¨ªa m¨¢s miedo a la revoluci¨®n obrera, que pon¨ªa en peligro el orden social, que a un levantamiento militar¡±. Por esa raz¨®n se explica que las quejas de una treintena de Ayuntamientos de la isla contra Franco por haber sacado las tropas a las calles el 1 de mayo con el objetivo de probar el funcionamiento y la disciplina de los militares no sean atendidas por el Gobierno de la Rep¨²blica. ¡°Ellos no sab¨ªan que iba a ser un golpe duro y que al final iba a acabar con ellos, que la ideolog¨ªa los iba a matar. Que iban a ser inexorables y de una crueldad infinita¡±, afirma.
Atentados fallidos
El 13 de julio por la tarde noche, tres integrantes de la Federaci¨®n Anarquista Ib¨¦rica ¡ªgrupo ideol¨®gico anarquista dominante en el sindicato CNT¡ª asaltan la residencia de Franco. El sindicato de dom¨¦sticas, integrado en esta misma organizaci¨®n, contaba con informaci¨®n directa de la mujer que le lavaba la ropa interior, por lo que conoc¨ªan que se iba a dormir temprano y que lo hac¨ªa con la puerta y las ventanas de la habitaci¨®n abiertas. Los asaltantes, despu¨¦s de entrar en la sede de Capitan¨ªa de la capital tinerfe?a a trav¨¦s de un tragaluz de la cantina de soldados, acceden a la residencia privada de Franco. Pero a diferencia de otros d¨ªas, esta vez la puerta est¨¢ cerrada por dentro. Al o¨ªr ruidos, Franco pide auxilio y los tres escapan por el jard¨ªn tiroteados. No descubrieron qui¨¦nes hab¨ªan sido. ¡°Torturaron a un mont¨®n de gente, pero sin dar con ellos¡±, se?ala el historiador.
Al cabo de tres d¨ªas, el 16 de madrugada, se produce el segundo intento. En la causa 370, que lleva por nombre Disparos sobre Capitan¨ªa, se conserva la documentaci¨®n militar del suceso. Los tres asaltantes se cuelan por detr¨¢s del edificio a trav¨¦s de ¨¢rboles y enredaderas. En la residencia de Franco ya se ten¨ªan noticias de que el atentado se pod¨ªa producir, lo que hizo que hubiera unos 30 guardias advertidos y armados. Tras ver un soldado una sombra bajar por el jard¨ªn, comienza la r¨¢faga de disparos contra los tres individuos, quienes aunque logran huir, son detenidos a los pocos d¨ªas. Pasan un periodo encarcelados hasta que las fuerzas franquistas los hacen desaparecer para siempre en octubre del 36.
¡°Aqu¨ª se pasa de una situaci¨®n de paz el 17 de julio, al d¨ªa siguiente, donde rigen las leyes de la guerra, con una represi¨®n militar y ejecuciones en masa¡±, explica Rivas. La fotograf¨ªa de portada del libro lo plasma muy gr¨¢ficamente. El alcalde republicano Jos¨¦ Carlos Schwartz y el gobernador civil Manuel V¨¢zquez Moro aparecen en ella flanqueando a Francisco Franco, junto al que desfilan el 14 de abril de 1936 por las calles de Santa Cruz en conmemoraci¨®n del quinto aniversario de la II Rep¨²blica. Pocos meses despu¨¦s del levantamiento, en octubre, el primero acabar¨ªa asesinado y desaparecido; el segundo, fusilado despu¨¦s de ser acusado de rebeli¨®n en un Consejo de Guerra Sumar¨ªsimo.
Mercedes Schwartz, nieta del infortunado alcalde y presidenta de la Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, experimenta una sensaci¨®n de rabia y tristeza al contemplar la instant¨¢nea. ¡°Los pobres, ?qui¨¦n les iba a decir que este tipo los iba a asesinar!¡±. M¨¢s de 80 a?os despu¨¦s sigue buscando los restos de su abuelo. La sobrina nieta del exgobernador civil V¨¢zquez Moro es Laura Puga. Profesora de Geograf¨ªa de la Universidad de Buenos Aires, responde por correo electr¨®nico que a¨²n le sigue dando vueltas en la memoria aquel episodio, y recuerda una frase que su t¨ªo escribi¨® a su abuela antes de que lo mataran: ¡°No os aflij¨¢is por m¨ª, que muero en paz con mi conciencia¡±.
Aparte de los intentos de asesinato contra Franco, Rivas tambi¨¦n narra en su obra c¨®mo este desarrolla una intensa vida social en Tenerife (visitas al casino, al campo de golf, a la celebraci¨®n del Corpus Christi), a la vez que mantiene ¡°magnificas¡± relaciones con la prensa: ¡°Conoc¨ªa la importancia de los medios, daba sus ruedas de prensa, depart¨ªa con los periodistas¡ Cuidaba mucho su imagen¡±. Y recalca que no era el ¡°tonto o garrulo que presuntos historiadores han pretendido vendernos. Era fr¨ªo, despiadado y uno de los mayores asesinos de la historia, aunque como militar, muy competente. Un aut¨¦ntico triunfador que se hizo con una finca de 500.000 kil¨®metros cuadrados y 30 millones de s¨²bditos¡±.
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